Amaba a la mamá de Ana apasionadamente. Alma adolescente, auténtica argentina, ansiosa, asustadiza. Animal adorable, adiestrada actriz, artista admirable. Atrapaba Adanes adultos astutamente, arremetedora, acechante. Amigable hada, amorosa alteza. Daban ganas de abalanzarse. Abanderada del amor, ágil abdomen aterciopelado, adorable aguamarina. Amante ardiente agradecida, largas patas de aguja, abundantes alaridos, abrazos apretados de algodón, asesina de almohadas. Asaba las achuras con aderezos, amasaba las pastas acarameladamente. Admirable azúcar afrodisíaco, apetitosa, adictiva. Astuta ave. Adoraba a Allende, Arlt y Alfonsina. Cantaba alegremente acordes de Abba, Aznar y Maná. ¿Adónde andará ahora? Cansada de tanta asonancia, me abandonó sin adioses ni advertencias, por un adinerado abogado aguafiestas, llamado Ernesto.
Inspirado en el microrrelato "Palabras parcas", de Luisa Valenzuela.
Inspirado en el microrrelato "Palabras parcas", de Luisa Valenzuela.
Aaaaaahhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEL ritmo y la musicalidad están bien definidos, y claro, el final bien puesto. Me agrada.
ResponderEliminarUn abrazo
Excelente la inicial de la última palabra jejeje =)
ResponderEliminarÁh, la tragedia,todo en Ana era falso,pero los ojos del amor ciegan.
ResponderEliminarBuena idea, bastante difícil de llevar a la práctica. El texto se me hace un poco forzado en partes, pero me gustó el final con Ernesto, ese mequetrefe :P
ResponderEliminarSí, me gustó, Martín, pero quizás se me hizo un poco largo. Cuesta a veces de leer y centrarse en lo que se lee, con todo aes. El final, sin embargo, muy apropiado y bien encontrado. Ah, leí el de Luisa y es muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Genial.
ResponderEliminarLa hubieras perdonado si el abogado se hubiera llamado Ataulfo. ¿Verdad?
ResponderEliminarDios mio amigo Martín he tenido un subidon increible. Vaya hembra. Lastima que al final se marchara con Ernesto.
ResponderEliminarUn abrrazo
Genial, sobretodo porque sólo intentar llevar a la práctica un micro como el tuyo es una labor muy dificultosa y que necesita mucho ingenio, como el que tú tienes.
ResponderEliminarBravo.
Un saludo indio Martín
Estos ejercicios se justifican por el plcer estético que producen. No hay duda de que precisan de un gran ingenio que, no voy a descubrir ahora, te sobra. Pero a mí no me llega.
ResponderEliminarUn abrazo Martín
Extraordinario.
ResponderEliminarAy! Ay! Ay!...Hay abogados astutos que arteramente andan arrebatando lo que más amas…(al menos la agraciada -como atenuante- no adoraba a Arjona)
ResponderEliminar:)
Brillante, Martín !!!!!!!!!!
Beso enorme
SIL
Lo raro es que no se fuera a la "Z"... es lo que tiene ^^
ResponderEliminarUn AbeZo (jeje)
Estupendo juego de palabras!...me encantó!
ResponderEliminarun abrazo.
Es fantástico Martín!
ResponderEliminarEs un arduo trabajo, ideal para taller. Me encantó!
Besos,
Buena idea. Tengo escrito un micro sólo con "oes" y sé la dificultad que entraña este experimento para que el texto tenga sentido y a la vez un argumento literario sin que se quede en la mera forma. Enhorabuena.
ResponderEliminarTe felicito por la originalidad de este cuento, Martín. Y che, ¿no se habrá ido con MI Ernesto, no? Ja ja. Aunque pensándolo bien, adinerado abogado aguafistas, no, no debe ser él.
ResponderEliminarCariños!
Que mal :D
ResponderEliminar¡Vaya! ¡Aquí sí que es importante llamarse Ernesto!
ResponderEliminarCruel traición la de Ana.
ResponderEliminarTambién me pareció forzado en algún momento, pero en mi opinión el final borró totalmente esa impresión.
Muy bueno
Un beso
Genial....!!
ResponderEliminarNo va a durarle mucho el tal Ernesto, debió ser Aníbal o Alan o Archivaldo... pero Ernesto... tiene poca vida... jaja
No me doy por aludido Martín, no soy abogado jaja. Muy bueno, realmente elogiable, un ejercicio no muy fácil de llevar a cabo y sin embargo no solo está bárbaro, sino que cuenta una historia en forma impecable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ana es un nombre asonante... al menos para mí, y muy apropiado para iniciar el relato... y rematarlo con ernesto... la sucedión de la vocales de la A a la E y descubrir que todo no era como uno se lo imaginaba...
ResponderEliminaruna vez más confirmas que eres un gran minificcionista y un artista del lenguaje.
ResponderEliminarsaludos
...un adinerado abogado aguafiestas, llamado Arrrrrnesto.
ResponderEliminar..tenía un amigo que en broma comenzamos a llamarlo "ARNESTO" jajaja...venía bien para tu final!!!
Genial, Martín!!!
Que intente pues enamorarse de la hermana de Esther!! eh!
ResponderEliminarEl final siempre tan rompedor... :)
Besos.
Pensando, en mi familia más próxima no existe la A...
ResponderEliminarEstupendo relato.
jaja, bien por el tautograma, yo intenté hacerlo algunas veces, pero la verdad que me rompe la cabeza, no encuentro con que reemplazar las preposiciones y las conjunciones. Te ha quedado bien redondito.
ResponderEliminarLaluz, excelente comentario! jajaaja Un beso
ResponderEliminarBaizabal, me alegra que te guste. El final creo que es la esencia de este micro, lo que le da originalidad. Muchas gracias. Saludos
Quimera, claro que fue a propósito! jaja Gracias! Un beso
Carlos, no era Ana, sino su mamá. Coincido sobre la ceguera. Gracias por comentar. Un abrazo
ResponderEliminarUn poco rara, me gustó lo del mequetrefe. Claro que la unión de palabras tan asonantes hace difícil la lectura. De ahí, la gracia. Muchas gracias por tu comentario. Un beso
Víctor, leí el de Luisa y me gustó tanto, que también lo quise probar. Animate a intentarlo vos también. Muchas gracias. Un abrazo
Orologiaio, muchas gracias! Me alegra que te haya gustado. Saludos
ResponderEliminarRaúl, yo creo que sí. Entre colegas no nos pisamos el poncho. Un abrazo
Luis, será momentáneo. Luego se irá con Ignacio, Oscar y Ubaldo, y así nuevamente a alguno con A. Un abrazo
Indio, gracias por el elogio. Fue un lindo ejercicio, que hace rato tenía ganas de probar. Me alegra que te guste el resultado. Un abrazo
ResponderEliminarJesús, sobre gustos, no hay nada escrito. Gracias por tu sinceridad. Saludos
Esteban, muchas gracias por el elogio. Me alegra que te gustó. Un abrazo
Sil, ya tuviste que salirte con la tuya. jaja Excelente comentario! Me hiciste reír. Muchas gracias. un beso
ResponderEliminarAnanda, es que la niña se llama Zulma. jaja saludos
Neogeminis, muchas gracias! Me alegra que te haya gustado. Un beso
Claudia, me alegra que te gustara. Te invito a probarlo, seguramente lo harías muy bien! Gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarManuespada, imagino que solo con "oes" debe ser aún más difícil y muy "horroroso". Gracias! Un abrazo
Sol, con cual de los adjetivos no cumple tu Ernesto?? Por las dudas fijate si todavía está allí. Gracias por tu generosidad. Un beso
Liz, son todas iguales :P Saludos
ResponderEliminarAlberto Flecha, bienvenido al Living! Gracias por tan oportuno comentario. Al final de cuentas, Wilde tenía razón! Un abrazo
Alís, es cierto que la limitación respecto de la letra A lo hace un poco forzado. Aún así intenté sorprender al final, me alegra que te gustó. Un beso
Reina, claro que sí. Ernesto lo sufrirá en carne propia. Gracias por comentar. Saludos
ResponderEliminarNeto, hacés bien en no darte por aludido. Esa chica no te conviene! Gracias por tu comentario tan elogioso. Un abrazo
Edu Salas, bienvenido al Living! Ese fue el juego que quise mostrar. Me alegra que lo disfrutaras. Gracias por tu visita y por comentar. Saludos
Sandro, una vez más jerarquizás el Living con tu visita y tu generosidad. Muchas gracias! Siempre es un placer recibirte por aquí y saber que es mutua la admiración. Un abrazo
ResponderEliminarAnadry, me dió risa lo de Arnesto. Hubiera quedado bien! jaja Un beso
Mara-mara, tu nombre hubiera quedado muy bien en este relato, mal que le pese a Esther. Un beso!
Negrevernis, en tu seudónimo tampoco. Gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarNoelia, me alegra que te haya gustado. Me divertí mucho haciéndolo, así que te sugiero que lo sigas intentando, que seguramente te quedará redondo a vos también. Gracias por tu comentario y tu visita! Un beso
Esto fue algo así como el exquisito trabajo meticuloso y enfermizo de un genio. A veces, como en estos casos, algo que es simplemente un recurso, algo que es un simple envase, termina llenándose con la magia del contenido.
ResponderEliminarMe divirtió muchísimo el texto. Felicitaciones!