miércoles, 2 de septiembre de 2009

El carnicero habilidoso

Durante el extenso día laboral, el carnicero satisface los pedidos ansiosos de las mujeres del barrio, exhibiendo su habilidad con los cuchillos, al cortar las milanesas. Incansable, por las noches, sale a practicar sus técnicas, en los fríos cuerpos perfumados de sus mejores clientas.




La foto "Milangas" es propiedad de Christian Pereira y se publica con autorización del autor, únicamente para su exhibición en este blog.

44 comentarios:

Carina Felice, Photography dijo...

Soy vegetariana asique nunca lo vere! y no pongo noticieros, asique de los asesinatos no me enterare!Jaja! mejos sigo con mis fotos...
saludoooos Martincito!

Rembrandt dijo...

Era lo que iba a cenar, pero creo que una sopita de verduras estará bien.
Sentí como un frío en el cuello , estremecedoras tus palabras e imágenes.
El relato muy bueno como siempre , pero uyyyyyyy.

Besos
REM

SIL dijo...

Aaaasadito, qué cuentito !!!

El habilidoso, como pasa en el fútbol, tiene buen desempeño en todos los ámbitos !!!
Genial, Martín.
Un beso.

Sen dijo...

Me recuerda a "El perfume". El protagonista tambien mata a mujeres intentando perfeccionar un arte, aunque su caso se algo distinto.

claudia paredes dijo...

"...había oído muchas veces a su amigo Jack aconsejarle "vamos por partes"

aapayés dijo...

Excelente como siempre, tus escritos.

Un abrazo.
Saludos fraternos

Evangelina Prieto dijo...

Desde ahora miraré con recelo y desconfianza a mi carnicero wejejeje...
Me encanta que el texto sea corto y diga mucho...
Cariños

INSPIRACIÓN dijo...

Muy bueno! Te lo cuenta tal cual.
Besoso
Adela

Natalia Astuácas dijo...

Amigoooooooooooo que foto... que foto... amigo, amigo... agg esa foto y tu escrito son el uno para el otro.

Un abrazote queriso, cuidate mucho, besitos y abrazos.

Netomancia dijo...

Buenísimo Martín, un relato escalofriante en apenas cuatro líneas!!!! Genial, un abrazo.

David Moreno dijo...

Podría decirse que todo tiene un precio, aunque éste sea elevado.

Genial.

Un saludo indio

. dijo...

Mmm

ñam.

Anónimo dijo...

Bueno, por las mañanas disfrutaba haciendo bien su trabajo cortando filetes de la mejor calidad y con el corte perfecto y al tiempo disfrutaba mientras observaba las redondeadas formas de sus mejores clientas para continuar con su trabajo mientras ellas descansaban plácidamente en su lecho.
Fantástico Martín.
Saludos y PAZ

Víctor dijo...

...mientras las terneras lo miran con satisfacción por la venganza, ¿no, Martín?

Saludos lelos!!!

Johan Bush Walls dijo...

Es un texto muy carnoso.

Salú pue.

Christian Pereira dijo...

Primero, nuevamente gracias por la elección de una de mis fotos para publicar una de tus obras. De más esta decir que siempre es un honor trabajar en forma conjunta.

Respecto al cuento, creo que merece una reflexión. Tengo una vaga teoría que permite unir algunas algunas facetas del trabajo cotidiano con la vida de cada uno de nosotros. Así las cosas, algunas profesiones, como esta por ejemplo, permiten pensar que los oficios entrañan alguna relación sangrienta con quien lo practica.
La habilidad con el cuchillo no solo es una cuestión de práctica, sino de placer por el desmembramiento del amigo vacuno. Cuan delgado es el limite entre una pieza de carne animal y un ser humano… muy poco.

Este cuento juega con eso… con el morbo del carnicero… con la fantasía macabra de descuartizar a sus clientas como si fuera parte de su trabajo. Una buena propuesta teniendo en cuenta que estamos en el medio del paro del campo!



roko

Martín Gardella dijo...

Carina, tenés suerte que nunca te toparás con este sujeto. Pero ojo, puede haber algún verdulero con habilidades similares! jaja Saludos!

Rembrandt, gracias por tu comentario. Lamento haberte hecho cambiar el menú. Un beso

Sil, tenés razón. La habilidad con los cuchillos puede ser aprovechada en diversos ámbitos. Gracias por tu comentario! Un beso

Martín Gardella dijo...

Sen, es cierto, recuerdo ahora esa película. Pero en este caso, para colmo, el aroma no es tan agradable. Gracias por tu comentario. Saludos!

Claudia, y parece que le hizo caso! Un beso

Adolfo, muchas gracias por tu visita y tu comentario. Un placer tenerte por acá. Saludos

Martín Gardella dijo...

Evangelina, no te preocupes, no todos los carniceros son iguales! Muchas gracias por tus elogios. Me alegra que te haya gustado este cortito. Un beso

Adela, gracias por tu opinión! Me alegra que te haya gustado. Saludos

Natalia, la foto es de un amigo y creo que encajó perfecto para esta letras. Me alegra que te haya gustado. Un beso grande!

Martín Gardella dijo...

Netomancia, creo que el terror arranca desde la foto. Las líneas solo completan el escenario. Gracias por tu comentario. Un abrazo!

No comments, el precio dependerá del corte y del peso de la carne! Un abrazo

Orologiaio, veo que se te despertó el apetito. jaja. Saludos!

Martín Gardella dijo...

Luis, es como vos decís. Pasaba el día rodeado de carne, era esperable que terminara así. Gracias por tus elogios. Un abrazo

Victor, buena reflexión. La venganza de las vacas, podría llamarse este cuentito! Gracias. Saludos!

Johan, tenés razón! Quedaría mejor completado con alguna guarnición! ;) Salú Pue.

Martín Gardella dijo...

Christian, debo agradecerte por regalarnos esta foto para el Living! Creo que el relato no tendría el mismo efecto sin ella.
Respecto a tu reflexión sobre el cuento, creo que los oficios o profesiones inevitablemente van marcando a las personas y hacen de ellas su vida. Eso es terrible cuando sirve como excusa para explotar el morbo de cada uno. Gracias por tu opinión! Un abrazo

cosasimpropias dijo...

al mejor estilo jack the ripper, nada mas que este se podria llamar juan, es butcher y no persigue prostitutas sino amas de casa. estoy asustada!

Martín Gardella dijo...

Cosasimpropias, buen título el que proponés! Tu miedo a que se debe? Acaso tu carnicero se parece a este señor? Saludos!

El Vocero dijo...

Devuelvo tu agradable visita a mi espacio.

Este post y el anterior trajeron a mi memoria "El cocinero, el ladrón su mujer y su amante"

Bueno tu blog, surrealismo que gusta. Cómodo el sillón de tu living.

Te sigo y espero tu vuelta.

Abrazo

Clara dijo...

Siempre desconfié de la habilidad de los carniceros con los cuchillos...

Un abrazo,

Esteban Dublín dijo...

Un trabajador incansable, no, ¿Martín.

Javier Ortiz dijo...

De verdad que este carnicero es celoso de su deber.

Muy bueno este mini…

Martín Gardella dijo...

Vocero, bienvenido al living! Me alegra que te hayas sentido a gusto por aca. Gracias por tu comentario y por seguirme. Nos seguimos leyendo. Saludos

Clara, yo también! Por eso este cuento! Saludos

Martín Gardella dijo...

Esteban, eso es lo que yo llamo priorizar el trabajo! Saludos

Javier, coincido con vos. Muchas gracias. Me alegra que te haya gustado! Saludos

Eme dijo...

Puede que de tanto cortar, tenga una fisura en su alma*

te sigo leyendo* besosdulces*

Neogeminis Mónica Frau dijo...

ummm qué sanguinario! jejeje...y la foto, lo dice todo!...


saludos!

Martín Gardella dijo...

Eme, bienvenida al Living! Creo que esa es la consecuencia lógica de tanto ejercitar! Gracias por tu comentar. Un beso

Neogeminis, es tan sangriento como una carnicería! Saludos

Taller Literario Kapasulino dijo...

Que final!
Un microcuento genial!!!

Martín Gardella dijo...

Carla, muchas gracias por tu comentario! Me alegro que te gustó! Saludos

Rebeca Gonzalo dijo...

¡Puf! Me has puesto los pelos de punta, tengo ahora en mi cabeza una mezcla entre la imagen del carnicero, Anibal (el silencio de los corderos) y de El Perfume que no veas...

P.D.: Creo que la foto que has elegido ha contribuido en gran medida a mi espanto.

Anónimo dijo...

Es lo mínimo que se merece por ser quien hace semejante trabajo, hay que tener estómago para tocar carne cruda... o vieja.

Saludos

Martín Gardella dijo...

Sechat, la sensación de espanto que describis es exactamente la que deseaba generar! Me alegra que te haya gustado! Un beso

Dragon, buen enfoque! No lo había pensado. Creo que tenés razón! Saludos

Virginia Prieto dijo...

me encantó, saca muy fuerte nuestro lado perverso

Martín Gardella dijo...

Vir, todos los tenemos. Por eso somos carnívoros. Gracias por tu comentario. Saludos

Julibelula dijo...

Wow...

Martín Gardella dijo...

Julibelula, bienvenida al living! Tu expresión parece indicar que te gustó! Me alegro que así sea! Gracias por tu visita!

Unknown dijo...

Veo que la policía es inepta,siempre hay que repasar los carniceros y estudiantes de medicina y cirujanos en los descuartizamientos.
Como prevención contra asaltos siempre hay que desconfiar del tipo que está en la cabina telefónica,puede estar posando.

Martín Gardella dijo...

Carlos, me gustó lo de las cabinas telefónicas. Se me ocurrió un cuento. Gracias! Un abrazo