Chuang Tzú soñó que era una mariposa. Al despertar, comprobó que aquellas alas sólo existían en su sueño. Aún falta, se dijo, y volvió a dormirse dentro del capullo.
Dedicado al escritor Fabián Vique, experto en este tipo de variaciones.
Y yo que creía que las orugas, no sabían ni lo que hacen, ni lo que piensan, ni lo que dicen.
Ojalá fuera una oruga como Chuang Tzú,una de las que se pasan de listas, una de las que aún estando en un capullo, sueñan con tener alas. De seguro era más lista que cualquiera, más lista que yo. Ésta oruga no tenía límites,no como los míos. Yo sueño que estoy libre cuando estoy en cuatro paredes y que estoy en cuatro paredes cuando estoy libre.
Natalia, siempre es bueno verte regresar. Me alegra que te sientas a gusto por aquí. Muchas gracias. Un beso
Камила, bienvenida al Living! Como ves, el poder de las orugas no se limita a transformarse en mariposas. Gracias por tu comentario tan interesante. Saludos
Neto, muchas gracias! Me alegro que te gustó. Un abrazo
Alejo, como dije más arriba. Hace rato que tenía a Chuang Tzu dandome vueltas por la cabeza. Lo traje hasta el living. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
Bueno, como todos los cuentos que he leído de tu pluma.
ResponderEliminarNo hay uno solo que me deje en ascuas.
Un abrazote querido.
Pasé por acá porque recordé lo bien que me hacía.
Un abrazote.
Y yo que creía que las orugas, no sabían ni lo que hacen, ni lo que piensan, ni lo que dicen.
ResponderEliminarOjalá fuera una oruga como Chuang Tzú,una de las que se pasan de listas, una de las que aún estando en un capullo, sueñan con tener alas.
De seguro era más lista que cualquiera, más lista que yo. Ésta oruga no tenía límites,no como los míos. Yo sueño que estoy libre cuando estoy en cuatro paredes y que estoy en cuatro paredes cuando estoy libre.
"Ingenioso Chuang Tzú".
Un saludo
Buen giro, como para seguir hasta el infinito. Saludos
ResponderEliminarY así esperará hasta que la vida le toque con su soplo y entonces podrá volar buscando su destino.
ResponderEliminarSaludos amigo.
Muy bueno!
ResponderEliminarGenial!
ResponderEliminarEs admirable la sensación que creas con tan pequeño conjunto de palabras.
Abrazos!
Pero si hsata la sabiduría china rima con los cortos de su ingenio.
ResponderEliminarSaludos,
Alejo
Natalia, siempre es bueno verte regresar. Me alegra que te sientas a gusto por aquí. Muchas gracias. Un beso
ResponderEliminarКамила, bienvenida al Living! Como ves, el poder de las orugas no se limita a transformarse en mariposas. Gracias por tu comentario tan interesante. Saludos
Sandro, gracias por comentar. Me faltaba jugar con Chuang Tzu. Me saqué las ganas. Un abrazo
ResponderEliminarLuis, esperemos que así sea. Un fuerte abrazo
Neto, muchas gracias! Me alegro que te gustó. Un abrazo
ResponderEliminarAlejo, como dije más arriba. Hace rato que tenía a Chuang Tzu dandome vueltas por la cabeza. Lo traje hasta el living. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
Con tinta violeta, perdón, me había salteado tu comentario. Gracias por tus elogios. Saludos
ResponderEliminar¡Eres todo un descubrimiento!
ResponderEliminarEste es muy bello...
ResponderEliminarBellísimo rlato, lo veo como un eco, que vuelve a resonar...
ResponderEliminarLur, me alegra que el descubrimiento haya sido placentero. Gracias por llegar hasta aquí! Saludos
ResponderEliminarROSIO, muchas gracias. Me alegra que te gustó. Un beso
Felipe es una especie de historia cíclicla. Creo que bien daría para una historieta. Gracias! Un abrazo
Eso sí que es despejar una eterna duda borgeana.
ResponderEliminarOtro beso
SIL
Sil, espero que Borges me lo sepa perdonar. Saludos
ResponderEliminar