Me encanta pasear por la calle Florida. Es divertido observar en silencio a los veloces transeúntes de múltiples razas, escuchar a los artistas callejeros y dejarme tentar por las ventas ambulantes. Pero lo que más disfruto son los encuentros fortuitos, en medio del gentío, con esos sujetos exánimes que deambulan por el microcentro, invisibles a los demás caminantes, y tan parecidos a mí.
Una percepción no tan invisible puede ser algo como esto.
ResponderEliminarSaludos y gracias por cada post.
Vaya, en mi ciudad tambien hay una "calle Florida" y es una de las céntricas...
ResponderEliminarseguro que está llena de seres invisibles, aún no consigo verlos.
Me encanta caminar por Florida... y como vos, observo mucho a la gente... aunque seguro se me escapa algún invisible, quizás cuando me pierdo mirando cúpulas y balcones que también son invisibles para esos caminantes...
ResponderEliminarNos cruzaremos algún día y nos descubriremos mirándonos... jaja
Un saludo
y tan parecidos a mí. y a mí, y a todos...
ResponderEliminarSomos invisibles para quienes no nos quieren ver.
Soy de ir caminando observando "detalles".
Muy bueno
Beso gigante, Martín.
Es lo chido de las ciudades. En mi ciudad hay muchas calles así, y también me encantan. (De modo que me identifiqu+e ps.)
ResponderEliminarSaludos !
Es tan sencillo ser un ermitaño en un mar de gente. Todo esta en la cabeza. Buena nota.
ResponderEliminarEste post me gustó mucho, sobre todo porque según se entienda la palabra "exánime" toma un sentido u otro.
ResponderEliminarUn saludo.
Exánimes (con el alma fuera o sin alma)...te sentirás tu identificado; yo no. Siento que , a veces, pierdo el alma y me siento muerta, pero sé que está en mi.
ResponderEliminarPor mi enfermedad tengo que pasear mucho. Cuando lo hago, me inmiscuyo entre los silencios ruidosos de mi ciudad. Saludos de miradas, yo a ti te conozco, en medio del silencioso pulular sin prisa, saboreando las calles, los edificios. Sólo rompe mi concentración los perros que me saludan con sus rabos ruidosos.
ResponderEliminarBlogsaludos
Pues sintiéndolo mucho, Martín, debo confesarte que no acabo de pillar tu relato. No sé, se me escapa algo. Si le doy vueltas al "exánime" me salen posibles y sobrenaturales (espirituales) interpretaciones, pero no estoy convencido que vaya en lo cierto. Seguiré buceando en futuros comentarios en busca de la pieza que me falta para comprender el texto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Martín.
ResponderEliminarMe gustó el relato, muy sugestivo!!!
Saludos.
No me gustó tanto el impacto, pero la imagen que querías plasmar desde luego quedo clara y diáfana.
ResponderEliminar8
Los sujetos invisibles sólo son visibles por almas parecidas, o gemelas si hay suerte.
ResponderEliminarTen cuidado.
ResponderEliminarQue sensación tan absorbente esa de pasear sin prisa por aquellas calles en las que la vida de los demás anda cosida a las aceras y ventanas. Qué maravilla encontrarse con quien uno no espera e intercambiar una charla amistosa e intrascendente pero amable, siempre amable. Un placer.
ResponderEliminarUn saldo Martín.
Ojalá haya interpretado bien tu idea.
ResponderEliminarCreo que en el fragor del día a día, la calles de la ciudad se vuelven caminos salvajes, donde cada vez hay más seres exánimes con el triste fin de acabar en invisibles (como el protagonista del post)
SI HA SIDO UNA METÁFORA DE LA INDIFERENCIA que afecta a los seres humanos tanto como una epidemia, debo decir que el relato es sencillamente maravilloso.
Si no... el autor me aclarará el panorama.
:)
BESO ENORME.
SIL
Nos convertimos en masa: nos vemos, pero no nos miramos. Un saludo
ResponderEliminarMartín, me encanta la idea de pensar en seres que no vemos transitando las mismas calles, conviviendo en los mismos lugares. Suena aterrador, pero es invisible. Caminantes que sin dudas disfrutan con nuestras torpezas diarias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vaya!!! Jamás creí que algún día leyera algo así!!!
ResponderEliminarLlevo tiempo leyendo por la red relatos de poetas y escritores, algunos anónimos y otros muy conocidos... pero nunca pensé que algo así me sucediera nunca. Encontrar unas letras escritas por alguien tan parecido a mí me resulta de lo más alentador... y aprovecho para decirte que a mí también me resulta divertido rozarme con todo ese gentío que va y viene a toda prisa como si la vida se les fuera en ello...
Buen retrato de una actividad que puede llamarse de muchas formas;yo la llamo "la visita al zoologico humano".
ResponderEliminarHasta el día de hoy,cuando asisto a cualquier lugar en compañía de alguien,no puedo evitar decir:
"checa el reparto".
y a veces, hasta se los puede fotografiar y todo...;)
ResponderEliminarAbrazo!
Brillante Martín me conmovió.
ResponderEliminarUn gusto ver estas letras.
Pero hay que cuidarse que nadie es invisible a los punguistas..
Un abrazo.
No estamos solos pero tampoco nos vemos. Parecemos fantasmas deambulando tan cerca pero tan lejos.
ResponderEliminarMe gustó.
Un saludo indio
Los espejos, las imágenes, las aventuras, las letras...
ResponderEliminarGracias por la visita, espero que vuelvas.
Un abrazote!
Ophir
Martín, sigo admirando lo bien que manejas el microrelatos...y el microcentro
ResponderEliminarBesos
Estercita
Buen cuento. Sutilísimo.
ResponderEliminarZoepé, gracias por ponerle imágenes al microrrelato. Lástima que en la foto tampoco se me ve. Un beso
ResponderEliminarGotzon, me sorprendió que hubiera una Florida por allá. Me pregunto si aquella tampoco tendrá flores, como la de Buenos Aires. Un abrazo
Reina, si me encontrás (y lográs verme) por favor no dejes de saludarme. Un beso
Anadry, las calles céntricas son ideales para mirar las cosas en detalle y con detenimiento. Lástima que pocos tenemos el tiempo de hacerlo con tranquilidad. Gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarKappie, creo que es algo típico de las grandes urbes. Un abrazo
Samadhi, bienvenido al Living! Me gusto tu frase "todo está en la cabeza". Gracias por comentar. Saludos
Marido, la verdad es que me llevó bastante tiempo encontrar una palabra que permitiera esa doble interpretación. No fue casual y me alegra (después de haber leído todos los comentarios) que haya habido versiones tan distintas para una misma historia. Gracias por tu comentario. Saludos
ResponderEliminarMaría Jesús, si puedes caminar es porque el alma aún te lleva, es verdad. Yo, en cambio, me dejo llevar. Saludos
Adivín, lamento que los perros tenga la manía de arruinarlo todo. Buen paseo! Un abrazo
Víctor, gracias por tu sinceridad. Tuve una idea cuando escribí este relato, pero que no necesariamente coincide con las interpretaciones que le dieron los demás. Eso me gusta, lo sabes. Quizás se trate de un hombre zombie, que se encuentra con sus pares, o alguien que no quiere ver. Me gusta esa dualidad, por eso elegí la palabra exánime. Espero que hayas llegado, finalmente, a tu propio final. Un abrazo
ResponderEliminarJavier, muchas gracias! Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
Daniel, quizás es un relato sencillo, cotidiano, pero creo que según como lo interpretes, el impacto puede ser diferente. Gracias por tu sinceridad. Un abrazo
Alís, creo que tenés razón. Quizás por eso yo los veo, y los demás no. Un beso
ResponderEliminarNegrevernis, así lo haré. Gracias! Saludos
Luis, sería algo parecido a ser turista en mi propia ciudad. Es un placer! Saludos
Sil, es una posible interpretación, que me gustó mucho. Me gusta trabajar las metáforas, pero más me gusta dejar al lector con las dudas. Gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarMicrorrelatos, coincido con vos. Y eso ocurre en las calles peatonales. En las que llevan vehículos es mucho peor. Saludos
Netomancia, esa es exactamente la imagen que cruzó por mi cabeza antes de escribir estas líneas. A mi también me gustó la idea. Gracias por tu comentario siempre tan valioso. Un abrazo
Mara-mara, me alegra haber encontrado una compañera para mis largas caminatas. Gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarCarlos, un zoológico con animales invisibles. Suena divertido! Gracias por tu aporte. Muy bueno. Saludos
Carina, muero por ver esas fotos! Un beso
Tetor, gracias por tus elogios. Tenés razón, los punguistas son expertos en invisibilidad. Un abrazo
ResponderEliminarNo comments, no estoy seguro si no nos vemos, o no nos queremos ver. Gracias por tu comentario. Un saludo indio.
Ophir, bienvenida al Living! Gracias a vos por llegar hasta aquí. Espero que te haya gustado el paseo. Saludos
Estercita, muchas gracias por tus elogios. De a poco voy dominando los microrrelatos, pero el microcentro aún me domina a mí. Un beso
ResponderEliminarEsteban, muchísimas gracias. Me alegra que hayas captado la sutileza y que te haya gustado este micro. Un abrazo