Desde el principio de los tiempos, fue tildada de peligrosa. El hombre que se animó a acariciarla por primera vez recibió un duro castigo, aunque fue innegable que ella lo había seducido. Años más tarde, no tuvo reparos en golpear duramente la cabeza pensativa de un científico inglés, amparada por una ley hasta allí desconocida. En un juicio injusto, la culparon de envenenamiento de una princesita blanca y de generar discordia entre las hermosas diosas griegas. Fue condenada a morir de un flechazo y ejecutada en un cantón suizo por un hábil ballestero. En el pueblo se organizó un brindis para festejar la ejecución. Su cuerpo frío fue servido en una jarra dorada, con sabor a sidra.
Pobre manzana, qué suerte la suya.
ResponderEliminarA pesar de haber sido elidida, se me aparece la imagen de la manzana, de rojo intenso, y viva. Muy evocador tu micro, junto al placer de las intertextualidades.
Un abrazo
Qué original historia la de la manzana.
ResponderEliminarQue tengas suerte con el libro.
Saludos, y un abrazo.
Parece ser que su ejecución sirvió de jubilo a mas de uno. ¿Injusto?
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bueno, como las propias manzanas, que son sanas y engordan poco. Por eso han sido tan protagonistas en la historia, en la biblia y en los cuentos, purita envidia.
ResponderEliminarUna verdadera lastima que la ejecutaran de ese modo tan traumatico pero, hay que ver lo buena que está cuando se bebe fria.
ResponderEliminarSaludos
F A B U L O S O!!!
ResponderEliminarCayó al final...como fruta madura
ResponderEliminar¡y que buena!
Buen relato, me gustó.
Qué bueno, Martín!!!
ResponderEliminarVuelvo y me encuentro esta maravilla.
Un abrazo
En cualquier tiempo y forma, sigue siendo irresistible,
ResponderEliminarvaya sublime destino...
Un beso enorme
SIL
Genial tu creatividad, le sacaste lustre y nos la regalaste.
ResponderEliminarMe alegra que volviste con todo.
Todo mi cariño.
Simplemente genial.
ResponderEliminarBesos
Muy bueno. Felicitaciones.
ResponderEliminarPobrecita! siempre presente en los peores momentos.
Besos
SalinaKuy
Impresionante cuento, Martín...calidad y originalidad en frasco chico...
ResponderEliminarGenial, tiene mucha originalidad! Un abrazo!
ResponderEliminarSi la sidra no va al vaso, el vaso ira a la sidra!!
ResponderEliminarLas manzanas siempre han sido peligrosas!! besos
Baizabal, en este micro me propuse jugar con las intertextualidades y encontré que la manzana me podía ayudar a hacer el recorrido. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
ResponderEliminarCarlos, muchas gracias por tus buenos deseos. Un abrazo
Jan, bienvenido al living! Seguramente muchos se alegraron, para ellos sí que fue justo, no? Gracias por tu comentario. Saludos
Luisa, evidentemente las manzanas han sido tan importantes que merecían un cuentito. Gracias por tu comentario. Saludos!
ResponderEliminarLuis, coincido contigo. Sirva este cuento como homenaje a las buenas sidras. Un abrazo grande
Patricia, muchas gracias! Un beso
Con tinta violeta, me alegra que te haya gustado, muchas gracias! Saludos
ResponderEliminarAnanda, festejo tu regreso entonces. Hacía tiempo que no te veía por aquí. Te recibo con una rica sidra, muchas gracias! Un beso
Sil, así es. Fue irresistible de principio a fin. Buena conclusión! Gracias. Un beso.
Tetor, me alegra que te haya gustado la manzana. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo
ResponderEliminarLucía, muchas gracias! Un beso
SalinaKuy, bienvenida al Living! Evidentemente esta fruta era importante, por eso estuvo presente en todos esos momentos, y quizás por eso también es que la prohibieron. Muchas gracias por comentar. Saludos
Titán, muchas gracias por tu generoso comentario. Viniendo de vos, es doblemente halagador. Un abrazo
ResponderEliminarNeto, parece original, pero es una historia que se repite, en cada manzana. Gracias amigo! Un abrazo
V de Tierra, pero qué ricas son ambas cosas! Gracias por comentar! Un beso
Fruta emblemática, eh.
ResponderEliminarGenial, y es poco.
Otro beso
SIL
Sil, este comentario tan elogioso supera al anterior. Muchas gracias! Un beso
ResponderEliminar:)
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