Encontré un antiguo libro de magia negra abandonado en un estante polvoriento de la biblioteca de mi casa. Desde la tapa se anunciaba una enorme cantidad de hechizos y conjuros para todo tipo de situaciones y sujetos. Me llamó especialmente la atención una página marcada en el medio del volumen, en la que se indicaba una mágica receta para vengarse de un cónyuge infiel. Debían colocarse en un recipiente metálico tres flores marchitas, ropa interior usada por la persona desleal, dos dientes de ajo, una botella de licor de anís y el caparazón de una tortuga. Todo ello debía ser llevado al fuego y, frente a la fogata, debían repetirse unos extraños versos macabros escritos en latín. Cumplido ello, el autor aseguraba que se vengarían todos los actos impuros en el cuerpo del amante ocasional. Así fue como, imprevistamente, comprendí que no había sido casual que mi tortuga hubiera desaparecido el mismo día en que apareció muerto el mejor amigo de papá.
Siento mucha curiosidad por los conjuros*
ResponderEliminarenhorabuena por tu texto*
besosdulces*
El papá del protagonista de tu relato, era un hombre que convenía no engañar , y a quién definitivamente, no se le ¨escapó la tortuga¨
ResponderEliminarY su mejor amigo, pagó un buen precio por meterse con su esposa.
Genial, como siempre.
Un beso enorme, Martín.
Antes de irme a dormir pase por aqui... muy buen cuento... voy tomando nota para los conjuros... jajaja... un abrazo!
ResponderEliminarHermoso cuento como siempre.. La vida cuando se abusa del amistad..
ResponderEliminarUn gusto leerte siempre
Un abrazo
Saludos fraternos
Todo aquello fue una casualidad.
ResponderEliminarCuánto tiempo pierde la gente con los conjuros...
Lo que me apena es la tortuguita. Sonrío.
Buen post.
Un abrazo
Conjuros, males de ojo... por si acaso mejor no jugar con ellos, luego pasa lo que pasa, cómo al amigo de papá, recibió su venganza.
ResponderEliminarUn saludo indio
En el perque de mi ciudad, hay un pequeño estanque con tortuguitas...
ResponderEliminarcuriosamente, van desapareciendo a medida que en la iglesia de el lado el párroco va reuniendo a los feligreses para dar entierro a algún ciudano.
uy, uy, uy...!
Y ahora que pienso..., donde irán finalmente, al cielo, o al infierno...?!!
¿Qué culpa tendrá la inocente tortuga de las infidelidades humanas? ¿Estará todavía desnuda, sin su caparazón, lamentándose del comportamiento humano? Me gustó, aunque -si me lo permites- no creo que sea de tus mejores relatos. Eres capaz, por lo que he visto, de mucho más.
ResponderEliminarSaludos lelos!!!
y si tampoco fuera casual haber encontrado el libro?
ResponderEliminarohh!!!
Justo, yo también hablé de tortugas...
ResponderEliminarPobres ellas, que por un motivo o por otro pagan por pecados humanos.
Sigue siendo cómodo tu living.
Abrazo
Menos mal q no se le murió el padre...
ResponderEliminarMuy buen relato, besos!
Aplausos reverenciales!
ResponderEliminar=) HUMO
atando cabos...
ResponderEliminarLas infidelidades reparten sufrimientos hasta lugares inimaginables. Un gran abrazo.
ResponderEliminar:)
ResponderEliminarPobre tortuguita!
ResponderEliminarBuena historia.
¿Y no hay castigo para el cónyuge infiel?
ResponderEliminarAl fin y al cabo, es él el que promete fidelidad y no el amante ocasional (aunque en este caso, también falló la lealtad del amigo).
Un saludo!
Eme, a mi también me dan curiosidad, pero prefiero no probar. Gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarSil, tenés razón, el padre no era para nada lento! Gracias por tus elogios! Un beso
Lisandro, bienvenido al living! Gracias por tu visita, por comentar y por seguir este lugar. Ojo con los conjuros, a veces no tienen el resultado esperado. Saludos
Adolfo, asi es, son las consecuencias propias de fallarle a un amigo. Se lo tenía merecido. Gracias por tu comentario. Saludos
ResponderEliminarEva, coincido con vos. Creo más en lo casual que en los conjuros. De todos modos, me alegra haberte hecho sonreir. Un beso
No comments, yo no creo mucho en los conjuros, pero por las dudas, mejor no probar! Un abrazo
Mara-mara, que buena imagen nos regalas de las tortuguitas al lado de la iglesia. Me hiciste reir! Gracias por tu comentario! Un beso
ResponderEliminarVictor, al final la pobre y fiel tortuga fue la principal perjudicada. Una pena! Saludos
Carina, coincido con vos. Todo tiene su razón de ser, causa y efecto, poca casualidad. Alguien lo dejo ahí para que lo pudiera encontrar! Un beso
Vocero, que bueno que hayas regresado y que te sientas a gusto por aquí. Ahora entraré a ver tu post sobre tortugas! Gracias por tu comentario. Saludos
ResponderEliminarRomina, no lo sabemos. Aún quedan otros conjuros en el libro! Un beso
Humo, muchas gracias! Siempre haciendome poner colorado con tus aplausos... un beso
Cosasimpropias, hay muchos cabos para atar, no? Saludos
ResponderEliminarIgnacio, todo tiene su riesgo, muchas veces inimaginable! Un abrazo
Esteban, ;)
Bays, a mi tambien me dio lastima la tortuguita. Gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarLucía, acaso hay diferencia entre una infidelidad y la traición a un amigo? Gracias por dejar tu opinión. Saludos
Como para andarse jugando con aquellas dudas acerca de si tirar por el camino aún que solo sea una vez y jugar una partidita en otro campo.
ResponderEliminarProcuraré no dar motivos para que al final acabe sufriendo las consecuencias la pobre mascota que nos acompaña en casa. (je, je, je)
Como siempre del todo imaginativo tu texto de hoy. Un placer pasear mi mirada por entre tus letras.
Un abrazo fuerte.
Acá no pagó el pato, sino la tortuga ja. Muy original Martín, saludos!
ResponderEliminarLuis, es lo mejor que podés hacer por tu mascota! Gracias por tu generoso comentario! Un abrazo
ResponderEliminarNetomancia, muy original tu comentario tambien! jaja Saludos
jajajaj...muy bueno!...pobre tortuga!...y pobre el amigo de tu papá! jejejeje
ResponderEliminarEste living es un planeta de secretos, fantasias... hasta donde llegara?
ResponderEliminarAhora entenderas porque siempre en casa pensamos que las tortugas dan mala suerte.
ResponderEliminarTu historia sí que me ha hechizado!!
ResponderEliminarSaludos!!
Te fijaste en tu cajón de ropa interior?
ResponderEliminarEvidentemente la madre dejó la hoja marcada por algo.
ResponderEliminar¿quería que se supiese de su conjuro?
Mirá que nos gusta delirar ante una gran ficción
¡Excelente cuento!
Aplausos Martín, me encantó! Un abrazo :)
ResponderEliminarNo vengo muy seguido a este livingsin tiempo, pero cada vez que me asomo me llevo en el paladar la sensación de haber degustado un exquisito platillo.
ResponderEliminarMe encantan tus cuentos.
Neogeminis, uno pago por sus culpas, la otra simplemente por ser demasiado lenta! jaja Saludos
ResponderEliminarBello Abril, yo tampoco lo sé. Todos los días me sorprende también a mí. Gracias por tu comentario. Saludos!
Espíritu de tu padre, me hiciste reir mucho con tu comentario. Debe ser que vivimos en casas de creencias similares. Saludos!
Mercedes, tené cuidado con esos hechizos! Gracias por tu visita! Un beso
ResponderEliminarClaudia, a partir de este relato noté algunas ausencias en ese cajón! Voy a revisar de nuevo! Un beso
Felipe, creo que tenés razón. Quería mostrar que ella lo sabía todo. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
Andrea, muchas gracias por los aplausos! Me alegra que te haya gustado! Un beso
ResponderEliminarNancy, deberás venir más seguido entonces, para seguir degustándolos. Te espero! Gracias por tu visita! Un beso
Siniestro :S
ResponderEliminarPobre tortuga :(
Un saludo,
Deprisa
Deprisa, coincido con vos. Toda desaparición es siniestra, aunque sea de una tortuga! Saludos
ResponderEliminarNunca pensé que un relato sobre infidelidad me podría arrancar una sonrisa :)
ResponderEliminarLa inocencia de quien lo cuenta me ha encandilado
Un saludo!
Ankara, bienvenida al living! Me alegra que te haya gustado este relato! Ojala vuelvas pronto! Gracias por tu visita y por tu comentario. Saludos
ResponderEliminarvine a devolverte la visita y quedé encantada con tu espacio!!
ResponderEliminarbuen tema el que tocaste..
los conjuros y toda la magia que traen!!!!!
muy buen relato..
ojalá que sea el comienzo de una linda amistad en la red..
besosss
Adrisol, bienvenida al living! Me alegra que te haya gustado mi especio y en particular este relato. Muchas gracias por tu visita y tu comentario! Nos seguimos leyendo! Un beso
ResponderEliminargracias por pasar por mi blog...
ResponderEliminarnos leemos!!
cariños.
buen fin de semana.
muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk
martín
ResponderEliminarmuchas gracias por dejar tu huella
sé siempre Bienvenido a mi mundo de letras
tu espacio es acogedor y muy calido
felicitaciones
tu texto algo oscuro, pobre tortuga, justos por pecadores?
un abrazo de paz
Cynthia, bienvenida al living! Gracias por tu visita y por tu comentario! Nos seguimos leyendo. Un beso
ResponderEliminarElisa, bienvenida! gracias por pasar a devolver la visita. Intento que el living sea un lugar cómodo y cálido adonde den ganas de volver. Espero que regreses pronto! Gracias por tu comentario! Saludos
Cada vez me encandilan más y más tus escritos. ¡Qué suerte haber dado con tu sitio!
ResponderEliminarSechat, que bueno que te guste venir por aca y que te guste mi trabajo! Gracias por tu comentario tan generoso! Un beso
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