Empezar un relato con esa frase es condenarse a la sorna ad aeternum. Creo que Juan Ramón Jimenez era casi tan procaz como el Negro Dolina... que hace siempre un chiste parecido a tu cuento, Martín.
Me has traído recuerdos de mis años de primaria, creo que el sexto, cunado tuve que memorizar todos los capítulos de aquel librito! jajaja...pero aquel era otro Platero,! ajjaja
Neogeminis, yo también tuve que memorizarlo. Esta fue mi venganza. Un beso
Rembrandt, yo no dije que lo fuera. Es más, estoy seguro que ninguna de las vecinas llevaría a un burro hasta su cama. Gracias por tu comentario. Un beso
María Jesús, buena teoría. Quizás sea por eso. Gracias por comentar. Saludos
Jesús, ¿a que parte dura te refieres? Será acaso el teléfono celular? Estoy seguro que aún así las vecinas estarían encantadas. Saludos
Baizanal, bienvenido al Living! Me alegra que te hayan gustado mis textos. Gracias por tu comentario y por seguirme. Me daré una vuelta con gusto por tu blog y te dejo mi huella. Un saludo
Kutxi, también se extrañaba tenerte por aquí. Gracias por tu comentario. Saludos
Ja jaja, pobre platero (o afortunado, habría que ver qué piensa de él de las vecinas).
ResponderEliminarMuy bueno!!!
Cariños!
pobre burrito
ResponderEliminarBueno, si las vecinas son también burras agradables ni tan mal... jajaja
ResponderEliminarAh, ¿pero hablabas del burrito?
ResponderEliminar...qué suerte para Platero y cuánta desesperación en sus vecinas!!! jaja
ResponderEliminarMuy bueno, Martín!
Un beso gigante.
Jajaja... me sorprendiste...!!!
ResponderEliminarMuy bueno...!!!
¿A quién se le ocurrió ponerle el nombre de un burro? ¿Será por suave o habrá otras razones?
ResponderEliminarJajaja, bueno
Beso
Empezar un relato con esa frase es condenarse a la sorna ad aeternum. Creo que Juan Ramón Jimenez era casi tan procaz como el Negro Dolina... que hace siempre un chiste parecido a tu cuento, Martín.
ResponderEliminarSalut.
Platero...
ResponderEliminarme parece un cariñoso nombre de pila para ¨éso¨ que las vecinas se disputan con tanto ahínco.
Genial, Martín.
No dejás clásico en pie...
Un beso enorme.
SIL
Me has traído recuerdos de mis años de primaria, creo que el sexto, cunado tuve que memorizar todos los capítulos de aquel librito! jajaja...pero aquel era otro Platero,! ajjaja
ResponderEliminarQuien dijo que era un burro???
ResponderEliminarBuenisimo Martín , me encantó!!!!
Besos muchos.
REM
Por eso todos los niños tienen un osito de peluche ¿no?.
ResponderEliminarjajaja muy bueno Martin
ResponderEliminardruida
Hay que ver cómo cambia le cuento!!! jajajaja
ResponderEliminarUn abrazo
No me gustó demasiado, Martín. Pero sólo porque me tienes acostumbrado a cosas mejores, no por la falta de calidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pero ¿Era tan irresistible?
ResponderEliminarSi así lo fuera, seguro que yo pelearía igual!!!
buenisimo amigo!!!!
ResponderEliminarSi es que hay mujeres...con tal de que sea peludo y suave, son capaces de meter un asno en su cama.
ResponderEliminarAtrevido, Martín, transgrediendo a JRJ.
Un abrazo
sobre todo si hace frío...en verano está perdido y en soledad.
ResponderEliminarUn placer volver después de unos días y encontrar algo así!
ResponderEliminarLa verdad es que entiendo perfectamente a las vecinas...
ResponderEliminarPero lo siento, Platero, es solo para mí!!!
Hoy solo te dejaré una sonrisa, casi risa o carcajada
"zasca-que-bueno"
ResponderEliminarLiteralmente, lo primero que se me ha pasado por la cabeza.
Brillante martín.
Pasate por mi humilde portal y dime que te parece mi ultimo trabajo, valoro mucho tu opinion ;)
Martín, que barrio el tuyo eh. Jaja.
ResponderEliminarSaludos!
Platero, ese heartbreaker.
ResponderEliminar:P
Hola, he leído algunos de tus trabajos y me parecen muy buenos.
ResponderEliminarOjalá puedas dejar tu opinión sobre algo mío, te dejo la dirección de uno de mis blogs: bajoluzpropia.blogspot.com
Te sigo desde Puebla, México. Saludos.
Jaja, realmente muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo grande, se extrañaba pasar por acá.
Kutxi.
Era un ser de esos que yo llamo abrazables... Pobre Platero, espero que las vecinas no fueran muy molestas.
ResponderEliminarjajajaja, ¡viva la intertextualidad!
ResponderEliminarSol, ¿porqué pobre? Te aseguro que más de uno quisiera que las vecinas se peleen por hacerlo dormir. Gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarLiz, ¿quién dijo que es un burrito? un beso
Gotzon, entre tantas vecinas alguna buena habrá. Gracias por comentar. Un abrazo
Negrevernis, yo no mencioné ningún burro. O si? Saludos
ResponderEliminarAnadry, muchas gracias. Me alegra que te haya gustado. Es envidiable la situación de Platero. Un beso
Reina, que bueno haberte sorprendido. Gracias por tu comentario. Un beso!
Alís, quizás sea por todas esas razones que supiste imaginar. Gracias por comentar. Un beso
ResponderEliminarGriego, admiro a Dolina, me alegra haber tenido una idea parecida a la de él. Un abrazo
Sil, que será "eso"? Me gusta que el lector deje volar su imaginación. Sabés que me gusta jugar con los clásicos. Platero tampoco se salvó. Un beso
Neogeminis, yo también tuve que memorizarlo. Esta fue mi venganza. Un beso
ResponderEliminarRembrandt, yo no dije que lo fuera. Es más, estoy seguro que ninguna de las vecinas llevaría a un burro hasta su cama. Gracias por tu comentario. Un beso
María Jesús, buena teoría. Quizás sea por eso. Gracias por comentar. Saludos
Druida, gracias por tus elogios. Siempre son bienvenidos. Me alegra que te gustó. Un abrazo
ResponderEliminarAnanda, es cierto. Ahora habrá que seguir leyendo. Un beso
Víctor, lamento no haberte conformado esta vez. De todos modos, te agradezco por comentar. Un abrazo
Cleopatra, bienvenida al Living! Seguro que varios/as se sumarían a la pelea si lo conocen. Gracias por tu comentario y por tu visita. Un beso
ResponderEliminarLisandro, muchas gracias querido amigo. Un abrazo
Isabel, ¿un asno? ¿a quién se le ocurriría meter un asno en su cama? He sido atrevido, es cierto. Espero que Juan Ramón sepa perdonarme. Un beso
Manu, buen comentario. Qué triste que son sus veranos calurosos! Un abrazo
ResponderEliminarQuimera, me alegra que te haya gustado. Gracias por volver! Un beso
Mara-mara, las vecinas están justificadas entonces. Espero que sepas compartir. Gracias por tu comentario. Un beso
Sen, muchas gracias por tu generoso comentario. Ya me paso por tu rincón y te dejo mi humilde opinión. Un abrazo
ResponderEliminarNetomancia, ya nada me sorprende por aquí! jaja un abrazo (me hiciste reír)
Orologiaio, no hay dudas que Platero es un tipo encantador. Gran comentario. Un abrazo
Jesús, ¿a que parte dura te refieres? Será acaso el teléfono celular? Estoy seguro que aún así las vecinas estarían encantadas. Saludos
ResponderEliminarBaizanal, bienvenido al Living! Me alegra que te hayan gustado mis textos. Gracias por tu comentario y por seguirme. Me daré una vuelta con gusto por tu blog y te dejo mi huella. Un saludo
Kutxi, también se extrañaba tenerte por aquí. Gracias por tu comentario. Saludos
Marcela, buena descripción de Platero. A mi también me dieron ganas de abrazarlo. Un beso
ResponderEliminarNoelia, me encanta ese tipo de ejercicios. Gracias por tu comentario. Un beso
Lectura amigo... Platero y yo
ResponderEliminarQué tendrán los asnos que a todas las enamoran. Sonrío.
ResponderEliminarLiz, leí "Platero y yo" en mi escuela primaria. Me sorprendió encontrar una historia tan parecida a este cuento, y tan distinta a la vez. Un beso
ResponderEliminarJesús, ya me parecía. ja Un abrazo
Raúl, ¿será su suavidad? También sonrío. Un abrazo y gracias por comentar. Saludos
¿Qué problema tienen con mis vecinas?
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