viernes, 24 de agosto de 2012

La devoradora de hombres

Ella escoge a sus víctimas en una discoteca del conurbano. Los atrae con un perfume dulce que les hace perder el juicio y enseguida los invita a conocer su casa. Allí disfruta del sabor de sus besos desmedidos, del roce con sus pieles transpiradas, de la tibieza de los fluidos y los resuellos sobre la almohada. Para el final, siempre tiene listo un champagne frío en la cocina, y un pozo abierto en el jardín del fondo del tamaño suficiente para sepultar sus huesos.

12 comentarios:

Nora dijo...

Buenísimo, me encantó

El moli dijo...

Muy fuerte tu relato Martín, al mejor estilo de Cortazar.
Un abrazo, me encanto.

Con tinta violeta dijo...

Buena versión humana de una mantis religiosa. Me encantó Martín.
Abrazos!

Rembrandt dijo...

Debe ser un gran jardín el suyo.

Saludos
REM

Elysa dijo...

Jajaja, no sé, me gusta esa imagen de devoradora y ganadora también.

Besitos

Enmascarado dijo...

Alimañas nocturnas. Me gustó tu cuento Martín.

Saludos

José A. García dijo...

El champagne es lo más importante, siempre, para celebrar un buen momento.

Saludos

J.

Камила dijo...

¡Huevá buena! perdona la expresión, era lo que afloraba y valga la redundancia, a expresar.

Saluditos
Cami c:

Unknown dijo...

Hay que dejar rastro cuando uno salga con extrañas.
Por lo menos sabrán localizar el cadáver.

Marina Lassen dijo...

jaja muy bueno!!

Anónimo dijo...

Digno discípulo de Kafka y Cortázar. Felicitaciones!

AbuSil dijo...

Digno discípulo de Kafka y Cortázar. Felicitaciones!