Con cuatro horas diarias de gimnasio, una dieta estricta y largas sesiones de bronceado, el anciano logró cambiar su aspecto en pocos meses. Afeitó su barba y se mudó al Hemisferio Sur, donde cambió la calurosa chaqueta roja por una guayabera multicolor. Luego, vendió el viejo trineo para comprar un descapotable último modelo, y contrató a un fotógrafo prestigioso para que lo retratara en una playa, exhibiendo sus brazos recién tatuados.
Esa Navidad, repartió juguetes en tiempo récord, con la vitalidad de un hombre nuevo. Eso sí, con su imagen diferente impresa en las tarjetas, aquel año Unicef no vendió ni una postal.
Este microrrelato está incluido en la Breve antología de microrrelatos navideños elaborado por la Internacional Microcuentista.
Y bueno , tooooooooooooooodo no se puede.
ResponderEliminarEl ¨tuneado¨ tiene sus ventajas, que por respeto a la investidura de don Noel veo que has omitido.
Sos un caballero.
Unicef no le dio ni bola pero vaya a saber cuántas damas agradecieron en especie sus regalos.
Beso grande, Martín !!!!
SIL
Los tiempos cambian, no cabe duda...ja,ja. Buen humor para este micro navideño.
ResponderEliminarAbrazos y feliz año Martín.
Hay que agiornarse...!!1 jaja
ResponderEliminarUn beso y feliz año para vos
Vaya, un Papá Noel posmoderno. Muy bien, muy divertido micro.
ResponderEliminarSaludos.
Desde luego, hay que reciclarse, ya sabemos...renovarse o morir. Me ha gustado ese Papá Noel marchoso y playero, lo malo es que a los humanos nos cuesta mucho aceptar los cambios, por eso habrá que esperar otro año para que las postales navideñas, se vuelvan a vender como churros ;)
ResponderEliminarMuy bueno el tuning y el micro también. En cuanto a Unicef......siempre puede fotografiar otra cosa o convocar un concurso de dibujos infantiles. No?
ResponderEliminarJajajaja
ResponderEliminarAhora los niños ya no le piden regalos, pero sobrevive gracias a las peticiones de las mamás... aunque acabe agotado.
Besos
Lo moderno a veces no convence ja.
ResponderEliminarFeliz año nuevo Martín!
Hahaha, todo un modelo a seguir :P
ResponderEliminarBuenísimo, Martín.
Saludos, y feliz año!
Jejeje. Renovarse o morir. ¿?
ResponderEliminarMuy original este relato.
Besos y ¡feliz 2011!
Una graciosa y divertida historia navideña.
ResponderEliminarUn 2011 lleno de prosperidad para ti y tu familia.
Un fuerte abrazo, Martín!!
Un verdadero cambio de imagen. A lo grande. De este modo nadie sospechará de su presencia en los balcones y ventanas del mundo.
ResponderEliminarFeliz año.
No anduvo bien el marketing...
ResponderEliminarAunque no estaría nada mal tener a nuestro propio viejito, sin importar en qué ande.
Aprovecho para desearte muy buen año, Martín, felicidades!!!!!!
Es bastante humorístico, pues a nadie se le ocurriría un Papa Noel moderno. Me gusta que rompa con los estándares que todos esperan de este señor, un respetable señor, con traje y botas e incluso trineo. Pero es muy triste que deba cambiarse una historia de hace tantos años, con tanta magia y lo demás. Creo que suele perderse lo que existía entonces, nosotros cambiamos y también él. Cada vez todo más frío.
ResponderEliminarNo obstante me gusto mucho tu blog.
Tan genial como siempre
ResponderEliminarExcelente, Martín. El final me ha encantado, pero todo el texto es muy bueno.
ResponderEliminarSaludos
Me encantó este Papá Noel tuneado jiji.
ResponderEliminarSiempre es bueno renovarse!!
Besos para tí y que tengas un excelente 2011.
REM
Queridos lectores, después de algunos días de ausencia, he decidido que es momento de volver a las letras. Agradezco todos sus comentarios y buenos deseos para este año. Les deseo el doble de eso a todos ustedes. Se viene una nueva etapa en el Living. Espero que sigan acompañándola.
ResponderEliminarQuiero darle la bienvenida a todos los nuevos lectores. Gracias por pasar por aquí. Nos seguimos leyendo.
Saludos y feliz 2011!