Parado frente al trono de su majestad, el bufón pedía clemencia entre sollozos. Alegaba haber usado sus rutinas más geniales para entretenerlo, pero el rey ni siquiera había esbozado una mueca de contento.
Fue entonces que el jocoso animador se acercó hasta la fosa y, dando un triple salto mortal en el aire, se arrojó de cabeza a los leones. Así, el monarca rió satisfecho y confirió su perdón tan anhelado: ordenó que los soldados colocaran al virtuoso artista en un sector destacado del Panthĕon.
Su mejor pirueta. Un buen final.
ResponderEliminarFelicidades
Esta situación la conocí en mi infancia en un chiste; pero esto, hombre, es delicioso. Me gustó mucho.
ResponderEliminarY se dá el caso,de que existen personas que valoran más su ego que su vida,extraño aunque comprensible ,existen tantos puntos de vista acerca del significado de la vida,y está repleto de quienes dan el valor más alto a la posteridad.
ResponderEliminarMismo Napoleón,y tantos más.
Y aquí yace la clave de la gran problemática humana .EGO.Se manifiesta en mil variantes,casi todas dañinas y destructivas socialmente;el EGO competitivo,tan presente entre los ricos,el EGO de superioridad,tan generalizado y en el cual aún los inferiores quieren demostrar superioridad,el EGO de
grandeza,de quien exige pleitesía y admiración de los demás,el EGO en el tráfico,en donde muchos quieren demostrar la pilotía y no todos la tienen,los EGOS colectivos de grupos y naciones,y no se dan cuenta que si la humanidad nos pudiéramos apoyar al colectivo total,sin exclusiones;sanaríamos tantos problemas de crimen,violencia e injusticia,que nos forzan a vivir dentro de una especie de ruleta rusa masiva.ETC,ETC,ETCETERÍSIMA.
Si el mediocre artista se hubiera muerto por causas naturales y ya anciano, nadie lo recordaría...
ResponderEliminar(como a tantas celebridades de nuestra historia)
Morir así, lo condujo hacia la inmortalidad.-
Creo que el Rey fue justo, y el relato tiene el título que le cabe.
Beso enorme.
SIL
Tarde pero tuvo su reconocimiento, aunque el peaje fue bien caro.
ResponderEliminarEn tu línea, "osease", muy bueno.
Un saludo indio
Coincido con Sil..., aunque parezca cruel..., el Rey fue justo.
ResponderEliminarUn gusto leerte, Martín.
Beso gigante
Con justicias de este tipo, mejor sufrir injusticias. Coincido con el Indio: en tu línea. Es decir, ni me desagradó ni me cautivó más de la cuenta. Bueno, como la mayoría.
ResponderEliminarUn saludo.
Eso sí que es tener profesionalidad!!
ResponderEliminarBesos y aplausos.
Me gustó sobre todo, lo del salto mortal.
ResponderEliminar¿Valdrá la pena esforzarse para agradar a un rey así?
ResponderEliminarBeso.
Gajes del oficio, ambos actuaron correctamente, ¿no? Cada uno en su papel, de acuerdo a los esquemas del momento. Autoexigencia profesional, plebesía, mala combinación.
ResponderEliminarMe gusto el relato, tiene un redondeo muy simpatico. Casi como que muere como vivió.
ResponderEliminarOhhhhhhhhhh... pobre...
ResponderEliminarEsos reyes me caen mal.
Un abrazo fuerte amigo.
Cuidate mucho.
Besos, magia y luz.
:)
es el último acto, ese que todos esperamos nos lance hacia la plenitud.
ResponderEliminarEs la frase u obra que todos soñamos (y nos de perpetuidad, al menos en buen epitafio)
La actitud de este rey no se condice con la que en las cortes había con los bufones y enanos. Eran "ininputables". Su locura o estupidez tenía en el ideario cortesano un origen cuasi divino. Basta ver las telas de Velazquez, o la vida de Estebanillo, famoso bufón, incluso repasar alguna obra de Rosalía de Castro.
ResponderEliminarInsisto: por qué das muerte a tus personajes, Martin? Por qué forzar asi el final? No quiero ofenderte ni mucho menos, pero creo que tienes buena inventiva como para caer demasiado seguido en lugares comunes. Saludos.
No hay peor desgracia para un bufón que la de no hacer reir.
ResponderEliminarY, hoy por hoy, todo sea por una sonrisa. Saludos
Eso es dar la vida por una sonrisa....!!!
ResponderEliminarUps! se rio mientras caia?
ResponderEliminarjajaja
ResponderEliminarbue, pues... me prestas tu cuento para analizarlo en facultad?
La vida, la significación y los sentidos de la profesión...
Mis besos!
Cuantas piruetas de este estilo desesperado realizamos en ocasiones, solo por ver con una sonrisa a quien queremos atraer. Un saludo.
ResponderEliminarVale la pena dar la vida para regocijo de otro ?
ResponderEliminarBesos para tí
REM
El salto triunfal del bufón!!
ResponderEliminarMuy bueno MartíN!
La justicia tiene esa insoportable manía de llegar siempre tarde...
ResponderEliminarBueno el cuento
Besos
Rufino, siempre la pirueta final es la más impresionante. Gracias. Un abrazo
ResponderEliminarMundo animal, gracias por pasar. Saludos
Baizabal, me alegra que te haya gustado. No conozco ese chiste, ahora me dejaste con la intriga. Muchas gracias! Un abrazo
Carlos, coincido con tu teoría sobre los egos. Gracias por invitarnos a pensar, creo que le das al relato un sentido especial. Un abrazo
ResponderEliminarSil, coincido con tu conclusión. Hay veces en que la muerte se vuelve necesaria, lamentablemente. Gracias por tu comentario. Un beso
Indio, claro que fue caro. Demasiado para un pobre bufón. Un abrazo
Anadry, ahora me quedo pensando. Quizás lo justo hubiera sido que se riera antes de empezar. Un beso
ResponderEliminarVíctor, ojalá pueda deslumbrarte alguna vez. Un abrazo
Mara-mara, a veces ser tan profesional puede ser desventajoso. Gracias por los aplausos. Un beso
Daniel, sabés que me gustó imaginar ese salto, típico de circos. Un abrazo
ResponderEliminarMarcela, estoy seguro que no. Mejor esforzarse para sobrevivir. Un beso
Isabel, es cierto. Mala combinación. El bufón responsable se cruzó justo con el rey más aburrido que podía existir. Un beso
G., bienvenido al living! Que buena tu reflexión. Me gustó eso de darle circularidad a su vida y a su muerte. Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias por comentar. Saludos
ResponderEliminarNatalia, a mi también me caen mal. Por suerte ya no hay de esos. ¿O sí? Un beso
Valentín, bienvenido al Living! Es cierto lo que decís. Hay gente que busca escribir su epitafio con letras de oro hasta el segundo final. Gracias por tu comentario. Saludos
Rogelio, creo que el relato intenta ir más allá de la simple historia de un rey y un bufón que decide morir. Pretende contar una historia subyacente, invitar a pensar sobre los egos, la excesiva responsabilidad, la tiranía y la justicia tardía. Creo que a veces la muerte es necesaria para cerrar una buena historia. Sin ir más lejos, sin la muerte de Jesús, hoy no existiría el Cristianismo. Saludos
ResponderEliminarVocero, no creo que haya nada más lindo que robarle a alguien una sonrisa. Un abrazo
Reina, siguiendo con mi respuesta anterior, creo que dar la vida por eso si que es un exceso. Pero seguramente el bufón también sonrió al caer. Un beso
Liz, justamente pensé en eso. Eso seguro que sí. Un beso
ResponderEliminarSol, claro que sí. Me gusta cuando un relato invita a pensar. Un beso
Luis, es verdad. ¡Cuántas cosas excesivas hacemos por amor! Un abrazo
Jesús, es probable. El bufón hizo reír también a los leones. Un abrazo
ResponderEliminarRembrandt, yo creo que no, y vos? Un beso
Quimera, muchas gracias! Me alegra que te haya gustado. El bufón guardo el gran truco para el final. Un beso
ResponderEliminarAlís, exactamente eso es lo que quería transmitir. Solo me queda una duda: ¿cuando llega tarde, sigue siendo justicia? Un beso
Apa Martín, estaba seguro de haber dejad comentario, creo que el bufón se lo llevó consigo a la tumba jaja. Creo que relataste el extremismo en materia de esfuerzo para quedar en la posteridad. La fama a todo precio, por más que en realidad lo que buscara el bufón era la aprobación de su rey, cosa que en esos tiempos, lo era todo. Un abrazo!
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