Las instrucciones del juego parecen claras. El competidor es colocado en la terraza de un enorme edificio, frente a la puerta de acceso a las escaleras. Apenas el juez lo ordene, comenzará su carrera descendente. En cada planta le espera una sorpresa, un sacrificio, una alegría o una decepción. A lo largo del camino, podrá encontrarse, entre otras cosas, con un ambiente lleno de insectos y serpientes venenosas, un difícil acertijo que resolver, un salvaje animal famélico, un monstruo asesino, una mujer ninfómana o una trampa mortal. Por cada obstáculo superado, se hará acreedor a una importante suma de dinero, que le será abonada cuando alcance la salida.
Cada uno de sus movimientos será capturado por alguna de las múltiples cámaras de televisión que se encuentran distribuidas a lo largo del edificio. El participante lleva consigo una mochila que contiene: un cuchillo, un revólver con seis balas, una calculadora, un diccionario, un destornillador, un rollo de cinta autoadhesiva, una botella de alcohol fino, una caja de preservativos, un moderno cortaplumas de múltiples usos, una soga y algunas latas de comida en conserva, por si su estadía en el edificio se prolonga más de lo esperado.
El conductor del programa le desea suerte y lo invita a cruzar la pequeña puerta de hierro, que será soldada por fuera. Ya pueden escucharse los alaridos, gruñidos, sirenas y otros ruidos extraños, provenientes de los niveles inferiores. El concursante se detiene antes de bajar la primera escalera y saluda sonriente frente a una de las cámaras. Pero su rostro se transformará repentinamente, cuando mire con atención hacia abajo y descubra que, al igual que los infructuosos participantes anteriores, él también ha sido víctima de un aterrador engaño. No existe una planta baja ni una meta que pueda alcanzar para poner fin al juego. Los pisos inferiores se repiten continuamente, hasta el infinito.
La foto "Escalera al infierno" es propiedad de Christian Pereira y se publica con autorización del autor, únicamente para su exhibición en este blog.
El conductor del programa le desea suerte y lo invita a cruzar la pequeña puerta de hierro, que será soldada por fuera. Ya pueden escucharse los alaridos, gruñidos, sirenas y otros ruidos extraños, provenientes de los niveles inferiores. El concursante se detiene antes de bajar la primera escalera y saluda sonriente frente a una de las cámaras. Pero su rostro se transformará repentinamente, cuando mire con atención hacia abajo y descubra que, al igual que los infructuosos participantes anteriores, él también ha sido víctima de un aterrador engaño. No existe una planta baja ni una meta que pueda alcanzar para poner fin al juego. Los pisos inferiores se repiten continuamente, hasta el infinito.
La foto "Escalera al infierno" es propiedad de Christian Pereira y se publica con autorización del autor, únicamente para su exhibición en este blog.
Wowwwwwwwwwwww, te juro que hice el recorrido yo misma y en cada piso topé también con mis miedos, con mis luchas, con mis ganas, con mi sudor... corrí, corrí...
ResponderEliminarTe sigo leyendo, voy detrás de tus letras.
Un abrazo.
Grandioso Martín.
ResponderEliminarMe cuesta comentar...
Se me ocurrió una loca analogía mientras me devoraba el cuento...
creo que al infierno, también te invitan así.
Impecable.
Un beso enorme.
SILVI
Ups...termino de leer el título de la foto!!!!!!!!!
ResponderEliminarMuy distraída yo y doble mérito para el texto... o ambas cosas.
:)
Una metáfora que inquieta, que asusta, que maravilla.
ResponderEliminarExcelente.
Un abrazo grande,
Kutxi.
Muy interesante este relato! Realmente muy bueno! te felicito martin!
ResponderEliminarAcabo de llegar de unas relajadas vacaciones y me encuentro con este texto.
ResponderEliminarBueno después de leerlo varias veces, recupero el aliento y advierto en mi espalda una sensación de filo, de navaja, un aliento de hielo. De este modo corremos a través del tiempo, pensando en que vamos camino de algo que contiene un fin y sin embargo...
Magistral amigo, como siempre.
Saludos y PAZ
Tarda menos si se tira por el hueco de la escalera.
ResponderEliminar;)
Saludos!
coincido con un comentario mas arriba. pense que era una carrera al infierno, aunque alli se podria llegar mas facil y con mas diversion de por medio ;)
ResponderEliminarNatalia, que bueno que hayas podido meterte en el cuento. Espero que el final de tu recorrido sea más lindo que el del pobre participante! Muchas gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarSil, creo que ese juego sin duda es un infierno. La escalera lo demuestra así. Gracias por tus elogios. Un beso
Kutxi, un comentario que me ruboriza! Muchas gracias! Me alegra que hayas encontrado esas metáforas. Saludos
Carla, me alegra que te haya gustado! Muchas gracias por tu comentario! Saludos
Luis, muy bueno tu comentario. Creo que tenes razón acerca de nuestro recorrido en la vida. Me alegra que lo hayas disfrutado. Feliz regreso! Un abrazo
ResponderEliminarOrologiaio, seguramente que sí! Y sería el rating más alto de la historia! Un abrazo
Cosasimpropias, tenes razón. Creo que el camino al infierno debe ser mucho más agradable que este. Un abrazo
Siempre he pensado que los detalles son bastante importantes en cualquier asunto al que se le apliquen, me agrada tu manera detallista de describir y escribir.
ResponderEliminarun abrazo y gracias por tu saludo
Y lo peor de todo es que habrá gente que se quede enganchada al televisor viendo cómo el concursante desciende día tras día por la escalera sin fin. De Gran Hermano a la Gran Putada. Si Orwell levantara la cabeza...
ResponderEliminarMuy bueno el texto, Martín. Y la foto.
Saludos lelos!!!
Muy bueno Martín, me hizo acordar a una de las primeras novelas de Stephen King, donde también engañan a un tipo para una competencia donde la muerte era la única salida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Campanula, bienvenida al living! Como podras observar me gustan los relatos descriptivos. Coincido con vos en eso. Me alegra que te guste eso. Gracias por tu visita y por seguirme. Saludos
ResponderEliminarVictor, coincido con lo que decis. El programa seguro tendría mucha audiencia. Así estamos... Gracias por tu comentario! Saludos
Neto, no conozco el libro que mencionás, así que me dejás con la intriga. Me gusta mucho Stephen King, así que lo voy a rastrear. Gracias por tu comentario. Un abrazo
Todo tiene su parte buena: en cuanto aparezca la mujer ninfómana, te quedas ahí y ya está.
ResponderEliminarLa gente, siempre quejándose..
Muy bueno el relato, me encantó, me imagino la voz en off que le detiene, antes de bajar al siguiente piso y afrontar el próximo miedo con un "no bajes todavía" y un "¿quieren presenciar la siguiente lucha?.... a la vuelta de publicidad".
ResponderEliminarFeliz domingo,.
Una pesadilla. Esto es sin duda una pesadilla. Despertalo ya!! si no... qué va a comer cuando se le acaben las latas?
ResponderEliminarbrrrrrrrr...tenebroso juego que desalienta a cualquiera!...en nuestras pesadillas no es raro sentirse "entrampado" en una rutina desgastante que no nos brinda salida alguna y que nos vemos forzados a seguir indefinidamente!.
ResponderEliminarLa foto, una maravilla, el texto, motivador de grandes reflexiones!
saludos!
Las escaleras de caracol son así de duras...es casi de película de terror...
ResponderEliminarBesicos
Un paseante, bienvenido al Living! Creo que tu idea es maravillosa. Esa es la mejor forma de esperar la muerte! Gracias por tu visita y tu comentario. Saludos
ResponderEliminarMarido, jaja me hiciste sonreir con tu comentario. Yo también lo pude imaginar! Picos de rating! Gracias por tus elogios. Saludos
Adriana, quizás deba aprender a cazar con el cuchillo. Cuando hay hambre.... Un beso
Neogeminis, sin dudas es un tenebroso juego propio de alguna pesadilla. Igual creo que siempre habrá alguien que va a querer concursar! Gracias por tu comentario! Saludos
ResponderEliminarBelén, coincido con vos. Por eso no subo ni bajo por una escalera si no veo adonde me conduce. Un beso
Son las escaleras de Sísifo, un destino que desciende mas allá del infierno. Un gran abrazo.
ResponderEliminarQuizá suene cruel, pero creo que los concursantes se merecían ese destino. Estaban dispuestos a pasar mil penurias por unos míseros minutos de fama.
ResponderEliminarUn saludo.
Te sonará extraño.
ResponderEliminarPero llevaba mucho tiempo buscando un blog como este.
Los cuentos son alucinantes, no voy a dejar de pasarme ¿Tienes 149 seguidores? mentira
150
De verdad...ATERRADOR!
ResponderEliminarCariños!
=) HUMO
Martín, aquí tienes más datos del libro, por si te interesa:
ResponderEliminarhttp://www.ciao.es/El_fugitivo_Stephen_King__144499
jajaa...pobre concursante...yo me pregunto quién sería el loco que le animaría a participar...
ResponderEliminarEn definitiva, podría servir como metáfora de la vida en sí misma.
Felicidades!
Ignacio, excelente tu relación con el mito de Sísifo. No se me había ocurrido! Muchas gracias. Un abrazo
ResponderEliminarLucía, coincido con vos. Es cierto que la fama cuesta, pero en este caso, salió demasiado cara! Gracias por tu comentario. Un beso
Sen, bienvenido al living! Me alegra que hayas encontrado un sitio en el que te sientas cómodo. Volvé cuando quieras, aquí estaremos. Saludos!
Humo, lo bueno es verlo solo por televisión! Gracias por tu comentario! Un beso
ResponderEliminarNetomancia, ahora que leo tu referencia, creo que es cierto que hay cierta relación. Voy a tratar de conseguir ese libro! Un abrazo
Gliphe, no es más ni menos que la vida misma. O acaso no se parece a ese concurso? Muchas gracias por tu opinión. Saludos
Lo veo muy arriesgado para ser un juego. Quien sabe, quizás hasta me resulte demasiado real si realizamos ciertos paralelismos con nuestras vidas...
ResponderEliminarUn abrazo.
Sin duda, es un cuento fantástico. Creo que ya es costumbre, Martín, el escritor lo tienes a flor de piel. La idea es excelente y la manera de contarlo, no puede ser mejor.
ResponderEliminarYo me quedaría con un poco más de brevedad, pero eso ya es insoportablemente personal.
Un abrazo desde Colombia.
Perséfone, bienvenida al living! Creo que la vida tiene mucho de este juego aparente, nada es casualidad. Gracias por tu visita! Saludos
ResponderEliminarEsteban, me alegra que te guste este cuento. Gracias por tus elogios. Comparto contigo el gusto por la brevedad, pero en este caso preferí extenderme un poco más, para meter al lector dentro del suspenso propio de un programa de Tv. Un abrazo!
Excelente relato, un tanto escalofriante, pero buenísimo.
ResponderEliminarSaludos!
Gracias por tu visita Martín.
ResponderEliminarMe encantó tu forma de escribir, como describes cada escena y ese delicioso suspenso que nos devora el estómago.
Felicitaciones
Mi abrazo
Ev
Harold, bienvenido al living! Me alegra que te haya gustado el relato. Espero que regreses pronto! Saludos
ResponderEliminarEvangelina, Gracias por tus elogios. Me alegra que te sientas a gusto por acá. Gracias por seguirme. Bienvenida! Un beso
Nos has "develado" en la fotografía de la escalera a tu "musa inspiradora". Y una vez más podemos entender claramente que tu cabeza puede transformarlo todo para entregarlo convertido en un fantástico cuento.
ResponderEliminarEsta vez sorprendiste con la extensión del mismo, aunque se "baja" por él tan velozmente, que casi parece un hiperbreve.
¡Buenísimo!
Lauri, muchas gracias por tu comentario! Existe una sección fotocuentos donde hay varios relatos inspirados en imágenes. Es una variante que me gusta explotar cada tanto. Tené cuidado con las escaleras, no bajes tan rápido que te podés caer. Saludos!
ResponderEliminarmuy bueno!
ResponderEliminarJosé M., bienvenido al Living! Me alegra que te haya gustado este relato que ha sido recientemente publicado en la revista Oblogo! Muchas gracias. Saludos
ResponderEliminar