I
Aquel
tímido intercambio de miradas sobre sus cuerpos desnudos, fue incorporando abundantes
besos, después caricias, hasta convertirse en una pasión desenfrenada que
liberaban de manera casi salvaje, varias veces por día. Lograron así olvidarse
de la manzana prohibida, que permaneció intacta en el Árbol del Conocimiento. Dicen
que, de igual manera, Dios los expulsó del Paraíso. Pero ellos ni se dieron
cuenta.
II
El diluvio
comenzó antes de lo previsto. Como no hubo tiempo para cargar provisiones, Noé
ordenó sacrificar a un animal por día. Comenzaron por los ejemplares de mayor tamaño,
para satisfacer el hambre de muchos y generar lugares para esparcimiento. Así,
con la muerte de los dinosaurios se salvaron las demás especies.
III
El milagro
no fue suficiente. Con un simple movimiento de sus manos, multiplicaba los
panes y los peces. Pero también la gente.
IV
–¡Él me golpeó
primero, mamá! –argumentaba Caín.
Es increíble que pocas palabras digan tantas cosas.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo.
En la Biblia necesitaron un montón de palabras y casí que no queda claro. Aquí en nada está todo dicho.
ResponderEliminarBesitos
Magistral, como de costumbre. Tu síntesis es fabulosa. Felicidades!
ResponderEliminarPobres dinosaurios, malditos humanos...
ResponderEliminarSaludos
J.
Buen repaso bíblico, eso sí, ajustado a la razón.
ResponderEliminarSaludos
Moli, muchas gracias. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
ResponderEliminarElysa, este es un resumen posible. Para qué decir más? Gracias por tu comentario. Saludos
Con tinta violeta, muchas gracias por tus siempre gentiles comentarios. Un beso
ResponderEliminarJosé, yo también lamento el final de los dinosaurios. Se hará justicia. Un abrazo
Enmascarado, algunos dicen que algunas partes de la Biblia son imposibles de creer. Estas versiones, más racionales, creo que fortalecen esa afirmación. Gracias por tu comentario. Un abrazo
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