domingo, 12 de diciembre de 2010

El juramento

Ella había mudado de barrio, había crecido, había encontrado la vida que tanto deseaba. Él respetó la distancia en silencio. Pero el día que cumplió 86 años, la buscó por cielo y tierra, hasta encontrarla.
–¿Te acuerdas cuando juré que te amaría hasta que fuéramos viejitos? –le preguntó.
Aunque ella recordaba aquella escena claramente, apenas insinuó un leve movimiento afirmativo de cabeza.
–Sólo deseaba que sepas que cumplí con mi promesa.
Y entonces el hombre, al descubrir las pupilas radiantes en esos ojos cansados que lo observaban con la misma dulzura que cincuenta años atrás, supo que haber cumplido con el juramento no había sido en vano.

32 comentarios:

Reina dijo...

Tan dulce como hermoso...!!!!

Silvia dijo...

Muy valiente

SIL dijo...

Existen ese tipo de amores.
Definitivamente.


Un beso enorme, Martín.

SIL

Unknown dijo...

Qué ternura!!!
Hay amores así, me consta.

Un abrazo

Anónimo dijo...

El amor es otra cosa

Ɔ dijo...

Maravilloso.
Saludos (:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Muy tierna historia!
Saludos.

Romina E. dijo...

Soñado! Cuánta ternura...
Beso grande

luis dijo...

Una delicia de relato amigo Martín. Ya te echaba de menos.
Gracias por volver.

Juan Vásquez dijo...

qué lindo Martín. El relato y el viejito.

Netomancia dijo...

Profundo Martín! Un abrazo!

Un tipo dijo...

"Con la misma dulzura que cincuenta años atrás".


Si el tiempo también es precioso.
Me gustó, Martín.


Un saludo.

Ezequiel Lavaca dijo...

Espectacular!!! Lo tomo prestado y lo publico en mi blog.

Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Reina, siempre admiré las historias de amor que se extienden por años. Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias! Un beso

Silvia, bienvenida al Living! Coincido con vos. Creo que es valiente amar contra las adversidades durante tanto tiempo. Gracias por tu visita y por comentar. Un beso

Martín Gardella dijo...

Sil, claro que sí! Gracias por comentar. Un beso grande

Patricia, en la misma línea que lo que dice Sil, y encima te consta! Qué bueno! Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias! Un beso

Martín Gardella dijo...

Anónimo, el amor se alimenta de presencia, pero no depende de ella. Esa es un poco la idea del relato. Gracias por dejar tu opinión. Saludos!

Ɔ, bienvenida al Living! Me alegra que te haya gustado. Gracias por pasar y comentar. Saludos

Martín Gardella dijo...

Neogeminis, tanto tiempo sin verte por acá. Gracias por pasar y comentar. Un beso

Romina, el amor en la vejez a mi también me parece tierno. Gracias por tu comentario. Un beso!

Martín Gardella dijo...

Luis, gracias a ti por seguir allí, querido amigo, siempre tan generoso. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo

Juan, muchas gracias por tu comentario. El viejo creo que es un personaje admirable, manteniendo su promesa sin recibir nada a cambio. Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Neto, creo que el relato tiene un contenido tan profundo como el amor de ese viejito. Un abrazo grande!

Un tipo, hay cosas que por suerte no cambian a lo largo del tiempo. Gracias por comentar. Saludos

Martín Gardella dijo...

Ezequiel, bienvenido al Living! Me alegra que te haya gustado. Gracias por compartirlo. Un fuerte abrazo

Unknown dijo...

Como quien dice, tardado pero seguro.

Alís dijo...

Bellísima historia, aunque qué lástima de cincuenta años perdidos...

Besos

Esteban Dublín dijo...

Martín, ¿por qué tan cursi?

Con tinta violeta dijo...

Bello y afortunadamente real en algunos casos. Lo que sucede es que pocos están dispuestos a apostar tan fuerte por algo así.
Abrazos!!!

Stonee dijo...

Demasiado cursi. Que pérdida de tiempo la del viejito. Mmm...eso es amor??? Saludos, Stonee

Martín Gardella dijo...

Carlos, así es. Más vale tarde que nunca. Gracias por comentar. Un abrazo

Alís, estoy de acuerdo con vos. Lo importante es tomar las decisiones a tiempo. Me alegra que te gustó. Un beso

Martín Gardella dijo...

Tinta violeta, la idea de este relato era mostrar justamente una historia que creo que podría existir. Pero lo ideal sería que no pasaran 50 años para ese reencuentro. Gracias! Un beso

Esteban, sabés que me gusta probar cosas distintas. Ya vendrá otro mejor. Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Stonee, bienvenido al Living! No creo que las historias de amor sean una cursilería. Sí coincido con vos en que fue una pérdida de tiempo. Hubiera sido mejor que ambos se ahorraran 50 años de tristeza y estuvieran juntos. La idea de este micro es justamente plantear el debate que vos traés aquí e invitar a pensar. Saludos!

Elo dijo...

Un cuento dulce y hermoso... =)

Ernestina dijo...

"había encontrado la vida que tanto deseaba"
En la elección de su vida ese hombre nunca estuvo. El viejo creyó que su movimiento de cabeza era por él, pero ella jamás se dió cuenta que estaba ahí, porque era vieja, ciega y sorda. Que vida triste la del viejo. Pobrecito!
Saludos y muy bueno el blog!!!
Erne :)

Ernestina dijo...

"había encontrado la vida que tanto deseaba"
En la elección de su vida ese hombre nunca estuvo. El viejo creyó que su movimiento de cabeza era por él, pero ella jamás se dió cuenta que estaba ahí, porque era vieja, ciega y sorda. Que vida triste la del viejo. Pobrecito!
Saludos y muy bueno el blog!!!
Erne :)

Martín Gardella dijo...

Quimera, muchas gracias! Me alegra mucho que te haya gustado. Un beso

Ernestina, bienvenida al Living! Qué bueno que te guste mi blog. Me dejaste pensando con tu comentario. Eso me gusta de un microrrelato, cuando existen diferentes formas de interpretación. Saludos y gracias!