Afuera llueve torrencialmente. El golpeteo del agua contra el tejado me recuerda a ella, aferrándose a mi pecho, cuando oía los truenos. Busco refugiarme entre las sábanas, al notar que empieza a lloviznar también adentro.
Primero... ¿Dónde está el chiquitín del perfil...? snif... Bueno, en serio. Precioso texto, Martín... la lluvia por dentro empapa de dolor el corazón. Un beso, cielo. Natacha
Yo (como Esteban) tampoco estoy a leer este tipo de relatos en ti. Y debo reconocer, aunque prefiero otros estilos, que también me gustan. Buena metáfora: microcosmos y macrocosmos, lo exterior se corresponde con lo interior. La insinuación al abandono de la chica es impecable, con sólo dos palabras, "ella" y "oía" (en pasado), consigues desvelar todo una historia de amor anterior. A diferencia de Daniel, no pongo notas a los relatos, pero éste es de excelente.
Las sábanas encierran fenómenos climáticos que nos impresionan, no sé porqué... Durante mucho tiempo para mi fueron el mar... tal vez siempre son agua... Muy bella imagen, martín,
Sil, perfecta interpretación! Las lágrimas son la llovizna del cuerpo, no te parece? Gracias por tu comentario. Un beso
Esteban, es cierto, es algo diferente en mí. Espero que puedas separar al autor de sus letras y que eso no sea impedimento para que aún así te guste. Estaré probando cosas diferentes estos días, seguramente encontrarás muchos casos como este. Un abrazo
Lasosita, la lluvia de adentro, aunque es más suave, nos moja igual. Gracias por comentar! Un beso
Magah, el agua de lluvia filtra por donde puede. Si no estamos sólidos, nos invade igual. Un beso
Druida, el sol sale afuera, pero no lo ve. Las sábanas lo cubren, al igual que las lágrimas. Gracias por tu comentario. Un abrazo
Natacha, el niño de la foto creció un poquito. Aún así sigue en blanco y negro. Me alegra que te haya gustado este micro. Gracias por tu visita y por comentar. Un beso
Víctor, como ya dije a Esteban, reconozco que es un tanto distinto. Aún así creo que tu mensaje demuestra que lo has entendido a la perfección. Estoy intentando nuevas cosas, espero que la sorpresa siga siendo grata y sepan perdonarme. Muchas gracias por tu comentario, tan generoso como de costumbre. Un abrazo
Luis, muchas gracias! Me alegra que te haya gustado. Un fuerte abrazo
Orologiaio, es cierto lo que decís. Podría haber sido mucho peor. Saludos
Daniela, me gustó esa idea de imaginar las sábanas como el mar. Me hiciste disparar imágenes novedosas. Creo que bajo las sábanas, todo es posible. Un beso y gracias!
Ananda, muchísimas gracias! Creo que lo hermoso está en las pequeñas cosas, como la lluvia y unas pocas lágrimas. Un beso
Sechat, exactamente eso: probar, probar... es lo que estoy tratando de hacer. Gracias por entenderlo y por tu comentario. Un beso
Campanula, que bueno verte por acá. Me alegra que te haya gustado. Un beso
Nocomments, buen resumen de todos los comentarios anteriores. Hubiera empezado por responder el tuyo y listo! jaja un abrazo
Carina, que bueno tu comentario. Hasta ahora nadie había pensado en ella, pero tenés razón. Quién dice eso provoque una segunda parte, con un final mucho más feliz. Un beso
Pati, es que no hay comparación entre ambas cosas. Yo elijo lo mismo! ;) Buenísimo tu comentario. Un beso
Alex, muchas gracias. Me alegra mucho que te haya gustado. Los matices, los puntos de vista, cada cual tiene el suyo, así debe ser. Saludos
Isabel, así es. No podemos evitar que llueva la tristeza, se nos viene encima y no perdona ni al más fuerte de los paraguas. Gracias por tu comentario. Un beso
Si en una maravillosa metáfora, estableciste la analogía entre la lluvia y el llanto, tengo que decir que este cuento cortísimo me pegó en el alma.
ResponderEliminar:)
Ojalá lo haya interpretado bien.
Un beso enorme, Martín.
SIL
El amor y el dolor, inseparables.
ResponderEliminarEs un estilo diferente en ti, Martín. Me tienes acostumbrado a otro tipo de relatos, así que debo decir que lo siento algo impropio para ti.
Abrazos.
Afuera, lágrimas
ResponderEliminary adentro... llueve.
¡Precioso relato triste!
¡Saludos, Martín!
Aja! La lluvia tiene también esa condición, suele metersenos adentro.
ResponderEliminarSaludos mojados!
Lluve adentro y afuera esta el sol: es el recuerdo que llama...
ResponderEliminarabrazo
Druida.
Primero... ¿Dónde está el chiquitín del perfil...? snif...
ResponderEliminarBueno, en serio. Precioso texto, Martín... la lluvia por dentro empapa de dolor el corazón.
Un beso, cielo.
Natacha
llovizna llena de sal...
ResponderEliminarSaludos
Siempre las soledades terminan inundándonos de recuerdos. Gracias a Dios existe la lluvia. Un gran abrazo.
ResponderEliminarQue dolorosa la soledad Martín... Que melancólico este micro relato. Que melancólico y que bueno.
ResponderEliminarCariños!
Hermoso has plasmado la nostalgia y la soledad en este maravilloso minirelato.
ResponderEliminarSaludos!
Quizá sea en la lluvia cuando más añoramos lo que hemos perdido. Con aires de tristeza, un gran mini relato. Saludos!
ResponderEliminarEs que no hay nada más natural que el hombre, ps! (:
ResponderEliminarSaludos !
Yo (como Esteban) tampoco estoy a leer este tipo de relatos en ti. Y debo reconocer, aunque prefiero otros estilos, que también me gustan. Buena metáfora: microcosmos y macrocosmos, lo exterior se corresponde con lo interior. La insinuación al abandono de la chica es impecable, con sólo dos palabras, "ella" y "oía" (en pasado), consigues desvelar todo una historia de amor anterior. A diferencia de Daniel, no pongo notas a los relatos, pero éste es de excelente.
ResponderEliminarUn saludo.
Así sucede a vaces. El corazón se rompe y llueve soledades y tristezas. Hermosa metafora amigo.
ResponderEliminarConsidérate privilegiado: por lo menos estabas bajo las sábanas y no a la intemperie.
ResponderEliminar(Es cuestión de ver la botella medio llena ;))
Las sábanas encierran fenómenos climáticos que nos impresionan, no sé porqué... Durante mucho tiempo para mi fueron el mar... tal vez siempre son agua...
ResponderEliminarMuy bella imagen, martín,
¡Abrazos!
Muy hermoso y muy humano...
ResponderEliminarUn abrazo
Tierno y sentimental. Distinto de lo que sueles escribir, pero es bueno probar e investigar otros giros o expresiones. Me gusta.
ResponderEliminarComo siempre Martin, genial.
ResponderEliminarun abrazo
Ya se ha dicho casi todo, diferente en ti, buena metáfora, lluvia y llanto, agua de lluvia y lágrimas que van de la mano.
ResponderEliminarUn saludo indio
Quizás dentro de ella tambien llueva lejos de ese pecho.
ResponderEliminarDeberían ver la manera de estar juntos, la próxima vez que acechen los truenos :)no?
Yo me aferro a la almohada... pero el miedo sólo acepta pechos.
ResponderEliminarPrecioso.
Besos :)
Puede que no haya nada más íntimo que el cubrir de una sábana.
ResponderEliminarTine muchos matices y sensaciones tu relato.
Muy bueno.
saludos
Las ausencias nos llueven por dentro de todos los modos.
ResponderEliminarTiernamente triste lo tuyo
Besos
Estercita
Sil, perfecta interpretación! Las lágrimas son la llovizna del cuerpo, no te parece? Gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarEsteban, es cierto, es algo diferente en mí. Espero que puedas separar al autor de sus letras y que eso no sea impedimento para que aún así te guste. Estaré probando cosas diferentes estos días, seguramente encontrarás muchos casos como este. Un abrazo
Lasosita, la lluvia de adentro, aunque es más suave, nos moja igual. Gracias por comentar! Un beso
Magah, el agua de lluvia filtra por donde puede. Si no estamos sólidos, nos invade igual. Un beso
ResponderEliminarDruida, el sol sale afuera, pero no lo ve. Las sábanas lo cubren, al igual que las lágrimas. Gracias por tu comentario. Un abrazo
Natacha, el niño de la foto creció un poquito. Aún así sigue en blanco y negro. Me alegra que te haya gustado este micro. Gracias por tu visita y por comentar. Un beso
Dragón, muy bueno ese comentario. Me gustó! Un abrazo
ResponderEliminarIgnacio, hacés bien en agradecer. La lluvia sirve para evacuar esos recuerdos, que nunca viene mal. Un abrazo
Sol, estoy totalmente de acuerdo con vos. Es dolorosa la soledad, y en este caso, muy húmeda. Gracias por tu comentario generoso. Un beso
Harold, me alegra que te haya gustado y que hayas recibido la nostalgia que pretendió transmitir. Un abrazo
ResponderEliminarNeto, la lluvia me produce una gran nostalgia. Parece que fueron muchos días lluviosos en Buenos Aires... un abrazo
Kappie, claro que no! un abrazo
Víctor, como ya dije a Esteban, reconozco que es un tanto distinto. Aún así creo que tu mensaje demuestra que lo has entendido a la perfección. Estoy intentando nuevas cosas, espero que la sorpresa siga siendo grata y sepan perdonarme. Muchas gracias por tu comentario, tan generoso como de costumbre. Un abrazo
ResponderEliminarLuis, muchas gracias! Me alegra que te haya gustado. Un fuerte abrazo
Orologiaio, es cierto lo que decís. Podría haber sido mucho peor. Saludos
Daniela, me gustó esa idea de imaginar las sábanas como el mar. Me hiciste disparar imágenes novedosas. Creo que bajo las sábanas, todo es posible. Un beso y gracias!
ResponderEliminarAnanda, muchísimas gracias! Creo que lo hermoso está en las pequeñas cosas, como la lluvia y unas pocas lágrimas. Un beso
Sechat, exactamente eso: probar, probar... es lo que estoy tratando de hacer. Gracias por entenderlo y por tu comentario. Un beso
Campanula, que bueno verte por acá. Me alegra que te haya gustado. Un beso
ResponderEliminarNocomments, buen resumen de todos los comentarios anteriores. Hubiera empezado por responder el tuyo y listo! jaja un abrazo
Carina, que bueno tu comentario. Hasta ahora nadie había pensado en ella, pero tenés razón. Quién dice eso provoque una segunda parte, con un final mucho más feliz. Un beso
Pati, es que no hay comparación entre ambas cosas. Yo elijo lo mismo! ;) Buenísimo tu comentario. Un beso
ResponderEliminarAlex, muchas gracias. Me alegra mucho que te haya gustado. Los matices, los puntos de vista, cada cual tiene el suyo, así debe ser. Saludos
Isabel, así es. No podemos evitar que llueva la tristeza, se nos viene encima y no perdona ni al más fuerte de los paraguas. Gracias por tu comentario. Un beso
Le va a ser imposible escapar del chaparrón.
ResponderEliminarTiempo sin leerte.
Raúl, que bueno verte de nuevo por aquí. Nadie puede escapar de la lluvia, si se expone a la intemperie. Un abrazo
ResponderEliminarNo podia pasar de largo este post amigo!!!! y asi se inuda nuestra alma de soledad y lagrimas!!! un fuerte abrazo!
ResponderEliminarLisandro, así es. El problema después es frenar la inundación. Un abrazo
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