viernes, 9 de abril de 2010

El café frío

Como todas las mañanas, leía el diario mientras tomaba un café cerca de la oficina. De repente, vi aparecer a Eduardo cruzando la puerta. Hacía mucho que no lo veía al flaco; estaba casi igual que la última vez que nos habíamos encontrado, algunos años atrás, en esa misma cafetería.
Se acercó caminando directo hasta mi mesa y festejamos el casual encuentro con un abrazo amistoso. Lo invité a sentarse y tomar un café conmigo. Le conté acerca de mi vida, de cómo estaban los chicos, mi esposa, los perros, nuestros amigos en común. Sin embargo, él me escuchaba en silencio, con apatía, apuntando su mirada triste hacia la tacita de café que se enfriaba pasivamente. A pesar de mis preguntas, no quiso contarme nada acerca de sus cosas, salvo algunas quejas por tener demasiado tiempo libre en esos días. Al despedirse, noté que lo estaba haciendo para siempre. Se alejó sin darse vuelta, arrastrando los pies, esquivando las mesas tardamente. Estaba raro.
Me quedé leyendo el diario por un rato. Descubrí que el nombre del flaco se repetía varias veces, escrito en negritas, entre las necrológicas.

43 comentarios:

Rogelio dijo...

Qué bien escribís, Martín, pero la obsesión por el final sorpresa deteriora notablemente este relato. No lo fuerce, por favor.

Es mi opinión y no quiero ofender a nadie. He notado que los blogueros son alérgicos a la crítica.

MONDO FRANKO dijo...

Yo no haría una crítica... pero con una mano en el corazón, le digo que mientras lo veía al flaco irse cabizbajo ya empecé a pensar de que se trataba de un aparecido. Igual me lo leí todo y me gustó Martín. Te mando un abrazo y aunque no siempre comente te leo.

David Baizabal dijo...

A mí,al contrario de Rogelio,sí me gustó la forma de resolver el cuento, siempre hay que buscar una forma que no caiga en el lugar común para matar a un personaje; en tu caso me gusta eso de las letras necrológicas.

Reina dijo...

Toda una premonición...!!
Qué fuerte...!!
Muy bueno...!!

SIL dijo...

Escribo otro tipo de cosas y lo sabés bien...
así que me considero NADIE para opinar.
Solo quiero contarte -a vos-, MARTÍN, que mis poemas nacen con el último verso, y a partir del remate, crece de abajo hacia arriba toda la estructura...
Sin giro final, no tengo poesía.
Esa es mi forma de escribir.

Por éso será, que adoro los golpes de timón en el final, en todos los textos que leo, incluyendo los tuyos.

Tu cuento de hoy me recordó la sensación de impotencia que sentía el protagonista de GHOST al caer en la cuenta de q´estaba muerto. Me retrotrajo a aquel emblemático film...
no sé si estás de acuerdo con la analogía que refiero.

Un beso enorme.
mi comentario es casi tan extenso como tu cuento ... sorry!

SIL

Soledad Arrieta dijo...

Magistral, Martín!!!
Esta vez, de nuevo, no sospeché el final.
Cariños!

Anadry dijo...

ay, Martín!!
tomo unas palabras de Sil:
"Tu cuento de hoy me recordó la sensación de impotencia que sentía el protagonista de GHOST al caer en la cuenta de q´estaba muerto.
..., y en la línea 8 en tu "Sin embargo,...", ahí ya me pasó lo que dijo Sil, ahí me di cuenta que sigo en carne viva.
Me tenés acostumbrada a las sorpresas en los finales,... hoy te lo descubrí porque sentí lo que pasaba.Eso significa que has transmitido perfectamente el sentir.
Un beso gigante, Martín!

Elo dijo...

Mmm... Y yo que pensé que el Flaco estaba vivo pero se iba a pegar un disparo jeje!

Verónica Calvo dijo...

Psss, Martín, que el cuento te va a escribir una carta ^^
Pues mira, pensaba que al final iba a estar enfermo y que se iba a desplomar, así que la sensación a muerte está (y conseguida), y como no, con la sorpresa al final.
Te has ganado el aplauso de la semana.

Besitos.

Víctor dijo...

Coincido con algunos de los comentarios anteriores, Martín. El texto está muy bien narrado, con ritmo, profesionalidad y tal, pero la sorpresa final (un tanto predecible) desmerece todo el esfuerzo anterior. De todos modos, buen relato.

Un abrazo.

Druida de noche dijo...

muy bueno, inesperado, borgeano

druida

Isabel Mª dijo...

Quizás tuvo conciencia en ese mismo momentos de que estaba muerto.

Muy bueno, Martín.

Un abrazo

DANIEL SÁNCHEZ BONET dijo...

muy bien narrado, como de costumbre.
El final demasiado explicito, con eso de las necrológicas.
Por el resto, como siempre, en línea ascendente.

7.5

mara-mara dijo...

Este relato explica perfectamente el motivo por el cual yo dejé de leer el periódico...

Besos

Anónimo dijo...

Vaya sorpresa que me he llevado cuando he llegado al final. Pero bueno estas cosas pasan, a veces la realidad nos llega tarde, una vez que ya ha sucedido. Un saludo

Meri dijo...

¡Muy bueno!, hace poquito descubrí tu blog, una lastima no haberlo hecho antes pero bueh , saludos.

Natalia Astuácas dijo...

Amigooooooooooo.
¡Te pasaste!...
Esto es... muy bueno.
Que bien amigo, que bien te salió.

Un abrazo fuerte, cuidate mucho.
Luz y magia para vos.
Besos.
:)

Alís dijo...

Lo que yo pensaba mientras leía el relato es que para que dos amigos se encuentren en el mismo bar años después tiene que darse el hecho de que uno sea habitual. Por tanto, el encuentro siempre se dará porque el otro va a buscarlo.
Estuviera muerto o fuera a morirse fue a despedirse.
¿Por qué es tan importante despedirse de algunas personas? Pienso en esas que no forman parte de nuestro entorno habitual, pero si muriéramos quisiéramos despedirlas antes...
Perdona el rollo. Me volé con tu Eduardo.
Y me gustó mucho.
Un beso

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Con razón lo encontrabas cabizbajo! ajajaja

muy bueno!


un abrazo.

Rufino U. Sánchez dijo...

No soy nadie para opinar y menos tras leer a algunos de tus lectores pero a mi me gustó. Cierto es que el final más que predecible es demasiado explícito pero seguro también que algunos no lo hubieramos entendido de otra forma.

En todo caso, quiero confesarte que me gustó.

sandro C. dijo...

Que importa el final. Si la música es buena se la disfruta mientras suena. Felicitaciones.

Netomancia dijo...

La tristeza cambia de lado al irse Eduardo, y se instala en el protagonista. A veces la muerte de alguien nos llega de antemano, pocas veces, en persona. Gran relato Martín, me gustó disfrutarlo palabra a palabra.

David Moreno dijo...

Pues a mí me gustó. Bien narrado. Con final bien cerrado, y lo explícito no es sinónimo de menos calidad.
No entiendo la obsesión con que siempre tiene que haber un final sorprendente, un giro inesperado, un final super abierto...
A veces sí y otras no.

Un saludo indio

ALEX B. dijo...

Pues ya que vamos de crítica y sugerencias te haré las mías.A mi me gusta el relato y el giro final, pero aún le habría dado otra vuelta de tuerca encontrando, el protagonista que él tambien estaba entre las necrológicas y je je que en realidad se habían encontrado los dos en el más allá.

Manu Espada dijo...

Muy bueno Martín, muy bueno.

Edu dijo...

El final explícito, pero qué, ya se intuía al ir avanzando el relato. Por qué tan triste? Por qué no hablaba? En la Odisea, cuando Odiseo bajó al Hades, para poderse comunicar con los muertos, tenía que dejar que ellos bebieran la sangre derramada del sacrificio. A lo mejor por eso ni una sola palabra después del saludo, porque no tenía nada que decir en su nueva condición de no-vivo. Digo yo, no sé.

Sen dijo...

Muy bueno, con su giro habitual en la última frase. Eres todo un referente, Martín. Enhorabuena por tu trabajo

Anónimo dijo...

auuch!!!... siempre me terminas dejando la piel erizada del susto, por mas que digo, no, no.. se trata de otra cosa, zaz!.. sucede lo inesperado.
tu tinta tiene magia!

un beso

Javier Ortiz dijo...

Muy buen relato, sin embargo, coincido con algunos comentarios en el sentido de que el final le resta fuerza. Pero muy bueno, se disfruta mucho este texto.

Un saludo.

Citopensis dijo...

Buena historia.

Coincido en que a veces la obsesión que tenemos por sorprender puede restar fuerza a un texto... quizá no le habría venido mal mayor libertad al lector para "elegir" su final.

Un saludo.

Unknown dijo...

Excelente relato con final sobrenatural inesperado.
Y nos deja con la interrogante acerca de si existe el sexo después de la muerte.

manu dijo...

Salvando las distancias del final contundente, a veces he tenido esa sensación de despedirme para siempre, esa cuestión de maquillar un hasta siempre por un hasta luego.

Saludos

Un Poco Rara dijo...

Esto parece autobombo pero esa no es la intención.
Terminé una serie de micros en blanco y negro en mi blog. Vaya aquí la invitación a iniciar una nueva saga a partir de los mismos elementos. Es una invitación a jugar.

http://unpocorara.blogspot.com/2010/04/que-me-contas.html

Unknown dijo...

Para mí es un muy buen relato con un final correcto y dentro de tu estilo. Los que consideran que el final es predecible, creo que confunden la palabra, y deberían decir imaginable, pues tiene varias posibilidades, de las cuales tú escoges una.
Un abrazo.

Rosi(Lucía) dijo...

Nunca te había leído, salvo en el libro que compartimos de microrrelatos, pero creo que me voy hacer fiel seguidora a tus escritos, me encantan esos giros finales que nadie intuye. Un saludo compañero.

Rosi(Lucía) dijo...

Nunca te había leído, salvo en el libro que compartimos de microrrelatos, pero creo que me voy hacer fiel seguidora a tus escritos, me encantan esos giros finales que nadie intuye. Un saludo compañero.

Martín Gardella dijo...

Rogelio, todas las opiniones son bienvenidas aquí (aunque eso no significa que las comparta). De todos modos, gracias por compartirlas, y por abrir el debate. Saludos

Pablo, claro que sí! Por eso no entiendo a quienes dicen que el relato tiene un final sorpresa! Si toda la descripción del flaco lo muestra como lo que realmente es. Un abrazo

Baizabal, gracias por tu comentario. A mi me gustan mucho los finales con un giro inesperado. Me alegra ver que a vos también. Bienvenido al Living! Saludos

Martín Gardella dijo...

Reina, me alegra que te haya gustado. Una historia premonitoria, no? Gracias por tu comentario. Un beso

Sil, coincidimos en eso. Aunque no todos mis relatos tienen un giro en el final (de hecho, pocos lo tienen) también me gusta encontrarlos cuando lo escriben los demás. Quizás por eso también me gustan tus versos. Gracias por tu comentario. Buena relación con Ghost. Un beso

Sol, me alegra que no lo sospecharas. Seguramente así lo disfrutaste mas. Un beso

Martín Gardella dijo...

Anadry, es que no siempre busco sorprender. Voy dejando pistas para que lo vayan viviendo, disfrutando de a poco. Me alegra que te gusto. Un beso

Quimera, ese si hubiera sido un final sorpresivo! Buena versión! Un beso

Ananda, me gustó tu versión de los hechos. Gracias por los aplausos. Un beso

Martín Gardella dijo...

Daniel, la palabra "necrológicas" fue la primera que surgió en este micro, que lo escribí de atrás para adelante. Un abrazo

Mara-mara, me dió risa tu comentario. Aún puedes leerlo por Internet. Un beso

Luis, nunca es tarde para decir adiós a un querido amigo. Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Netomancia, es cierto lo que decís acerca de la tristeza. Quizás eso lo invita a prolongar el recuerdo. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo

No comments, no creo tener tal obsesión, aunque todo es cuestión de gustos. Conocés que en mis relatos intento probar de todo un poco. Saludos

Alex B, muy linda tu versión. Más triste aún, más negra, pero no por eso menos original. Un beso

Martín Gardella dijo...

Manuespada, muchas gracias! Me alegra que te gustara. Saludos

Edu4poet, bienvenido al Living. Coincido con tu comentario. Un final no puede ser explícito y sorpresivo a la vez. Cada cual lo lee como quiere. Saludos y gracias por comentar.

Sen, muchas gracias por tu comentario. Es muy elogioso saber que alguien puede considerarme un referente del género. Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Carlos, compartís tu interrogante con nosotros y ahora me quedo con la duda. ¿Que te habrá hecho pensar en eso? De cualquier modo, gracias por opinar. Un abrazo

Manu, me gusta que hayas puesto el foco en esa frase. Que feo es despedirse con esa sensación, no? Gracias por tu opinión. Saludos

Un poco rara, tomo tu invitación y me dejo llevar. Ya nos veremos por allí. Saludos