viernes, 11 de febrero de 2011

Los niños

El primer día les regalé una pelota, pero pronto me dí cuenta que preferían otros juegos. Después, probé con muñecas, un rompecabezas, un yo-yo. Pero no hubo caso, nada de eso los divertía. Desde que llegaron a mi casa, pasan el día entero en el patio, mirando al cielo. El mayor del grupo asegura que la nave volverá por ellos en cualquier momento.

19 comentarios:

Maite dijo...

Ya me parecía a mí que a estos niños no les gustaban las coas "normales" de niños. Están muy por encima de eso, les gusta jugar con las estrellas. Un abrazo, Martín.

Juan Vásquez dijo...

Hola Martín, no alcanzó a pillar bien el texto. Qué otros juegos?

SIL dijo...

E.T. ¿?

Ya volverán por ellos.

Un beso enorme.


SIL

Unknown dijo...

Ojalá así sea si los hará feliz.
Un abrazo Martín

Anónimo dijo...

ohhh! creo que los "llaman a casa"

besos!

maruluarca dijo...

Me encantó. Mucho.

luis dijo...

Una situación como esta se hace dura y tremenda porque a uno solo le queda la espera hasta ese momento en que los niños se despedirán moviendo tímidamente su manita mientras suben a la nave.
Genial amigo Martín
Saludos

Con tinta violeta dijo...

Quizás vieron lo que hay aquí y decidieron que otro mundo mas justo y humano es mejor...¡Viva la esperanza!
Abrazos Martín. Me encantó.

Javier Alfaro Martínez dijo...

¿Un mundo feliz? No creo que lo hayan encontrado aqui.

Saludos, Martìn.

David Baizabal dijo...

Me gusta el giro de tuerca y el final sorpresa, aunque creo que tiene un poquitín de brusco. Me gusta a fin de cuentas.

Un abrazo

V de Tierra dijo...

Yo tambien me pregunto que tipo de juegos o juguetes les gustara a estos niños...me ha gustado el relato

A dijo...

Jaja... Un final que ni me pasó por la mente. El desfase es tremendo.
Saludos,
Alejo Z.

Citopensis dijo...

No existe planeta más grande (y lejano) que la Imaginación de los niños.

Y tal.

Martín Gardella dijo...

Maite, quizás su visita a la Tierra ya sea en sí misma un juego. ¿No te parece? Un abrazo

Juan, el texto pretende contar la historia de unos sujetos a los que el relator trataba como niños, regalándoles todo tipo de juguetes, pero en realidad no lo eran. Quizás nunca sabremos qué tipo de juegos son los que ellos prefieren. Espero que con esta aclaración lo entiendas de otra manera. Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Sil, quizás sean sus hijos. Es una posibilidad! Un beso

Patricia, seguramente lo estarán cuando vean regresar a la nave. Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Liz, o quizás ellos son los que están llamando. Un beso

Maru, bienvenida al Living! Me alegra que te haya gustado tanto. Gracias por tu comentario. Un beso

Martín Gardella dijo...

Luis, es cierto. Debe ser duro estar en los zapatos del narrador. Gracias por tu comentario. Un abrazo grande

Con tinta violeta, gracias por dejarnos un comentario tan esperanzador. Ojalá sea así. Un beso

Martín Gardella dijo...

Javier, no lo sé. Quizás nunca se vayan, y solamente están esperando que vengan más de ellos. Gracias por tu comentario. Un abrazo

Baizabal, el giro es brusco adrede. Pretendí darle impacto en el final. Me alegra que el resultado final te haya gustado. Un abrazo y gracias!

Martín Gardella dijo...

V de Tierra, me quedo pensando si el juguete no terminaremos siendo los humanos. Me alegra que te haya gustado. Un beso

Alejo, bienvenido al Living! Qué bueno que el final te haya sorprendido. Esa era la intención! Gracias por tu comentario. Un abrazo

Citopensis, coincido con lo que decís. Y me gusta tu interpretación del relato en cuanto deja abierta la posibilidad de que esto sólo sea producto de su imaginación. Quién sabe... Un abrazo