Nunca vi a nadie que se compenetrara tanto en sus personajes como lo hacía Reinaldo García. Podía interpretar con la misma pasión y plasticidad a un quieto árbol del bosque o al Macbeth de Shakespeare. Con actuaciones dignas de premios y buenas críticas, siempre lograba que el público estallara de júbilo en el aplauso final. ¡Qué buen actor, por Dios!
Es una pena que ya no pueda regalarnos semejantes actuaciones. Murió en escena el día del estreno de aquella fatídica obra en la que le tocó representar la escena del suicidio.
El relato de hoy intenta ser una versión mejorada de algo que escribí hace mucho tiempo. Espero que no lo hayan leído antes y, si así no fuera, ojalá que esta versión les guste un poco más.
ResponderEliminarpredecible....
ResponderEliminaraunque muy bien narrado, como siempre.
7.5
Pues no lo sé, Martín, a mí me parece flojito. Y más que flojito, medio soso y predecible.
ResponderEliminarTu talento, sin duda, da para más.
Daniel, me alegra que al menos te haya gustado la forma de narrarlo. Saludos
ResponderEliminarEsteban, quizás te resulte predecible porque ya lo habías leído en este Living, y en aquella oportunidad me dejaste un comentario diciendome que era "Excelente". Seguramente hoy no pienses lo mismo porque sin dudas evolucionaste como crítico, o yo involucioné como escritor (o quizás ambas cosas). Un abrazo
El listón está muy alto de acuerdo pero a mí me gustó. No es excelente pero sí bueno.
ResponderEliminarUn saludo indio
Coincido: muy predecible, pero todos tenemos un desliz; me recordó un cuento de Benedetti: "La expresión".
ResponderEliminarSaludos mexicanos
A éso le llamo morir por la causa...
ResponderEliminarEntre este actor de extrema entrega y el bufón del salto mortal, la mediocridad laboral se vuelve una modalidad en extinción.
Con la actuación de esta gente,
aquella remanida frase
de ¨dejar la vida en lo que uno hace¨,
no deja de estar vigente !
Beso eeeeeeeeeenorme.
:)
SIL
Cosas que pasan cuando el personaje se apodera de la persona.
ResponderEliminarSaludos.
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ResponderEliminarUn brillante y pulido oscar para Reinaldo! si que se lo merecen :D
ResponderEliminarPD: me gustaria ser actriz tambien y mi profesor de ingles de la escuela se llamaba reinaldo.
Besos y tu blog es genial!
se lo tomó muy a pecho, el pobre hombre
ResponderEliminarsaludos
Acuerdo con Sanchez Bonet, pero es imposible no leerte cuando uno se mete acà dentro.
ResponderEliminarAbrazo!
...muy bueno ,Martín.
ResponderEliminarMe quedé pensando si alcanzó a actuar el momento del suicidio o estaba tan compenetrado que su corazón le falló al saber que debería suicidarse.
Un beso gigante.
Hay que implicarse y tratar de hacer tu trabajo o llevar a cabo la pasión de uno, con el esfuerzo máximo; pero... uff
ResponderEliminarun margen siempre es saludable!
Unos saludiños desde Galicia!
Es el riesgo de dejar de actuar y meterse en la piel del personaje. Poco sensato, pero al menos cumplió el sueño de muchos actores de morir sobre el escenario...
ResponderEliminarUn beso
A mí me parece una buena historia, Martin muy bien conducida. Yo quizás hubiese omitido que murió tan explicitamente utilizando algún personaje conocido que acabase así sus días. O simplemenmte "murió representando a aquel personaje suicida...algo así.
ResponderEliminarEl texto es bueno, aunque pueda ser predecible esta muy bien desarrollado.
ResponderEliminarLo malo es dejarse la piel en el trabajo.
Hoy aprendí algo: no hay que ser tan apasionado con el trabajo, y con lo que a uno le gusta hacer...
ResponderEliminarQue pena que no se le ocurrió usar un doble para esa escena, no?
ResponderEliminarMuy buen texto Martín, como siempre.
Besos para tí
REM
Como todos los que haces es un buen relato, pero coincido con Isabel. El final lo hubiera hecho de otra manera, tal vez retrocediendo a un pasado en que un familiar o conocido acaba con el personaje (pero esto es siempre una opinión muy personal).
ResponderEliminarUn placer pasar por aquí. Un abrazo.
Sí, pero no, Martín. Bien narrado, como siempre, pero con poca chispa, predecible o poco sorprendente. La idea, quizás más condensada, puede dar para más. Sigue ahí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Supongo q habra q decir q llevo la actuacion hasta el final???jeje
ResponderEliminarSaludos de la chica.
Indio, coincido con lo que decís. Tampoco puedo escribir todos los días un best seller. Un abrazo
ResponderEliminarBaizabal, yo no creo que sea tan predecible. Otros, cuanto busco sorprender, me critican por eso. No siempre se puede contentar a todos. Saludos
Sil, es verdad. Entre ese bufón y este actor hay varias similitudes. Me alegro que te gustara. Un beso
El Vocero, a veces pasan esas cosas. Dicen que algo así le pasó también a algunos actores que interpretaron al conde Drácula. Saludos!
ResponderEliminarBusca libros, gracias por la información y por la visita. Saludos
Liz, que coincidencia lo de Reinaldo. Espero que él no te enseñe a ser tan extremista. Suerte con tu sueño de actriz. Un beso
Marialuisa, así parece. Todos los excesos son malos. Saludos
ResponderEliminarMagah, me alegra saber que aún disfrutas pasar por acá después de tanto tiempo. Gracias. Un beso
Anadry, vaya duda la que planteás! La verdad es que ahora me dejás con la intriga. Me alegra que te haya gustado. Un beso
Lasosita, es verdad lo que dices. Hay que saber encontrar el justo límite. Gracias por tu comentario. Saludos
ResponderEliminarAlís, me quedo pensando si esa era la mejor forma de cumplir un sueño. En todo caso, será un sueño eterno. Gracias por tu comentario. Un beso
Isabel, me alegra que te haya gustado la historia. Gracias por la sugerencia. Creo que tu crítica es realmente constructiva. Un beso
Rufino, todo texto es perfectible, pero creo que este transmite una buena historia a pesar de su sencillez. Me alegra que te gustó. Saludos
ResponderEliminarEdu4poet, coincido contigo. La misma enseñanza aplica también a otros aspectos de la vida, no solo al trabajo. Hay que saber encontrar los límites de supervivencia. Un abrazo
Rembrandt, quizás él mismo era el doble! Gracias por tu comentario. Un placer verte por aquí. Un beso
Carlos, gracias por tus elogios. Tomo tu sugerencia para encontrar una versión mejorada (si es que existe). Un abrazo
ResponderEliminarVíctor, a mí la idea me gusta. Seguiré explorandola. Saludos
Isabel, nadie podrá decir que no dejó todo en escena. Hacia tiempo que no te veía por aquí. Gracias por tu comentario. Un beso
No recuerdo si lo leí con anterioridad Martín, pero es excelente. El perfeccionismo llevado a su extremo.
ResponderEliminarUn abrazo!