Bajo la sombra del viejo roble, el jardinero plantó una nueva especie. El flamante árbol era delgado, casi raquítico, pero sus hojas tenían el brillo típico de los ejemplares noveles. Sus ramas crecían fuertes y esplendorosas, ante la mirada celosa de su viejo compañero. Con la llegada de la primavera, brotaron sus primeras flores hermosas, que opacaban la presencia del antiguo ejemplar y eran preferidas por las aves del lugar. La situación se agravó cuando el recién llegado comenzó a coquetear con una pequeña flor violeta, que había crecido entre los dos árboles de manera salvaje, de la cual el roble se había enamorado profundamente. Entonces, el árbol celoso abrió sus ramas para aumentar su sombra al máximo, hasta cubrir de fría oscuridad al indefenso arbolito. Luego, absorbió enérgicamente todo el agua y los nutrientes de la tierra, con el único objetivo de dejar al novato sin las condiciones mínimas para sobrevivir. No le importó que, por ello, muriera también la hermosa violeta que, durante algún tiempo, había alegrado sus días tristes. Pronto, el arcaico roble volvió a convertirse en el rey del jardín, enérgico, noble, impactante, imbatible ante los efectos del sol y los vientos de tormenta. Una semana más tarde, fue el hombre quién hizo justicia frente a aquellos crímenes botánicos injustificables y, tras arrasar con todo ser vivo existente en el verde paraíso, ordenó construir un imperturbable bloque de cemento, donde hoy funciona un hipermercado.
Ufff.. Excelente. Una metáfora lúcida y lucida.
ResponderEliminarAbrazo grande
Kutxi.
La imagen y el mensaje final son arrasadores, como el texto mismo.
ResponderEliminarLectura disparadora de reflexiones profundísimas...
Un beso, Martín.
Así de dura es la realidad que reepiramos cada día amigo Marín, en este texto dejas claro que nada exixte del todo individualizado, quer todos formamos parte de un gran todo y que más vale que no concienciemos de eso y aprendamos un poco de respeto por los demas y por lo demás.
ResponderEliminarExcelente
Paz.
Muy bueno. Felicitaciones.
ResponderEliminar¿Se podrá volver a comprar la naturaleza en ese supermercado?. Un gran abrazo Martín.
ResponderEliminarKutxi, que bueno que hayas notado la metáfora. Muchas gracias! Te mando un abrazo
ResponderEliminarSil, coincido en que es un tema para reflexionar. Al menos, a mi me invitó a hacerlo. Un beso!
Luis, totalmente de acuerdo con vos! Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
Alejandro, muchas gracias! Que bueno que te gustó este! Saludos
Ignacio, que bueno sería no? Aunque lamentablemente creo que no. Un abrazo
Parece q nos unen los arboles y las violetas...jeje
ResponderEliminarQ final mas real.
Saludos de la chica.
Una cascada de Causa-Efecto-Causa-Efecto-Causa-Efecto....
ResponderEliminarY relacionado a lo que plantea Ignacio...en el sector Vivero, la venden en macetitas.Si compras dos, te regalan la tercera;)
Cuento impecable, Martin....un beso!
/\Namaste.
En la ley del mas fuerte, todos perdemos.
ResponderEliminarpreciosa fábula!
=) HUMO
Soberbia metáfora la que haces sobre la ley del más fuerte. En este ciclo vital, como siempre, el último gran depredador termina siendo el hombre.
ResponderEliminarUn saludo.
Me encantan los árboles... me tocó profundamente este relato. Pero éste no es un cuento cortísimo, por el contrario es muy laaargooo, habla de tantas cosas...
ResponderEliminarMuy bueno, muy triste.
¡Buen fin de semana, Martín!
si las cosas no callaran, contarian historias como estas
ResponderEliminarun beso!
Que vida vegetal,..., con comportamientos tan humanos,.. que metáfora... ,que final aplastante. Todo un mensaje que te deja pensando, por un largo rato,...,me encanto. Felicito
ResponderEliminarIsabel, recien entro a tu blog y comprobé que tenes publicado un relato de arboles y violetas! Caramba, que coincidencia! El tuyo tiene, sin embargo, un final feliz! Saludos
ResponderEliminarCarina, me alegra que te haya gustado. Así es, causa y efecto, nada es por casualidad! Un beso
Humo, tenes razon. Las luchas de poder no llevan a ningun lado. Me alegra que te haya gustado. Un beso
Onminayas, parece que esta fábula es más real que las clásicas! Gracias por tu comentario. Saludos
Lauri, eso es lo que buscaba! Que sea una invitación a pensar. Me alegra haberlo logrado con vos. Saludos!
ResponderEliminarcosasimpropias, y que divertido que sería no?? sobre todo si no pudieran guardar secretos! Un beso
Tetor, me alegra que te haya gustado. Siempre creí que los vegetales tenían sentimientos. Es más, creo que la mezcla perfecta era el recordado hombre vegetal, famoso luchador de Titanes en el Ring. Un abrazo.
¡Enhorabuena!
ResponderEliminarjejjejee...confieso que el final me sorprendió por su irónica crudeza! jejejej...pero sí, vale muy bien la moraleja!!!
ResponderEliminarExcelente!
Un abrazo.
Cuento con mensaje pristino escrito con tino.
ResponderEliminarY tal.
Un saludo.
Muy bueno Martín. Al final, el ser humano siempre tiene el as en la manga, por más que eso a veces signifique algo negativo.
ResponderEliminarUn abrazo.
chino?
ResponderEliminarexcelente final, le da una bofetada térmica que apaga con tanta fabulita natural y deja bien en claro quién manda en el mundo
abrazo!
ah, Mistica Barrial soy yo...
ResponderEliminarla generaciones se acaban... mentes jovenes ocupan el espacio de los veteranos... es un ciclo de vida y esta escrito...
ResponderEliminarBuena historia...
Saludos¡¡¡
Chau¡¡¡ =D
José, muchas gracias! Me alegré por tu festejo. Saludos
ResponderEliminarNeogeminis, muchas gracias por tu comentario! Que bueno que te haya podido sorprender, esa era mi intención. Ojala sirva para algo la moraleja. Saludos
Citopensis, por algo algunos me llaman "Tino". Gracias por comentar! Un abrazo
Netomancia, ese es el mensaje que quiere transmitir el cuento. Del hombre depende hoy toda la naturaleza. Un abrazo
ResponderEliminarGalán, creo que hoy no caben dudas de quién manda... pobrecitos los árboles. Saludos de barrio.
Isady, de nosotros depende que no se acabe. ¿No crees? Gracias por tu comentario. Un beso
jo. qué triste todo, desde el árbol, hasta el jardinero.
ResponderEliminarAsí somos....
Muchos besooos!
La naturaleza puede ser cruel, pero está claro que la pandemia de este planeta somos nosotros.
ResponderEliminarSaludos lelos!!!
Juls, vos lo decis: asi somos. Es triste pero real. Te mando un beso
ResponderEliminarVictor, coincido totalmente con vos. Ese es exactamente el mensaje que el cuento quiere transmitir. Un abrazo
Sí, sí, ya me parecía que lo había leído, pero a esta hora ya tengo una ensalada en la cabeza. Me quedé haciendo algunas cosas en Office y el cerebrito me hace ¡piffffff!!!!!
ResponderEliminarPero no podía dejar de pasar a corroborar. Besos!!! Y mañana más fresquita paso a visitar al living y sus últimas novedades...