El experimento había sido ensayado con éxito en monos, cerdos y cobayos, pero aún faltaba probar sus efectos en el organismo humano. Si la prueba funcionaba, el descubrimiento cambiaría para siempre la historia de la humanidad. Es una experiencia indolora, aseguraba el científico, pero pidió que le suministraran un sedante, hasta que todo estuviera dispuesto para que él mismo fuera el sujeto pasivo de la demostración. Al despertar, se encontró atado por correas a una incómoda camilla, ubicada frente a una cámara encendida de televisión. Lo último que alcanzó a ver fueron los ojos culposos del hombre vestido de blanco, en el momento exacto en que presionaba el émbolo de la fría inyección letal.
Cuento presentado por el autor en el concurso Minificciones del mes de agosto de 2009, inspirado en la imagen aquí incluida.
En carne propia...
ResponderEliminarMuy bueno!
=) HUMO
pero la inyecciòn letal ya existe...
ResponderEliminarse la dan a los presos :(
Al margen del sacrificio del científico, abrió la posibilidad de un negocio millonario, para proveer en caso de suicidios y eutanasias... (demandas ínagotables)
ResponderEliminarInventó algo así como ...
La ¨vacuna contra la vida¨??
:)
Un beso, Martín.
Esteee...Andresen...
ResponderEliminar(el relato no tiene fecha...debe estar citando justamente el descubrimiento de ESA inyección)
:)
:)
Hay quienes se mueren por ser reconocidos, hay quienes matan y se matan por lo mismo. Triste y si, el destino de la humanidad cambió para siempre. Un gran abrazo.
ResponderEliminarHumo, fue la primera víctima de su terrible creación. Un beso
ResponderEliminarAndresen, bienvenido al living! El relato es atemportal y lo que intenta relatar es una posible versión de su creación. Saludos!
Sil, una temible "vacuna" sin dudas, tan temible como el negocio que puede crearse detrás. Gracias por tu comentario y por tu aclaración a los demás lectores. Un beso
Ignacio, tus comentarios siempre completan mis cuentos de manera formidable. Coincido con lo que decís respecto a morir por el reconocimiento, aunque lamentablemente creo que esta no era la mejor forma. Un abrazo
Debo decir que ese concurso me parece algo extraño. Aún no he entendido bien los parámetros para calificar un cuento. No sé si lo eligen el mejor escrito, la mejor idea o el que más se acerca a la imagen.
ResponderEliminarEn fin, éxitos de todos modos.
auch!... pues logro su proposito: cambiar la historia de la humanidad!.. empezando por la de el.
ResponderEliminar=0s
parece un chiste negro!.
saludos!!
Hola!!!!!!
ResponderEliminarHas puesto “con mas ganas que talento” y en mi humilde entender tienes ganas y talento, esto es mas que un blog, da toda la impresión que es una pagina Web, y si no estas en el tema no es fácil de hacer, lo que vos has logrado con tu pagina….
Te descubrí por el concurso y espero que me dejes volver, jijiji estoy en latinoamericanos si quieres darte una vueltita…
Un súper-abrazo de oso.
Qué horror, chico!!!
ResponderEliminaruf,
Un beso, pero no letal.
Natacha.
Siempre el humano encuentra una mejora para llevar a un par a la muerte. Es un ser que se autosupera, je.
ResponderEliminarBuen relato Martín, éxitos con el concurso!
Esteban, me pasa lo mismo que a vos en relación a este concurso. Aún así sigo participando, porque la imagen siempre sirve como disparador de algún relato. No me interesa el resultado, simplemente continuar escribiendo. Saludos.
ResponderEliminarSonia, sin dudas que cambió su historia, lástima que haya sido por culpa de tan horrible invento. Un beso
Común, bienvenida al living! Me alegra que te haya gustado mi blog-página y que te sientas a gusto por aca. Gracias por seguirme y por tu comentario! Volvé cuando quieras, te estaremos esperando. Saludos
Natacha, tenés razón. Ese invento es un horror, pero también un error. Un beso
Netomancia, el hombre es el único animal capaz de crear algo para destruirse. Es una pena que aproveche la creatividad para ese tipo de inventos. Gracias por tu comentario. Saludos
Una reflexión lúcida, en forma de metáfora, sobre el poder de autodestrucción de nuestra especie.
ResponderEliminarAbrazo grande.
Kutxi.
Breve y contundente como siempre.
ResponderEliminarSaludos.
Muy buenos cuentos cortos y microcuentos (es solo lo que leí y solo pude leer algunos) volveré, con más tiempo, menos sueño, un par de ojos en estreno y continuaré, un abrazo.
ResponderEliminarKutxi, es una reflexión triste pero real de lo que el hombre es capaz. Gracias por tu comentario. Saludos
ResponderEliminarNeogeminis, trato de darle a mis relatos ambas características. Gracias por comentar. Saludos!
Sergio, bienvenido al living! Me alegra que te hayan gustado los relatos. Te invito a volver cuando quieras y recorrer todos sus rincones con más tiempo, hay cuentos de todo tipo y para todos los gustos. Espero no defraudarte. Muchas gracias! Un abrazo
Que atmósfera pesada flota en este cuento... ya la imagen de la propuesta es bastante nefasta... que raro lo que han elegido para motivar a escribir. Creo que te las ingeniaste bien para exprimir algo de esa imagen. ¡Suerte entonces en el concurso!
ResponderEliminar¡Mis cariños!
Lauri, la imagen es extraña y reconozco que no me inspiró letras muy agradables. De todos modos, simplemente dejé fluir y así salió. Muchas gracias por tus buenos deseos. Un beso
ResponderEliminarCuántas personas habrán dado su vida por dejar ensayar en sus cuerpos nuevos medicamentos. Son personas anónimas a quienes todos debemos mucho.
ResponderEliminarManly, es cierto. Lástima que algunos inventos no justifiquen esas muertes. No te parece? Saludos
ResponderEliminarEs, desde luego, un ensayo concluyente.
ResponderEliminarNo resulta fácil verse a uno mismo de este modo y lo cierto es que, al margen de experimentos, no nos vendría nada mal realizar algún tipo de ensayo para descubrirnos a nosotros mismos.
Como siempre un exquisito relato.
PAZ
Muchas gracias Luis! Coincido con tu opinión. Quizás debamos ensayar ese tipo de experimentos. Un abrazo
ResponderEliminarMal, me hizo mal.
ResponderEliminarMe lo creí todo. Muy bueno. Saludos.
Adriana, es solo ficción! De todos modos, te entiendo. A mi también me hizo mal imaginarlo. Gracias por tu comentario. Un beso
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