viernes, 12 de febrero de 2010

Perdidos en la nieve

Después de varias horas, nos detuvimos para almorzar. De acuerdo a lo pactado, invertimos los roles que habíamos ocupado durante la cena. Esta vez, yo fui el encargado de preparar la comida, y ella de donar su carne.

37 comentarios:

Soledad Arrieta dijo...

Excelente Martín!!! Muy muy bueno!!
La imagen es sumamente clara, inmejorable.
Cariños!!

Esteban Dublín dijo...

Excelente cuento. El mejor de este año.

Anónimo dijo...

!Que estupendos relatos cortos! tan dificil me parece contar algo en tan pocas palabras.

Saludos

Anónimo dijo...

!Que estupendos relatos cortos! tan dificil me parece contar algo en tan pocas palabras.

Saludos

Microrrelatos dijo...

No sé por qué me da que ella se quedó sin cenar

Ignacio Reiva dijo...

Socialismo en estado puro. Marx orgulloso. Un gran abrazo Martín.

SIL dijo...

Glup...

El no se puede quejar,
ella puso toda la carne en el asador...
lástima que después de tanto sacrificio, ella nunca llegó a escuchar el grito de VIVEN!!


Horriblemente genial, Martín.
Un beso enorme.


SIL

m dijo...

el instinto de supervivencia hizo de las suyas esta vez...

corto y preciso!!!

saludos

Verónica Calvo dijo...

Muy bueno, Martín, me quedé pensando en la historia que podrían tener ambos y qué partes habían donado ya...

Un abrazo

Javier Ortiz dijo...

Un relato muy cruel, muy crudo… pero también muy bueno.

Un saludo.

Víctor dijo...

Muy buen relato, Martín. Rápido, contundente, crudo (como dice Javier)... Enhorabuena. Aunque a los supervivientes de "Viven" quizás no les parezca tan bueno.

Saludos.

Isabel Mª dijo...

Sin palabras.

DANIEL SÁNCHEZ BONET dijo...

me ha gustado, tiene mucha mucha fuerza.

8.5

Jesús Contreras dijo...

Muy bien, Martín. Me engañaste hábilmente. Iba pensando en otra cosa. No me esperaba para nada ese final. Me impactó.

Un saludo.

Negrevernis dijo...

Aigshhhhh

Netomancia dijo...

Macabrísimo! Muy bueno Martín aplausos!!!

marialuisa dijo...

Muy fuerte, genial!!!

saludos

Maga h dijo...

Buenísimo, todo es cuestión de supervivencia!
Y allí parece que no hay alternativas.

Salute.

Druida de noche dijo...

La carne se turna asi misma para darse de comer ¿no?

saludos
Druida.

Elo dijo...

Lo mejor que te he leído!!
Evocador!

DANIEL SÁNCHEZ BONET dijo...

bueno MArtin, ya está publicada tu entrevista.

saludos

Manu Espada dijo...

Me ha recordado tu relato a una escena de Las aventuras de Arthur Gordon Pym, de Poe, en la que unos náufragos echan a suertes a ver quién se come a quién. Muy bueno.

Martín Gardella dijo...

Sol, muchísimas gracias! Me alegra que te haya gustado y que lo hayas podido visualizar. Un beso

Esteban, muchas gracias por tus elogios. Sabés que lo valoro mucho. Eso sí, el mejor de este año, aún está por venir... Un abrazo

Rosg, bienvenida al Living! Me encanta la microficción y en este espacio podrás encontrar muchos relatos de ese estilo. Espero que regreses pronto. Saludos

Martín Gardella dijo...

Microrrelatos, muy inteligente tu comentario. jaja. Buena reflexión! Saludos

Ignacio, ¿socialismo transformado en canibalismo? hasta la más extrema de las doctrinas cede ante la supervivencia. Un abrazo

Sil, es cierto. El hombre no se puede quejar! Buena referencia a la historia de los Andes (en ellos está inspirado este relato) Gracias por tu comentario! Un beso

Martín Gardella dijo...

M., el instinto de superviviencia nos puede llevar muchas veces a ser quién nunca creíamos que podíamos ser. Gracias por tus elogios. Un beso

Ananda, que bueno que pudiste pensar que historia había más allá de estos pocos renglones. Hay que tener mucho amor para hacer este tipo de donaciones, no te parece? Un beso y gracias!

Javier, reconozco la crudeza del relato, pero a veces eso es lo que hace que tenga efectividad. Gracias por tu comentario. Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Victor, gracias por tantos elogios. Coincido en que los supervivientes quizás no gusten de esta historia, pero (como he dicho más arriba) en ellos está inspirada, desde mi admiración por esa gran historia de amor y amistad. Un abrazo

Isabel, ¿dejarte muda es bueno o malo en este caso? Me queda la duda. Un beso

Daniel, muchas gracias. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Jesús, muchas gracias por tu comentario. Me alegra haberte podido sorprender. Un abrazo

Negrevernis, espero no haberte sacado el apetito. Saludos

Netomancia, y eso que a vos no te gusta lo macabro! jaja Gracias! Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Marialuisa, bienvenida al living! Si, es fuerte, pero efectivo. Me impactó incluso a mí cuando lo leí por primera vez. Gracias por tu comentario y por seguirme. Un beso

Magah, claro que no. Pero acá el instinto de supervivencia pudo convivir con el amor y ambos siguen con vida a pesar de todo. Gracias por tu comentario. Saludos

Druida, exactamente así. Come y cede, alternadamente. Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Quimera, gracias por tu comentario tan elogioso. Hay mucho por ahí que creo que supera este, pero sobre gustos... Un beso

Daniel, gracias por permitirme participar, por publicarla y por el aviso. Ya voy para allá. Saludos

Manuespada, buena referencia. Poe es un maestro, y esa sí es una buena historia. Gracias por tu comentario. Saludos

Anónimo dijo...

Así es la vida. Unas veces toca ser generosos y otras recibir generosidad. Bravo Martín

Martín Gardella dijo...

Luis, de tu parte siempre recibo generosidad. Muchas gracias! Un abrazo

Harold Diaz dijo...

Bravo!! me ha encantado la cena.

Saludos!

Martín Gardella dijo...

Harold, buen provecho entonces! Un abrazo y gracias!

Hiperbreves S.A. dijo...

Martín, recuérdame que jamás te invite a cenar.

Muy bueno.

Martín Gardella dijo...

Muchas gracias Raúl. Puedes invitarme a cenar, pero no me pidas que lleve el postre. Un abrazo

Noelia A dijo...

Me recordó a "Lunch" un corto de Svankmajer, en que dos personas se sientan a la mesa y terminan comiendose entre si, jaja.

Martín Gardella dijo...

NoeliaA, que bueno verte de regreso por aca. No conozco el corto que mencionás, pero evidentemente la historia es parecida. Un beso