Mira por dónde, jamás lo había visto desde esa optica.Un saludo.
El asunto es comértela. Un abrazo.
Nunca lo habia pensado asi, tienes razonUn abrazo
De ahí la grandeza de Ulises.Abrazos
¡Ja! y... perder el misterio, no, Ulises no nos puede hacer esto.¡Muy ingenioso!Besitos
Bueno, no sé yo el ingrediente ese, pero bueno, si la paella queda exquisita... Nunca me gustó Ulises y ahora sé porqué. Un abrazo.
Veraderamente deliciosas desde todo punto de vista... Debe ser por eso que nunca volvieron a verse.Un abrazo Martín.
Pedro, siempre hay una nueva forma posible de ver las cosas. Gracias por comentar. Un abrazo!El moli, me hiciste reír. Gracias por tu comentario tan cierto. Saludos!
Lapizlazuli, entonces no sé porqué se quejaba Penélope. Saludos!Susana, así es. Ulises nos dejó una gran enseñanza. Un beso
Elysa, nadie debería quejarse. Las paellas, en aquella época, eran mucho más ricas. Un abrazo!Mar, no es culpa de Ulises, sino del cocinero. Gracias por pasar y comentar. Un beso
Alejo, en aquella época no existía Greenpeace, y las sirenas se extinguieron rápidamente. Un abrazo!
muy bueno...permiso lo llevo a mi muro. saludos . siempre un placer tu blog.
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Mira por dónde, jamás lo había visto desde esa optica.
ResponderEliminarUn saludo.
El asunto es comértela.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nunca lo habia pensado asi, tienes razon
ResponderEliminarUn abrazo
De ahí la grandeza de Ulises.
ResponderEliminarAbrazos
¡Ja! y... perder el misterio, no, Ulises no nos puede hacer esto.
ResponderEliminar¡Muy ingenioso!
Besitos
Bueno, no sé yo el ingrediente ese, pero bueno, si la paella queda exquisita... Nunca me gustó Ulises y ahora sé porqué. Un abrazo.
ResponderEliminarVeraderamente deliciosas desde todo punto de vista... Debe ser por eso que nunca volvieron a verse.
ResponderEliminarUn abrazo Martín.
Pedro, siempre hay una nueva forma posible de ver las cosas. Gracias por comentar. Un abrazo!
ResponderEliminarEl moli, me hiciste reír. Gracias por tu comentario tan cierto. Saludos!
Lapizlazuli, entonces no sé porqué se quejaba Penélope. Saludos!
ResponderEliminarSusana, así es. Ulises nos dejó una gran enseñanza. Un beso
Elysa, nadie debería quejarse. Las paellas, en aquella época, eran mucho más ricas. Un abrazo!
ResponderEliminarMar, no es culpa de Ulises, sino del cocinero. Gracias por pasar y comentar. Un beso
Alejo, en aquella época no existía Greenpeace, y las sirenas se extinguieron rápidamente. Un abrazo!
ResponderEliminarmuy bueno...permiso lo llevo a mi muro. saludos . siempre un placer tu blog.
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