Se apagaron las luces del escenario y un aplauso prolongado quebró el silencio de la sala. El joven mago acababa de desaparecer en escena ante la absorta mirada del público, consumando una ilusión inexplicable y nunca antes lograda. Fue la última función del ilusionista, que jamás logró recordar la segunda parte del truco.
domingo, 29 de marzo de 2009
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20 comentarios:
¡Excelente!.
Caramba, qué macana...
jaja
Saludos, muy bueno este cuento breve.
Muchas gracias Noelia y Raul por sus comentarios y por volver siempre. Nos seguimos leyendo. Saludos
Me pone muy contenta que te haya gustado mi blog porque de esa manera pude descubrir el tuyo. Es excelente, voy a leerte seguido. Un saludo.
Muchas gracias Agostina. Nos seguimos leyendo entonces. Saludos
¡Muy bueno! me encanto.
Un beso, cielo.
Natacha.
Muchas gracias Natacha. Saludos
Como siempre, excelente ! Siempre un giro inesperado.
Gracias Roko. Me alegra que te haya gustado. Saludos
Estoy curioseando por tus entradas y la verdad es que me ha gustado mucho tu blog.
Es un gusto leer tus ocurrencias.
Y ojo! que no miento como la parejita del motel, jejeje
saludos!
Me alegro que te haya gustado y te agradezco mucho tus comentarios. Espero que vuelvas entonces y poder seguir sorprendiendote. Saludos y gracias
Tus microrrelatos son geniales. Este en particular me fascino. Seguiré leyéndote. Te enlazo en mi blog.
P.D.: Gracias por tu visita.
Gracias ismed. Veo que ambos somos fanáticos de los microrrelatos. Te devuelvo el enlace entonces, asi seguimos leyendo. Saludos
Ja, ja. Los trucos de mágicos tienen muy poco.
Es la primera vez que te visito y me ha gustado. Felicitaciones.
Un fuerte abrazo!!
Martín, este micro está muy bueno. Te encontré y me quedo. Compartimos el amor por lo breve.
Te enlazo.
Maya, gracias por tu comentario y tu visita. Espero verte pronto de nuevo por aquí. Saludos
Esteban, me alegra encontrar a otro fanatico de lo breve. Te devuelvo el enlace y nos seguimos leyendo. Saludos
Me uno tarde, pero nunca es tarde para agradecer un relato como éste.
Alejandro, los cuentos no pasan de moda, asi que agradezco tu comentario. Nunca es tarde. Saludos
Ooooooohhhh. Pobre mago, se esfumó. A mí que se me olvidan muchas cosas... no dejo de anotar TODO en una agenda. Eso debió hacer el mago.
Un abrazo, Martín.
Espero que visites mi blog pronto.
Naida, una agenda suele ser una buena técnica en esos casos. Gracias por comentar este relato olvidado del living. Te visito! Un abrazo
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