miércoles, 21 de julio de 2010

Tal para cual

Aquel monstruo era un tipo romántico. No le gustaba asustar a las mujeres, pero tampoco podía evitarlo. Era tan feo que no lograba acercarse a una dama, sin que ella huyera por el espanto. Pero encontró el amor en una mujer ciega. Ella no sabe de su fealdad porque jamás lo ha visto. Pasa las noches besando sus dos bocas, mientras lo estruja contra su redonda anatomía, con la fuerza insoportable de sus seis bracitos.

Este microrrelato fue elegido finalista del VIII Certamen Internacional de Microcuento Fantástica miNatura 2010.

28 comentarios:

SIL dijo...

Ojos que no ven...

Dos bocas ?
No suena tan mal ;)

Me recuerda en algún punto a un micro tuyo que hacía referencia al hombre invisible (no me acuerdo el título del post...):(
en el que acordábamos que todos hallamos tarde temprano nuestra media naranja, por más complicado que resulte la búsqueda.

Beso enorme, Martín.

SIL

Reina dijo...

Los ciegos ven con más claridad... ella sabe bien quién es él... y lo ama por eso...!!!

David Baizabal dijo...

Nunca falta un roto par un descosido. Me agrada mucho el final, de hecho toda la narración me parece muy buena, creo que ahí está el encanto; y en las imágenes. Muy bueno,

Un abrazo

Unknown dijo...

¿Insunuás, hacés ver o dejás picando que las que tenemos más de dos brazos somos monstruosas? No te permito che. Y menos que lo digas tan bien dicho

Maite dijo...

Hay quien sin ver...ve más allá. Lo de que te abracen con 6 brazos (eso es un súper abrazo) y te besen con dos bocas, tiene muy buena pinta ¿eh? Un abrazo bimanual ;-)

Odile dijo...

¡Quién pudiera tener dos bocas y seis brazos para derramar amor...!

Un beso monstruoso

Isabel Mª dijo...

Cual para tal. Me gustó. Un beso Martín

Con tinta violeta dijo...

Muy bueno lo de dos bocas y seis brazos...por otro lado es totalmente cierto que el amor es ciego...
Abrazos!!!

Esteban Dublín dijo...

Nice.

Nel Morán dijo...

Es increiblemente dulce. Se queda uno con esa sonrisa tonta de cuando algo le llena.

Blogsaludos

Claudia Sánchez dijo...

Sí Martín, siempre hay un tal para un cual. Por cierto, cuando puedas, te pasás por casa...?
http://sanchezclaudiabe.blogspot.com/2010/07/premio-para-compartir.html
Saludos!

V de Tierra dijo...

Porque el amor es ciego y la locura (o los monstritos) se acompañan para siempre... los monstruos tienen derecho tambien a tener su media mitad :) Buen fin de semana!!

Anadry dijo...

Digo, pienso, visualizo...,ella, además de ciega ¿¿ es in-sensible?? porque si a mí me abraza alguien con seis bracitos creo que estoy en una gran fiesta de cuatro.
Ay...!! ya lo dije...esto se está degenerando!!

bueno, Martín..., con tus comentarios de mis comentarios me estás metiendo presión...y es injusto je.
Besotes gigantes!!

Alís dijo...

Todos necesitamos un ciego al lado que vea de nosotros sólo lo que vale la pena y no repare en los muchos defectos.

Bonito texto

Besos

Anónimo dijo...

Hola, muy bueno lo que haces. Què bien que colabores con Ònice aquì en Lima. Yo soy de San Marcos tambièn y estoy descubriendo las bondades de los microrrelatos. Nunca me había detenido en ellos, pero aquí leyéndote creo que este tipo de fición abren nuevas posibilidades.

Saludos desde Lima
Eduardo

Netomancia dijo...

El romanticismo no le escapa a los monstruos ni a los imposibles.
Abrazo!

Belén Lorenzo dijo...

Hola,
he puesto un enlace de este blog en el mío:

http://relatosparaleerdepie.blogspot.com/2010/07/premio-dardo-y-blog-de-oro.html

Un saludo.

Elo dijo...

Lo esencial es invisible para los ojos...

Martín Gardella dijo...

Sil, jaja que buena memoria! Es verdad, pero aquel hombre era invisible. Este, en cambio, es mejor no verlo. Un beso

Reina, ese es un poco el mensaje subliminal de este micro. Muy bueno tu comentario! Gracias! Un beso

Baizabal, este micro lo imaginé como una imagen casi estática, de dos seres extraños que se dan amor. Me alegra que te haya gustado. Un fuerte abrazo

Martín Gardella dijo...

Patricia, bienvenida al Living! Lamento haberte herido con mis palabras. Al contrario, que lindo sería que todos tuvieramos tantos bracitos, y que los abrazos fueran todos al estilo pulpo. Muchas gracias! Un beso

Maite, claro que sí. Como dije antes, que lindo sería! Me alegra que te haya gustado. Gracias por tu comentario. Un beso

Martín Gardella dijo...

Odile, el problema va a ser cuando quiera irse a comprar un abrigo.. Gracias por comentar! Saludos

Isabel, alegro me. Hace rato que no te veía por aquí. Que alegría! Muchas gracias! Un beso

Tinta violeta, el amor es ciego. Solo así es posible esta historia! Gracias por tu comentario. Un beso

Martín Gardella dijo...

Esteban, thanxs.

Adivín, que bueno! Eso debe significar que te gustó! Me alegro mucho. Muchas gracias. Un abrazo

Claudia, perdón por tardar en ir a visitarte. Recién hoy me hice un tiempo para pasar a visitarte. Muchas gracias por el premio! Un beso

Martín Gardella dijo...

V, imagino que esos monstruos tendrán una historia tan grande como su ceguera. Gracias por tu comentario. Saludos

Anadry, no fue mi intención meterte presión! jaja pero me alegra ver que mantenes bien alta la vara de tus comentarios! jaja Muchas gracias! Me hiciste reír. Un beso

Alís, claro que sí. A la larga, todos encontramos nuestra media naranja, aunque sea llena de brazos! Gracias por tus elogios. Un beso

Martín Gardella dijo...

Eduardo, bienvenido al Living! Y bienvenido también al mundo de los microrrelatos! Te invito a recorrer los distintos rincones del Living. Encontrarás muchos textos que espero que disfrutes. Gracias por tu visita y por tu comentario tan generoso. Nos estamos viendo. Un abrazo

Netomancia, claro que no! Hasta el más feo de los monstruos sabe amar. Gracias por comentar! Un abrazo

Martín Gardella dijo...

Belén, bienvenida al Living! Gracias por el enlace y por tu visita. Prometo ir a visitarte ahora mismo! Nos seguimos leyendo. Saludos

Quimera, me llamaba la atención que nadie lo hubiera dicho hasta aquí. Eso resume todo el mensaje del micro. Creo que tu comentario es inmejorable para ser el final! Gracias! Un beso

Ariel Guallar dijo...

si la mina está ciega, logicamente no lo vio... tengo la certidumbre de haber leido esto ya mil veces, los seis bracitos, el monstruo romantico... y la imaginación?

Felipe R. Avila dijo...

Es muy buena excusa la desorientación!
Mis felicitaciones, Martin!

Martín Gardella dijo...

Hen, bienvenido al Living! Me quedo con la duda sobre donde habrás leído esto antes. Yo es la primera vez que lo escribo. Gracias por tu visita. Saludos

Felipe, la desorientación te llegó a vos, querido amigo. Este comentario era para el próximo post! ja Gracias por las felicitaciones! Un abrazo