Sus manos pequeñas amasan la masilla cariñosamente, buscando encontrar la forma perfecta. En algún lugar, creyó escuchar que un hada misteriosa a veces regala el milagro de la vida a los muñecos, y él siempre quiso un hermano. El reloj colgado en el taller indica que queda poco tiempo. Tiene que apurarse, su obra deberá estar lista antes que despierte Gepetto.
Nota: Ignacio Reiva (habitante ilustre del Living) me regaló la idea y las primeras letras de este cuento, para que le diera forma final y lo publicara aquí. Muchas gracias Ignacio! Fue un placer haber podido trabajar con vos en este relato conjunto. Espero que te guste el resultado final.
Nota: Ignacio Reiva (habitante ilustre del Living) me regaló la idea y las primeras letras de este cuento, para que le diera forma final y lo publicara aquí. Muchas gracias Ignacio! Fue un placer haber podido trabajar con vos en este relato conjunto. Espero que te guste el resultado final.
Gracias Martín, me encantó la versión final, yo sabía que debía pasar por tu pluma. Es un gusto haber trabajado juntos y espero que volvamos a hacerlo. Un gran abrazo.
ResponderEliminarQué lindo, pensar que una creación engendra a la otra. Me gustó Martín!
ResponderEliminarUn abrazo!
Creaturas...
ResponderEliminarIgnacio, Martin, buen trabajo caballeros, un tema que alude eternamente a la inocencia y ternura! Ojala el Hada flexibilice el tiempo, ya que este es una percepcion relativa ;)
ResponderEliminarUn abrazo!
Martín, es mágico lo que has escrito.
ResponderEliminarBreve, como un encanto de cuentos.
Y tierno, como pocos.
Tengo mi propia versión de este clásico de Disney, y cuando estés tranqui, sería un honor para mí, que la leyeras vos.
Besos a los dos autores, dupla que se las trae.
que gran dupla
ResponderEliminar¡Ah, qué cosas, Martín! Tenía entre manos una historia con el querido Geppeto. Pero bueno...
ResponderEliminarEs cortísimo... pero mola.
ResponderEliminarUn beso, cielo.
Natacha.
muy bueno muchachos, muy bueno!
ResponderEliminarIgnacio, me alegra que te guste el resultado final. Soy yo el que debo agradecer tu generosidad al hacerme esta invitación. Gracias por tu confianza. Un abrazo!
ResponderEliminarNetomancia, el hombre creador del hombre. Es un primer paso, hacia la clonación! Gracias por tu comentario. Saludos
Orologiaio, no somos mas que eso. Un abrazo
Carina, muchas gracias por tus elogios! Coincido con vos en que no hay nada más tierno que las creencias de un niño. Hablaremos con el hada madrina! Un beso
ResponderEliminarSil, gracias por tus elogios. Que bueno que te haya gustado. Será un placer poder leer tu versión de Pinocho! Eso si, debo aclarar que el libro original no es de Disney, sino de Carlo Collodi. Un beso
Cosasimpropias, fue un buen trabajo en equipo! Saludos
Esteban, el tema da para muchos relatos! Espero tu cuentito entonces! Un abrazo
ResponderEliminarNatacha, me alegra que te haya gustado a pesar de la brevedad! Un beso
Adriana, muchas gracias! Ignacio fue el creador de esta historia. Yo solo lo acompañé en la aventura. Un beso
¿Qué opinará Gepetto?
ResponderEliminarla fantasía es maravillosa, nos regala segundos de vida...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, me quedo un ratito en el living. Besos.
José, Gepetto ya está haciendo cuentas, pensando como los va a mantener! ;) Un abrazo
ResponderEliminarNatalia, eso mismo ocurrirá con la nueva creación! Un beso
La ilusión se encuentra en cualquier lugar...y tú la tienes!!!Saludos.
ResponderEliminarY gracias a Carina, te encuentro yo a ti!
ResponderEliminarGracias Martin por la visita. Me entretengo como seguidora para espiar tus letras...
;)
¡Qué generoso el pequeño Pinocho que comparte el milagro de la vida que concede el hada con su hermano!
ResponderEliminarBonita historia.
Un saludo
Hydro, muchas gracias por tu comentario! Me alegra que este living te pueda transmitir cierta ilusión! Saludos
ResponderEliminarMontse, bienvenida al living! Gracias por devolver la visita, por comentar y por seguirme! Espero que te sientas a gusto por aquí! Un beso
Lucía, Pinocho resultó ser un niño tierno y dulce. Gracias por tu comentario. Me alegra que te haya gustado. Saludos!
Perfecta combinacion de ideas¡¡¡...
ResponderEliminarMe pude imaginar al pequeño niño lleno de ilusión y fantasia al ver y dar vida a su obra maestra...
Un saludo martín¡¡¡
un saludo desde mexicó...
Me encantan,como ya sabrás, Martín, los cuentos que se construyen (o se destruyen) en la última palabra, mediante un giro final sorpresivo. Y éste tuyo me gustó, hecho que ya no me sorprende. Un abrazo.
ResponderEliminarSaludos lelos!!!
Isady, que bueno haber podido disparar tu imaginación! Viva Mexico! Un beso
ResponderEliminarVíctor, a mi también me gusta ese estilo de microrrelatos, y por eso, siempre procuro dejar una sorpresa para el final! Me alegro que te haya gustado. Saludos
Muy bonito... Pinocho siempre me pareció un muñeco muuuuy triste, quizás era por la falta del hermano, ¡ahora ya entiendo!
ResponderEliminarImpecable como siempre.
¡Buen fin de semana!
Y cómo no le va a gustar? y cómo no nos va a gustar a nosotros, si escribis genial!!!!
ResponderEliminarPor favor! =)
cariños!
=) HUMO
Lauri, a mi también me entristecía Pinocho, pero me alegra que con la idea propuesta por Ignacio, ahora será un niño mucho más feliz. Muchas gracias! Saludos
ResponderEliminarHumo, muchas gracias por tantos elogios! Me alegra que te haya gustado! Un beso
Comencé por lo último publicado y poco a poco intento ponerme al día en lo que a tu producción veraniega se refiere.
ResponderEliminarAmigo Martín, tienes una capacidad para imaginar historias, que cualquiera que se dedique a esto de escribir, no puede dejar de envidiar.
Saludos y PAZ
Luis, muchas gracias! Me alegra que te pongas al día y que te gusten mis relatos! Saludos
ResponderEliminarDe lo breve, lo mejor. ¡Genial!
ResponderEliminarSechat, muchas gracias! Que bueno que te haya gustado este relato breve! Saludos
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