miércoles, 6 de abril de 2011

Breve informe sobre fantasmas

Considero injusta la mala fama que le han hecho a los fantasmas en el mundo moderno. Si bien es cierto que son muy distintos a los humanos, hay muchas ocasiones en que ellos son capaces de adoptar algunas actitudes bien parecidas, que no asustan a nadie y los hacen pasar casi desapercibidos.
Es interesante conocer, por ejemplo, que a los fantasmas les apasionan los deportes. Los domingos por la tarde, suelen juntarse a jugar al fútbol en algún descampado. A pesar de su invisibilidad, es llamativo ver como los arqueros son capaces de atajar con mucha habilidad casi todas las pelotas. Otras veces, reemplazaban los balones por globos inflados que sobran de algún cumpleaños, y compiten para ver quién puede hacerlos volar más alto, como si fuesen empujados sólo por el viento. Es habitual que organicen combates de boxeo entre los más fortachones. Es divertido ver como las trompadas los atraviesan sin inmutarlos. Según el novedoso reglamento, resulta ganador aquel que pueda aguantar por más tiempo la tentación de las cosquillas.
También les encanta la música. Muchos de ellos eligen la opera clásica o los cantos gregorianos. Los más jóvenes, en cambio, prefieren escuchar hard rock, e invadir las terrazas del barrio para bailar descontrolados con las sábanas de las vecinas. Les divierte decir que las colchas son fantasmas gordas, que bailan muy mal. A los más intelectuales, les gusta reunirse para contar historias sobre hombres desaparecidos, o para mirar algún programa de televisión. Una noche, se reían a carcajadas cuando uno de ellos logró colarse en un estudio en plena transmisión para enviarles un saludo frente a las cámaras encendidas sin que nadie pudiera notarlo.
Aunque parezca increíble, los fantasmas también tienen miedo, especialmente de los locos y los perros, que son los únicos que pueden verlos. Pese a ello, se sienten protegidos por un dios, que es el espíritu más viejo de todos. Cada año, durante la noche de brujas, organizan una emotiva ceremonia en honor a su guardián en una antigua catedral abandonada. Allí fue donde los conocí.
Cuando descubrieron mi identidad, fue imposible evitar que algunos de ellos me siguieran hasta mi domicilio. Reconozco que es preferible su compañía antes que deambular por la mansión en solitario. En definitiva, son seres tranquilos y bastante amigables. Eso sí, para evitar problemas de convivencia, debo cuidarme de no chocar con ellos cuando atravieso las paredes.

18 comentarios:

sandrocenturion dijo...

El tema no es nuevo pero al jugar con la forma discursiva del informe creo que has logrado darle un giro mas que interesante. Me gustó. Saludos

Neogeminis Mónica Frau dijo...

A mí me ha parecido un texto original y con buena cuota de ternura. Me gustó.
Saludos.

Netomancia dijo...

Martín, me sorprendió la extensión. La calidad de lo que escribís ya no es sorpresa. Un abrazo!

luis dijo...

Como a Neto, me llamó la atención la extensión del texto. Nunca había leído nada tuyo con esta longitud.
Una historia a modo de cuento infantil bien contado y con mucha sutileza y ternura.
Me gustó mucho amigo.
Saludos

Sara Lew dijo...

Muy bueno el texto. Originalmente narrado. Me gustó de principio a fin.
Un saludo.

Con tinta violeta dijo...

Comparto los comentarios anteriores. Y la simpatía por estos fantasmas: son curiosos y dan mucho juego.
Abrazos!!!

Con tinta violeta dijo...

Comparto los comentarios sobre el texto. Me gustan las historias de fantasmas, sobre todo estas donde se muestran curiosos y dan mucho juego.
Abrazos!!!

V de Tierra dijo...

Y me preguntaba yo en que terminaria este relato!! es fin de semana, seguro que todos organizan algo en casa.. cuidado con chocarte con ellos ;)

Martín Gardella dijo...

Sandro, elegí adrede esa forma de contar la historia. Por ahí pasó mi intención de ser original. Me alegra que te gustó. Gracias por comentar. Un abrazo

Neogeminis, hace tiempo que no te veía por acá. Me alegra que te haya parecido original. Algo de ternura tienen también los fantasmas! Un beso

Martín Gardella dijo...

Neto, reconozco que me excedí un poco esta vez, pero me pareció que un "informe" no podía ser brevísimo, y que necesitaba escribir un poco más para darle la apariencia de que había un estudio que lo sustentara. Gracias por tu elogio hacia mis textos! Son recíprocos. Un abrazo!

Luis, hay algunos cuentos un poco más largos escondidos en los rincones del Living, pero es cierto que no es lo habitual en mí. Quise darle un tono de cuento infantil, pensando que a los niños les podía encantar esta historia. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Sara Lew, gracias por tus elogios. Me pone contento que te haya gustado la forma que elegí para contarlo. Y si te divertiste, mucho mejor! Un beso

Tinta violeta, imaginé que a los fantasmas también podían gustarle los juegos... es más, creo que a veces los humanos se comportan como fantasmas cuando los practican en exceso. Gracias por tu comentario! Un beso

Martín Gardella dijo...

V de Tierra, la fiesta estuvo buena, y sin sobresaltos. La próxima estás invitada. Muchas gracias! Un beso

Juan Vásquez dijo...

Me gustó la manera de crónica para contar la historia, el final aún sigo pensando mi opinión.

Felicidades!

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola

Jajajajaa, me ha encantado la forma de contarlo. Me ha llegado muy adentro. Es precioso lleno de humor y ternura.

Besotes.

Martín Gardella dijo...

Juan, me pareció una manera diferente de encarar un tema un poco trillado. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo y gracias!

Mandalas, bienvenida al living. Qué bueno que te haya gustado. Es llamativo descubrir que los fantasmas pueden generar ternura! Un beso

SIL dijo...

El texto es impecable.
Me hizo gracia inmensa las gordas colchas bailando y me impactó que los locos y los perros tengan ese don.

Otro beso

SIL

Martín Gardella dijo...

Sil, muchas gracias. Me alegra que te gustó. Saludos

El moli dijo...

Hola Martin, es la ves primera que te leo, al igual que SIL lo de las gordas, perros y locos me pareció muy original.
Simple y atrapante.
Un abrazo.