lunes, 14 de diciembre de 2009

Gallito ciego

Me gusta salir a caminar de noche por la ciudad vacía. Es un placer recorrerla sin que nadie me atropelle, sin autos lanzados a la carrera ni sonidos estridentes que alteren mis nervios. Me siento el rey de la silenciosa metrópoli, anárquica, inhabitaba, imperturbable.
Al caminar por las calles oscuras, intento adivinar el camino escondido, apenas iluminado por la tenue luz de la esquina y el extremo encendido de mi cigarrillo. Me hace recordar los imborrables momentos de mi infancia, en que jugábamos al gallito ciego con los chicos del barrio, que se burlaban de mí cuando no lograba encontrarlos en la oscuridad. Pobre tonto, bueno para nada, me decían, aprovechándose de que  era el más pequeño e inocente del grupo.
Algo de razón tenían, porque mientras ellos crecieron y lograron comprarse las lujosas mansiones que decoran la avenida, continúo viviendo en la antigua casita que era de mi madre. Debe ser por eso que me gusta visitarlos de vez en cuando, para jugar con sus cosas, mientras ellos duermen.


La foto "The other side" es propiedad de Christian Pereira y se publica con autorización del autor, únicamente para su exhibición en este blog. 

43 comentarios:

Maga h dijo...

Gallitos dormidos, para el eterno jugador de las cosas perdidas.
Muy bueno.

SIL dijo...

Mmmm... Tremendo relato.
Las marcas de dolor acuñadas en la infancia, son indelebles, y en algunos casos, como en el de tu protagonista, tienen sabor a profundo resentimiento y, venganza ???
Me imagino una segunda parte teñida de sangre...

Magnífico, Martín, podés con todo, mi amigo.
Un beso enorme.

SIL

Un tipo dijo...

Debe ser por eso que recuerdo la misma ciudad.

Un tipo dijo...

Se me fue la onda xD


Saludos !

Hahaha

Neogeminis Mónica Frau dijo...

En otro tiempo, quizás lo hubiera disfrutado. Hoy por hoy estaría muy asustada pensando que me puedan asaltar!...cruel realidad que nos pincha los sueños!

Un abrazo!

Esteban Dublín dijo...

Tiene un valor especial el cuento. Y a Christian, felicitaciones por la fotografía. Bellísima.

Anónimo dijo...

Muy bella foto

Netomancia dijo...

Qué buen cuento Martín, hasta algo espeluznante. Deja una sensación de inseguridad y locura oculta dentro de ese personaje. Y la imagen nos sitúa en esa oscuridad por la que transita. Estupendo.
Un abrazo!

David Moreno dijo...

El texto deja un sabor al final de suspense, incluso de inseguridad como dice Netomancia.
Por si acaso esta noche dormiré con un ojo abierto, jeje

La foto perfecta para el relato.

Un saludo indio

mardelibertad dijo...

Sera o no sera.....dormir o estar en aviso...
Bella imagen
Abrazo

Rebeca Gonzalo dijo...

Bella imagen y bello cuento, aunque me ha creado una especia de desazón... No sé si me gustaría que me visitase por la noche mientras duermo ;)

Martín Gardella dijo...

Magah, parece que ese es el único juego que aprendió a ganar. Es lamentable. Gracias por comentar. Un beso

Sil, es cierto. Hay mucho de resentimiento en ese protagonista. Habrá segunda parte? Aún no lo sé. Gracias por tu comentario siempre tan generoso. Un beso

Kappie, una ciudad así seguramente te quitará la onda. Gracias por comentar. Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Neogeminis, hay que estar atentos y cerrar bien las ventanas (y por las dudas, no burlar a nadie en nuestra infancia!) Saludos

Esteban, que bueno que le encuentres valor. Le mando tus felicitaciones a Christian. Saludos

Liz, bienvenida al Living! La foto no es mía, pero me alegra que te haya gustado. Gracias por comentar. Saludos

Martín Gardella dijo...

Netomancia, creo que la imagen transmite ese ambiente espeluznante. Por las dudas, no conviene andar por ahí. Gracias por tu comentario. Un abrazo

No comments, el relato está hecho para la foto. Me alegra que pienses que queda adecuado. Muchas gracias. Saludos!

Mardelibertad, creo que nunca llegamos a dormirnos profundamente, solo por las dudas. Un beso

Martín Gardella dijo...

Sechat, comparto la desazón. A mí tampoco me gustaría ese tipo de visitas. Gracias por comentar. Un beso

Dan d'O dijo...

Es muy tierno todo, me he quedado pensando en la imagen de un gallo encendiendo un cigarrillo...

Víctor dijo...

A mí, Martín, tu relato me abre más puertas y ventanas que las que supongo debe abrir el prota por las noches. ¿Murió en la infancia y ahora se dedica a jugar con los juguetes que no tuvo? ¿Se ha convertido en un ladrón de guante blanco? Da igual, mejor no respondas. Me gustan más así, polisémicos.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Qué hermoso modo el que has utilizado para contarnos un modo de ver la vida desde un lugar nada habitual. La humildad, la conformidad con lo que es y se tiene y se siente.
Eres muy grande Martín.

Druida de noche dijo...

Que bueno, muy bueno... Me he sentido muy idenficado con el texto.

saludos
druida

Rembrandt dijo...

He tenido emociones encontradas con tu relato , por momentos me dió mucha tristeza y en otros me produjo cierto escalofrío.

Besos
REM

Naida Saavedra dijo...

He leído hoy varias cosas medio tenebrosas... ayer vi una película de terror horrorosa... ay... el gallito... de algo estoy segura, no es ningún tonto.

HUMO dijo...

Realmente no lo entendì, pero me diò una sensaciòn de miedo,escalofrìos surcàndome la espalda, inseguridad.

=) HUMO

HUMO dijo...

Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh, siiiiii ya està soy opa jaaaaaaaaaaaaa lo entendì, es un chorro!

Que boluda, perdòn estoy con pocas luces y vos sos mas que genial!

=) HUMO

Martín Gardella dijo...

Daniela, curiosa imagen queda en tu imaginación! Gracias por tu comentario. Saludos

Víctor, no te responderé entonces. Pero me alegra ver que tus comentarios son tan creativos como tus propios cuentos. Gracias por invitarnos a pensar. Saludos!

Luis, me enorgullecen tus palabras, muchísimas gracias. Siempre tenés una enorme generosidad en tus comentarios. Un fuerte abrazo

Martín Gardella dijo...

Druida, con el texto, con el protagonista o con los que pasan la noche durmiendo? Ahora me queda la duda. Saludos!

Rembrandt, las emociones que decís sentir son similares a las que me produjo la foto. Entonces, creo que logré transmitirlo. Me alegro mucho! Un beso

Naida, claro que no. El gallito es el menos tonto de todos. Gracias por tu comentario. Un beso

Martín Gardella dijo...

Humo, me hiciste reir con tus reflexiones realizadas en vivo en tus dos mails. Me alegra que lo hayas entendido y que lo hayas disfrutado. Gracias por comentar. Saludos!

Ignacio Reiva dijo...

¿Qué hay más ciego que la envidia y el resentimiento?. Un gran abrazo.

Natalia Astuácas dijo...

Ay amigo... hola...
Vengo a sentarme en el living...
Compermiso...
Estoyyyyyyy cansada... estos dìas de trabajo han estado puffffffff... de locos y locas...
Ay ay ay.

Bueno.. espera que leeré...
Ay me gusta la foto de tu amigo... o no amigo... el individuo, el tipo, el prójimo ja ja ja ja.

Como siempre un gusto pasar a leerte y saludarte.
Cuidate mucho, besos.

Natalia Astuácas dijo...

¿Compermiso?
Ja ja ja ja ja con razón se veía tan feo escrito... con permiso... ja ja ja ahora sí...

Raúl dijo...

Un canto a la resignación.

antonio dijo...

Un placer compartido.
Grcias por esas letras.

Soledad Arrieta dijo...

Un cuento excelente, un nivel literario impecable.
Seguí tus huellas dejadas en mi blog de poemas y no me arrepiento.
Quedás invitado, cuando quieras, al de cuentos.
Cariños, un placer estar aquí!

Martín Gardella dijo...

Ignacio, excelente reflexión. Creo que esa pregunta le da más sentido al título del relato. Gracias por tu aporte. Un abrazo!

Natalia, que bueno que te haya gustado. Tienes mi permiso para volver cuando quieras querida amiga! Un beso

Raúl, me gusta tu análisis, es un punto novedoso de ver las cosas. La resignación nos lleva muchas veces a finales inimaginables. Gracias por tu opinión. Saludos

Martín Gardella dijo...

Antonio, bienvenido al living! Gracias a vos por tu visita y tu comentario! Es un placer recibirte por aquí. Saludos

Sol, creo que compartimos el gusto por las buenas letras. Voy a visitar tu blog de cuentos ahora, que seguramente me gustará tanto como el otro. Gracias por tu visita, por tu comentario generoso y por seguirme. Un beso

Marcos Alonso dijo...

Muy bueno el texto, con ese final inesperado. Ingénuamente vamos leyendo el texto imaginándonos una historia real, mientras nos guías en tu recorrido paralelo de una vida y de ese espacio nocturno. De repente doblamos la esquina y nos encontramos en el mismo sitio para recorrer el mismo camino con otros ojos.

Genial, ya pasaré en otro momento por este interesante, Por cierto gracias por tu visita.

Isabel Estercita Lew dijo...

Marín, me gusta como está ambientado el relato, la fotografía y el clima que pasa el personaje, que a mi gusto es el bueno y el antihéroe de la historia, y me apasionan los antihéroes.
Tu estilo es interesante, estuve leyendo algunos de tus relatos anteriores, así que te sigo para volver a leerte

Un beso

Estercita

Martín Gardella dijo...

Marcos Alonso, bienvenido al Living! Me alegra que te haya gustado el relato y haberte podido sorprender. Espero que regreses pronto. Saludos

Isabel, ante todo bienvenida al Living! Me gustó mucho esa teoría del antihéroe. Creo que hay mucho de eso en la historia. Gracias por comentar y por tu visita. Nos seguimos leyendo. Saludos

Gustavo S dijo...

Totalmente de acuerdo con tus otros lectores en cuanto a la identidad foto-cuento. Hasta el título de la foto podría servir para referirse a ese lado oscuro del personaje. La frase que más me gustó, la que dice "para jugar con sus cosas", como antes jugaban con él, ¿no? Sólo que ahora puede ser un juego más peligroso... Muy bueno.

Christian Pereira dijo...

Nada, que decir… el estilo de siempre, el giro inesperado, ese toque de sofisticado que tienen los grandes autores y que no se logra ni practicando ni yendo a los cursos de esos viejos literatos arrumbados por el paso del tiempo y olor a naftalina.
Es innegable el carisma que tienen tus cuentos, y esta no es la excepción, atrapante, un buen giro, todo en unos pocos párrafos. Que decir, reitero.
Con respecto a la foto, no puedo otra cosa que decir …soy un desconsiderado. Paso por este living que hoy es tan conocido y que en su inicio hasta done algunas sillas y una toalla, living por donde paso poco pero donde su dueño siempre me tiene presente con sus trabajos –fotocuentos- que le aportan un clima más que importante a mis fotos. No puedo menos que dar las gracias.

Gracias a los que les gusto mi foto y mandaron saludos, y gracias también a los que no… ya que el mundo se compone de todo, y el todo es lo que nos mantiene vivos.

Vamos por mas Martin

Martín Gardella dijo...

Gustavo, esa frase no es casual. Creo que la palabra "jugar" da para muchas imágenes. Me alegra que te gustara este relato. Ya imagino su versión en inglés. Saludos

Chistian, muchas gracias por tu comentario. Tus fotos le dan a este living un estilo muy particular. Gracias por estar! Un abrazo

Anónimo dijo...

Pereira, desonocía tu talento como fotógrafo (es más, desconocía que fueras talentoso), excelente foto.
Tincho, hacía rato que no pasaba y realmente has encontrado un estilo propio, nada fácil.
Por mi parte duermo tranquilo, estoy más cerca de caminar de noche que de dormir en una lujosa mansión. Saludos. Pato

Martín Gardella dijo...

Gracias Pato. Fue una enorme alegria verte por acá. Espero que puedas pasar más seguido. Un abrazo!

Unknown dijo...

De acuerdo que la niñez marca a la gente.Pero hasta cierto punto,y al igual que cualquier traumática de desarrollo, es superable.Me gusta mucho el final abierto,y no concluyo con que hay que anticipar que seguirá algo tenebroso y sombrío.Como que le estan asignando seguimientos de cliché al personaje,y están como lectores en su derecho a hacerlo,pero para mí es más un nostálgico regreso a una expulsión de un paraíso,que tantas veces se nos manifiesta en la vida.