Tarde o temprano, el paso del tiempo se torna evidente para todos. Aunque el anciano colma su vida con fabulosas mentiras, no encuentra la forma de hacerla crecer. Con resignación, asume que ha llegado la hora de la verdad. El cruel espejo muestra dos lágrimas tristes, que se deslizan a la carrera, sobre el flácido apéndice nasal del viejo Pinocho.
El final de la vida no es fácil par nadie y más cuando no has consumado la vida de una manera feliz,entonces tienes que reinventarla para darle la alegría que no has conseguido en el pasado.Tan triste la mentira como la propia vida inventada.Un beso
ResponderEliminarTe la traes con Pinocho, ¿no, Martín?
ResponderEliminarentonces estaba hecho de un sauce lloron?
ResponderEliminar=0D
Te salió redondo éste, Martín. Muy bueno el equívoco (me confundiste de nuevo) de "colma su vida con fabulosas mentiras, no encuentra la forma de hacerla crecer".¿La vida o la nariz? Ahí me pillaste.
ResponderEliminarUn saludo.
Buen final. Además que nunca he visto ni me he imaginado a Pinocho viejo... ¿cómo será?
ResponderEliminarUn abrazo.
A quien Se le ocurriria pensar en pinocho ya viejo, a mi nunca!!! sos un genio Martin! un abrazo!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSegundo intento, sin errores...
ResponderEliminarMartín,el cuento es genial...
Pinocho es un gran inspirador !!!!!
Mi comentario en conclusión, sería...
¨Que no hay mentira ni recurso de cuentos,
que pueda contra el paso del tiempo,
y logre mantener erguido
algo destinado a morir caído...¨
;P
Un beso gigante.
SIL
Las mentiras de un anciano son tiernas, y por tanto inútiles. Un gran abrazo Martín.
ResponderEliminarjajajajaja...muy bueno!!!!...pobre Pinocho!...los años no llegan solos y parece que siempre se acompañan con flacideces! ajajajaja
ResponderEliminarun abrazo.
xD
ResponderEliminarEl tiempo humano es totalmente relativo [o me crecerá la nariz u-u]
Saludos xD!
Que pena, ni el pobre Pinocho se salva del paso del tiempo.
ResponderEliminarLo que es más difícil de entender es como un niño puede ser viejo a la vez.
Uhm pensándolo bien si se puede, pero bueh eso sería otra cuestión.
Besos
REM
he leido tu cuento.
ResponderEliminarNo puedo dejar un comen ahora.
Vendré luego
y no miento!!!
Interesantísimo es una inspiración una metáfora en relato tan bien plasmad que me dejaste sorprendida...
ResponderEliminarRealmente un texto y un pinocho viejo!! donde dejas ver tantas emociones encontradas.
besos muchos.
muakkkkkkkkkkkkkkkk
buen fin de semana.
Ya lo dijo Serrat, todos llevamos un viejo encima, para cuando logramos sacarnos la carga pesadísima se nos planta enfrente y cruelmente nos desafía parado frente al espejo!
ResponderEliminarcariños!
=) HUMO
Jejeje... Ayy Martín, como me encanta leerte! Al comienzo parecía tan cruel.. hasta que llegué al final. Ya debería conocerte un poco.
ResponderEliminarBesos, ☼
a todos nos llega
ResponderEliminarpobre y viejo pinocho.
ResponderEliminarSus lagrimas habran sido reales tambien, o una desesperada artimaña para ser un viejo de verdad?
Buenísimo!
ResponderEliminarSaludos!
Enhorabuena por el relato.
ResponderEliminarMuy bueno.
A todos nos llega la hora del final, hasta el pobre Pinocho...
ResponderEliminarBuen relato, claro que sí
Un saludo indio
PiNOCHO, un viejo de madera vieja
ResponderEliminarPinocho, Pinocho*
ResponderEliminarNi siquiera aquello que lo hizo popular lo acompañó en sus últimas horas! Muy bueno Martín!
ResponderEliminarEspero que te haya idd muy bien en las jornadas de minificción en Rosario!!!
Si lo q mas deseo era ser niño, se entiende entonces q a veces es mejor no desear???o hay q entender q el final no es grato para nadie??m quedo con esto ultimo...
ResponderEliminarSaludos de la chica.
Muy cómodo este living. Y no se trata de un mentira que trate de ocultar la más absoluta de las verdades...
ResponderEliminarmuy original, con tu clásico factor sorpresa al final
ResponderEliminarMara, gracias por tu hermoso comentario para inaugurar este microrrelato. Coincido con lo que decís. Lástima que en el caso de Pinocho, la necesidad de la mentira es una verdad insalvable. Un beso
ResponderEliminarEsteban, Pinocho me parece un personaje que deja mucha tela para cortar. Y sabès que me gusta ironizar con los clásicos infantiles. Un abrazo!
Sonia, ahh ahora entiendo el motivo! Un beso
Victor, o ambas cosas? Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias. Un abrazo
ResponderEliminarNaida, yo lo imaginé por primera vez aquí, y me resultó patético! Gracias por tu comentario. Un beso
Lisandro, gracias por tu generoso comentario! Me alegra que te guste! Un abrazo
Sil, gracias por traer tus poesías hasta mi Living! Me hiciste reir. Buenísimo tu comentario! Un beso
ResponderEliminarIgnacio, gran reflexión! Creo que eso lo explica todo. Gracias por tu comentario que, como sucede habitualmente, invita a pensar. Un abrazo
Neogeminis, no es nada que la cirugía no pueda reparar! Un abrazo
Kappie, coincido acerca de la relatividad de la vida. En el caso de Pinocho fue aún peor... el nunca fue bebé... por lo tanto, es el humano de su edad, que menos vivió. Un abrazo
ResponderEliminarRembrandt, claro que se puede. Creer lo contrario sería desconocer el carácter humano que le concedió el hada madrina. Quizás hubiera sido mejor ser una madera fuerte y eterna. Besos
Mara-mara, volvé pronto! ja Un beso
Cynthia, Me alegra que hayas podido visualizarlo y lo disfrataras. Gracias por tu generoso comentario! Un beso
ResponderEliminarHumo, Pinocho escuchará a Sabina? Coincido en todo. Un beso y gracias!
Solecito, me alegra enormemente que te gusten mis textos, y mucho más todavía, que visites mi Living desde Nicaragua! Muchas gracias! Un beso
Cosasimpropias, así es. Un abrazo
ResponderEliminarPosmoderna, buena duda planteas aquí. Creo que hay un poco de las dos. Gracias! Un beso
Harold, muchas gracias! Me alegra que te haya gustado. Saludos
Citopensis, muchas gracias. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
ResponderEliminarNo comments, es lo malo de haberse convertido en niño. Todo no se puede! Gracias por tu generosidad! Un abrazo
Druida, con los años hasta la madera envejece. Un abrazo!
Eme, eme. Me dejás pensando! Un beso
ResponderEliminarNetomancia, es la triste realidad de nuestras vidas. Gracias por tus buenos deseos. Las jornadas de Rosario fueron espectaculares y fue un placer poder estar allí. Gracias por mencionarlo. Un abrazo!
Isabel, coincido con vos. Ya lo dije en un comentario a otro relato mío llamado "La maquina de la felicidad". Los deseos cumplidos, además, suelen ser breves. Gracias por tu comentario. Un beso!
Lila (soy muchas mujeres), bienvenida al living! Me alegra que te hayas sentido cómoda por aquí. Muchas gracias por tu generoso comentario. Espero que regreses pronto entonces! Saludos.
ResponderEliminarGalán, es un estilo que me gusta y que creo que queda completa perfectamente cualquier minificción. Me alegra que te gustara. Gracias! Un abrazo
¡excelente!
ResponderEliminarGracias Raúl! Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
ResponderEliminarMuy triste.
ResponderEliminarJavier, una vida triste no podía terminar de otra manera. Saludos!
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