viernes, 15 de julio de 2011

Puntos de vista

Cansado de las burlas de sus hermanitos, el patito feo decidió abandonar la parvada y lanzarse en búsqueda de un nuevo hogar. Tras varias horas de caminata, llegó hasta una casita perdida en medio del bosque. Golpeó la puerta con su pico tembloroso y una niña sonriente respondió al llamado, quién al verlo tan desprotegido, lo tomó fuerte entre sus brazos y corrió contenta a mostrárselo a su madre.
–¡Qué bueno! –pensó el patito, feliz por haber encontrado una familia.
–¡Qué lindo! –se alegró la niña, entusiasmada con la nueva mascota.
–¡Qué rico! –exclamó la mamá, mientras buscaba la receta del pato a la naranja.

18 comentarios:

Ignacio Reiva dijo...

Dicen por ahí que lo feo suele tener muy rico gusto. Un gran abrazo Martín.

luis dijo...

Cada cual con sus apetencias e ilusiones.
Esto es lo que sucede en muchos órdenes de la vida.
Saludos amigo.

Romina E. dijo...

WOW!!!! qué destino el del patito...
que ocurrente ud.
Buen finde!

Verónica Ruscio dijo...

Mi lectura terminó a plena carcajada. Se lo acabo de leer a mi pareja. ¡Tanto me gustó!

Gracias y felicitaciones.

Netomancia dijo...

Jaja, lo nefasto siempre nos arruina la alegría! Sensacional.

Campanula dijo...

jajaja muy bueno :)

Nora dijo...

Todo bicho que camina va a parar al asador ¿verdad?

SIL dijo...

Al patito le tiraste un salvavidas de plomo en este micro.

Beso grande

SIL

Unknown dijo...

Si es que el patito feo siempre tiene que acabar mal. Su destino es la fatalidad.
Saludos, y un abrazo.

Noelia A dijo...

Buena manera de exponer la relatividad de todo asunto, y con humor, además.

Un abrazo

V de Tierra dijo...

Jajaja..habra que contar la nueva historia del patito feo!! ahora sera "el patito rico".

Alejo Z. dijo...

Cualquiera diría que en el supuesto de 2 contra 1, el pato sería mascota; pero dado que que se trata de la madre, ya sabe, donde manda capitán...
Un abrazo Martín.

Martín Gardella dijo...

Ignacio, es cierto. El sabor no entra por los ojos. Gracias por tu comentario. Un abrazo!

Luis, es cierto, sobre todo en la vida de los patitos. Saludos

Martín Gardella dijo...

Romina, qué graciosa usted. Saludos!

Verónica, me alegra muchísimo que lo hayas disfrutado, y sobre todo que lo hayas compartido. Muchas gracias! Un beso

Martín Gardella dijo...

Neto, te aseguro que la alegría de la madre fue inversamente proporcional a la del patito! Un abrazo

Campanula, muchas gracias! Me alegra que te gustó. Un beso

Martín Gardella dijo...

Nora, bienvenida al Living! Ya lo decía el Martín Fierro, y ese sí que sabía! Un abrazo

Sil, el patito nunca necesitó salvavidas (porque nada muy bien), pero bueno, parece que con este lo terminé de hundir. Un beso

Martín Gardella dijo...

Carlos, así parece. Aunque nunca conocí a nadie que se coma un cisne a la naranja. Si este hubiera sido como el del cuento, quizás se salvaba. Gracias por tu comentario. Saludos

NoeliaA, me alegra que hayas descifrado el mensaje. Gracias por comentar! Un abrazo

Martín Gardella dijo...

V de Tierra, buen título para esta reversión! Muchas gracias! Saludos

Alejo, esa es otra de las desigualdades de la vida. Pobre pato! Gracias por comentar. Un abrazo