lunes, 16 de marzo de 2009

Crimen imperfecto

Atravesó frenéticamente el corazón de su amado con el cuchillo recién afilado y sintió un breve y repentino alivio. Ella no estaba acostumbrada a no poder controlar sus pensamientos y todo tiene un límite. Tras un largo análisis, juzgó que esa era la mejor manera de acabar con el problema que le generaba esa maldita costumbre de pasar el día entero pensando en quién ahora yacía en sus brazos envuelto en un líquido cálido y rojizo.
Abandonó el cuerpo y salió corriendo con destino incierto. Debía irse lejos, adonde nada ni nadie le trajera sus recuerdos, para poder sentarse sola, en algún lugar tranquilo, a conmemorar en silencio cada una de las simples cosas que hacían y que aún hacen, que sufra el día entero pensando únicamente en él.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

De los cuentos que me gustan. Desconozco si te has cruzado con algún libro de Clarice Lispector, tiene algunos puntos de contacto. Pato

Martín Gardella dijo...

No leí a Clarice pero voy a investigar. Gracias Pato por entrar y espero que vuelvas.
Saludos

mara-mara dijo...

No cabe duda de que hay amores que matan, y este es un buen ejemplo!
Ser demasiado posesivo en el amor puede terminar asesinando lo que mas amas.

Besos

Martín Gardella dijo...

mara-mara, eso es justamente lo que el cuento quiere relatar! Gracias por comentar este también! Un beso

Ignatius dijo...

Ayer caí en este blog de casualidad, me está gustando! Leyendo de los más viejos a los más nuevos, este cortísimo me gustó particularmente. Abrazo!

Martín Gardella dijo...

Ignatius, bienvenido al living! Es un placer recibirte por aquí. Espero no defraudarte a medida que sigas leyendo. Un saludo