martes, 8 de septiembre de 2009

El conjuro

Encontré un antiguo libro de magia negra abandonado en un estante polvoriento de la biblioteca de mi casa. Desde la tapa se anunciaba una enorme cantidad de hechizos y conjuros para todo tipo de situaciones y sujetos. Me llamó especialmente la atención una página marcada en el medio del volumen, en la que se indicaba una mágica receta para vengarse de un cónyuge infiel. Debían colocarse en un recipiente metálico tres flores marchitas, ropa interior usada por la persona desleal, dos dientes de ajo, una botella de licor de anís y el caparazón de una tortuga. Todo ello debía ser llevado al fuego y, frente a la fogata, debían repetirse unos extraños versos macabros escritos en latín. Cumplido ello, el autor aseguraba que se vengarían todos los actos impuros en el cuerpo del amante ocasional. Así fue como, imprevistamente, comprendí que no había sido casual que mi tortuga hubiera desaparecido el mismo día en que apareció muerto el mejor amigo de papá.

48 comentarios:

Eme dijo...

Siento mucha curiosidad por los conjuros*

enhorabuena por tu texto*

besosdulces*

SIL dijo...

El papá del protagonista de tu relato, era un hombre que convenía no engañar , y a quién definitivamente, no se le ¨escapó la tortuga¨
Y su mejor amigo, pagó un buen precio por meterse con su esposa.

Genial, como siempre.
Un beso enorme, Martín.

Lisandro dijo...

Antes de irme a dormir pase por aqui... muy buen cuento... voy tomando nota para los conjuros... jajaja... un abrazo!

aapayés dijo...

Hermoso cuento como siempre.. La vida cuando se abusa del amistad..

Un gusto leerte siempre


Un abrazo
Saludos fraternos

LA ZARZAMORA dijo...

Todo aquello fue una casualidad.
Cuánto tiempo pierde la gente con los conjuros...
Lo que me apena es la tortuguita. Sonrío.

Buen post.

Un abrazo

David Moreno dijo...

Conjuros, males de ojo... por si acaso mejor no jugar con ellos, luego pasa lo que pasa, cómo al amigo de papá, recibió su venganza.

Un saludo indio

mara-mara dijo...

En el perque de mi ciudad, hay un pequeño estanque con tortuguitas...
curiosamente, van desapareciendo a medida que en la iglesia de el lado el párroco va reuniendo a los feligreses para dar entierro a algún ciudano.
uy, uy, uy...!
Y ahora que pienso..., donde irán finalmente, al cielo, o al infierno...?!!

Víctor dijo...

¿Qué culpa tendrá la inocente tortuga de las infidelidades humanas? ¿Estará todavía desnuda, sin su caparazón, lamentándose del comportamiento humano? Me gustó, aunque -si me lo permites- no creo que sea de tus mejores relatos. Eres capaz, por lo que he visto, de mucho más.

Saludos lelos!!!

Carina Felice, Photography dijo...

y si tampoco fuera casual haber encontrado el libro?
ohh!!!

El Vocero dijo...

Justo, yo también hablé de tortugas...

Pobres ellas, que por un motivo o por otro pagan por pecados humanos.

Sigue siendo cómodo tu living.

Abrazo

Romina E. dijo...

Menos mal q no se le murió el padre...
Muy buen relato, besos!

HUMO dijo...

Aplausos reverenciales!

=) HUMO

cosasimpropias dijo...

atando cabos...

Ignacio Reiva dijo...

Las infidelidades reparten sufrimientos hasta lugares inimaginables. Un gran abrazo.

Esteban Dublín dijo...

:)

Un Poco Rara dijo...

Pobre tortuguita!
Buena historia.

Lucía dijo...

¿Y no hay castigo para el cónyuge infiel?
Al fin y al cabo, es él el que promete fidelidad y no el amante ocasional (aunque en este caso, también falló la lealtad del amigo).
Un saludo!

Martín Gardella dijo...

Eme, a mi también me dan curiosidad, pero prefiero no probar. Gracias por tu comentario. Un beso

Sil, tenés razón, el padre no era para nada lento! Gracias por tus elogios! Un beso

Lisandro, bienvenido al living! Gracias por tu visita, por comentar y por seguir este lugar. Ojo con los conjuros, a veces no tienen el resultado esperado. Saludos

Martín Gardella dijo...

Adolfo, asi es, son las consecuencias propias de fallarle a un amigo. Se lo tenía merecido. Gracias por tu comentario. Saludos

Eva, coincido con vos. Creo más en lo casual que en los conjuros. De todos modos, me alegra haberte hecho sonreir. Un beso

No comments, yo no creo mucho en los conjuros, pero por las dudas, mejor no probar! Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Mara-mara, que buena imagen nos regalas de las tortuguitas al lado de la iglesia. Me hiciste reir! Gracias por tu comentario! Un beso

Victor, al final la pobre y fiel tortuga fue la principal perjudicada. Una pena! Saludos

Carina, coincido con vos. Todo tiene su razón de ser, causa y efecto, poca casualidad. Alguien lo dejo ahí para que lo pudiera encontrar! Un beso

Martín Gardella dijo...

Vocero, que bueno que hayas regresado y que te sientas a gusto por aquí. Ahora entraré a ver tu post sobre tortugas! Gracias por tu comentario. Saludos

Romina, no lo sabemos. Aún quedan otros conjuros en el libro! Un beso

Humo, muchas gracias! Siempre haciendome poner colorado con tus aplausos... un beso

Martín Gardella dijo...

Cosasimpropias, hay muchos cabos para atar, no? Saludos

Ignacio, todo tiene su riesgo, muchas veces inimaginable! Un abrazo

Esteban, ;)

Martín Gardella dijo...

Bays, a mi tambien me dio lastima la tortuguita. Gracias por tu comentario. Un beso

Lucía, acaso hay diferencia entre una infidelidad y la traición a un amigo? Gracias por dejar tu opinión. Saludos

Anónimo dijo...

Como para andarse jugando con aquellas dudas acerca de si tirar por el camino aún que solo sea una vez y jugar una partidita en otro campo.

Procuraré no dar motivos para que al final acabe sufriendo las consecuencias la pobre mascota que nos acompaña en casa. (je, je, je)
Como siempre del todo imaginativo tu texto de hoy. Un placer pasear mi mirada por entre tus letras.
Un abrazo fuerte.

Netomancia dijo...

Acá no pagó el pato, sino la tortuga ja. Muy original Martín, saludos!

Martín Gardella dijo...

Luis, es lo mejor que podés hacer por tu mascota! Gracias por tu generoso comentario! Un abrazo

Netomancia, muy original tu comentario tambien! jaja Saludos

Neogeminis Mónica Frau dijo...

jajajaj...muy bueno!...pobre tortuga!...y pobre el amigo de tu papá! jejejeje

Anónimo dijo...

Este living es un planeta de secretos, fantasias... hasta donde llegara?

El espiritu de tu padre, dijo...

Ahora entenderas porque siempre en casa pensamos que las tortugas dan mala suerte.

Mercedes Pajarón dijo...

Tu historia sí que me ha hechizado!!

Saludos!!

claudia paredes dijo...

Te fijaste en tu cajón de ropa interior?

Felipe R. Avila dijo...

Evidentemente la madre dejó la hoja marcada por algo.
¿quería que se supiese de su conjuro?
Mirá que nos gusta delirar ante una gran ficción
¡Excelente cuento!

Andrea dijo...

Aplausos Martín, me encantó! Un abrazo :)

Nancy dijo...

No vengo muy seguido a este livingsin tiempo, pero cada vez que me asomo me llevo en el paladar la sensación de haber degustado un exquisito platillo.
Me encantan tus cuentos.

Martín Gardella dijo...

Neogeminis, uno pago por sus culpas, la otra simplemente por ser demasiado lenta! jaja Saludos

Bello Abril, yo tampoco lo sé. Todos los días me sorprende también a mí. Gracias por tu comentario. Saludos!

Espíritu de tu padre, me hiciste reir mucho con tu comentario. Debe ser que vivimos en casas de creencias similares. Saludos!

Martín Gardella dijo...

Mercedes, tené cuidado con esos hechizos! Gracias por tu visita! Un beso

Claudia, a partir de este relato noté algunas ausencias en ese cajón! Voy a revisar de nuevo! Un beso

Felipe, creo que tenés razón. Quería mostrar que ella lo sabía todo. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Andrea, muchas gracias por los aplausos! Me alegra que te haya gustado! Un beso

Nancy, deberás venir más seguido entonces, para seguir degustándolos. Te espero! Gracias por tu visita! Un beso

Deprisa dijo...

Siniestro :S

Pobre tortuga :(

Un saludo,
Deprisa

Martín Gardella dijo...

Deprisa, coincido con vos. Toda desaparición es siniestra, aunque sea de una tortuga! Saludos

Luna Méndez dijo...

Nunca pensé que un relato sobre infidelidad me podría arrancar una sonrisa :)

La inocencia de quien lo cuenta me ha encandilado

Un saludo!

Martín Gardella dijo...

Ankara, bienvenida al living! Me alegra que te haya gustado este relato! Ojala vuelvas pronto! Gracias por tu visita y por tu comentario. Saludos

Anónimo dijo...

vine a devolverte la visita y quedé encantada con tu espacio!!

buen tema el que tocaste..
los conjuros y toda la magia que traen!!!!!

muy buen relato..
ojalá que sea el comienzo de una linda amistad en la red..

besosss

Martín Gardella dijo...

Adrisol, bienvenida al living! Me alegra que te haya gustado mi especio y en particular este relato. Muchas gracias por tu visita y tu comentario! Nos seguimos leyendo! Un beso

Cynthia dijo...

gracias por pasar por mi blog...

nos leemos!!
cariños.
buen fin de semana.
muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk

lichazul dijo...

martín

muchas gracias por dejar tu huella
sé siempre Bienvenido a mi mundo de letras

tu espacio es acogedor y muy calido
felicitaciones

tu texto algo oscuro, pobre tortuga, justos por pecadores?

un abrazo de paz

Martín Gardella dijo...

Cynthia, bienvenida al living! Gracias por tu visita y por tu comentario! Nos seguimos leyendo. Un beso

Elisa, bienvenida! gracias por pasar a devolver la visita. Intento que el living sea un lugar cómodo y cálido adonde den ganas de volver. Espero que regreses pronto! Gracias por tu comentario! Saludos

Rebeca Gonzalo dijo...

Cada vez me encandilan más y más tus escritos. ¡Qué suerte haber dado con tu sitio!

Martín Gardella dijo...

Sechat, que bueno que te guste venir por aca y que te guste mi trabajo! Gracias por tu comentario tan generoso! Un beso