Existió un hombre que inventó una máquina para volar, mucho antes que los hermanos Wright y Santos Dumont, cuyo nombre fue injustamente olvidado en los libros de historia de la aviación. El diseño de la nave era práctico e innovador, superior a los proyectos que, medio siglo después, daría a conocer Da Vinci. Según cuentan las crónicas de la época, fue emocionante verlo sonreír dentro del amplio canasto con alas, minutos antes de ser expulsado, por una enorme catapulta, desde la cima del Monte Gorbea. El inventor habría alcanzado fama mundial de no haber sido por un pequeño detalle, hasta entonces desconocido. Fue en el siglo XVII, cuando Newton descubrió la ley de gravedad, que pudieron entenderse las razones del fracaso del proyecto y los motivos de su muerte.
Gracias por la informacion te dejo un besito y buenas tardes.
ResponderEliminarMuy interesante... y muy bueno como lo relataste...
ResponderEliminarLa verdad es que me quedo con la duda si es un invento tuyo o es algo real...
Al menos tuvo las agallas de animarse a volar!
ResponderEliminarsaludos!
Y a pesar de que Newton descubrió la ley de la gravedad... nuestra imaginación sigue volando...
ResponderEliminarUn beso,
Bueno, pues la culpa fue de Newton, ¿para qué descubrió nada?
ResponderEliminarAbrazos
Muy bueno! y estoy de acuerdo con Jose rasero b. jajaja
ResponderEliminarMe tocó reparas a toda velocidad las leyes de Newton.
ResponderEliminarUn micro histórico muy interesante.
Un abrazo.
Jejeje, Martín. Aquí sí que el orden de los factores alteró el producto. Si la evolución del conocimiento no es ordenada, lo revoluciona todo. Por cierto, vaya listo Da Vinci...
ResponderEliminarSaludos lelos!!!
Pobre! Le ocurrió lo mismo que a Icaro , solo que sus alas estaban en el canasto.
ResponderEliminarBESOS
REM
jajjajajaa....todo sea por el avance d e la ciencia!
ResponderEliminarun abrazo!
Un gusto leerte.
ResponderEliminarSaludos fraternos
un abrazo
Que tengas un buen fin de semana
Gracias Martín siempre es interesante leerte.
ResponderEliminar=) HUMO
Todo lo que sube, baja. Grandioso Martín, un abrazo!
ResponderEliminarMartín, qué grata sorpresa que hayas incluido el monte Gorbea en tus relatos...
ResponderEliminarYo vivo en el Pais Vasco y te aseguro que la cima del Gorbea es espectacular.
Existen muchas leyendas en torno a este monte; sobre Lamias y demás seres mitológicos (Basajaun, Herensugea, Galtzagorri...) Pero ésta que tú has relatado, la desconocía totalmente.
Puede que te la hayas inventado, o tal vez no, pero no me extrañaría nada que fuera real; porque tratándose de vascos... cualquier cosa es posible.
Somos un poco brutos!!
Besotes desde el Cantábrico.
Hola Martín. ^_^
ResponderEliminarSigo aquí leyéndote.
Un abrazo, amigo.
Ay Newton y la manzana los culpables, jejeje
ResponderEliminarUn saludo indio
Estrellita, muchas gracias a vos por tu visita. Saludos
ResponderEliminarCarla, como todo en este living, es ficción pura! Pero quien te dice que haya existido algún caso parecido en realidad. Un beso
Carina, totalmente de acuerdo! Eso es lo importante! Un beso
Clara, me alegra que la gravedad no afecte tu imaginación! Un beso
José, si no hubiera sido por Newton jamas hubieran inventado nada los demás! Saludos
Esteban, thank you.
Adriana, muchas gracias. Me alegra que te haya gustado. Un beso
ResponderEliminarAlejandro, para que la teoría de Newton no era tan exacta! Un abrazo
Victor, veo que entendiste perfectamente la moraleja. Gracias! Saludos
Rembrandt, me acordé de Icaro cuando escribí este relato, pero a ultimo momento, quedo afuera! Gracias por tu comentario. Un beso
Neogeminis, todo descubrimiento novedoso requiere de algun sacrificio. jaja. Un abrazo
Adolfo, gracias por tu visita. Un abrazo
HUMO, gracias a vos por tus comentarios! Me alegra que disfrutes tus visitas al living! Un beso
Netomancia, así es. En este caso, no fue la excepción! Un abrazo
ResponderEliminarMara Mara, esta historia es absolutamente inventada. Me pareció divertido ambientarla en el país vasko. Me alegra que te hayas sentido como en tu casa! Un beso
Mandy, gracias por estar. Un beso
No comments, jaja pobre Newton. El no tuvo la culpa! Un abrazo
Me pareció muy bueno, desde la simpleza, desde el recurso sincero, desde la brevedad.
ResponderEliminarEstuve recorriendo el blog y debo decir que me ha gustado en su conjunto y que acabo de convertirme en seguidor.
Nos veremos otra vez entonces, amigo.
Abrazo grande,
Kutxi.
Buena entrada..
ResponderEliminarsaludos
Bah, el invento le salió demasiado caro, pero seguro que fue feliz...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho!
Kutxi, bienvenido al living! Gracias por recorrer mi blog y por seguirme. Me alegra que te haya gustado este espacio. Espero que regreses pronto. Saludos
ResponderEliminarNa3rol, gracias por tu comentario y tu visita. Me alegra que te haya gustado. Saludos
Mercedes, durante el vuelo, no te quepan dudas que lo fue. Luego, coincido con vos, pagó un precio demasiado caro. Gracias! Un beso
Para nosotros, que no entendemos la mente del inventor, el pobre ha muerto; pero él está feliz en su canasta, en su vuelo eterno. Saludos Martín, como siempre es un gusto leerte.
ResponderEliminarA veces vamos tan rápido con aquello que nos tiene obsesionados que no nos damos cuenta de lo que nos hemos olvidado.
ResponderEliminarMuy bueno
PAZ
Ignacio, creo que tenes mucha razón. Es mas, miro al cielo y me parece verlo pasar a vuelo rasante, sonriendo feliz. Gracias! Un abrazo
ResponderEliminarLuis, una interesante reflexion desde otro punto de vista. Coincido con vos. Gracias por comentar. Un abrazo
Amigo, cuando se invetan, también hay que mirar el bolsillo y dentro del corazón... Como la tecnología nuclear...
ResponderEliminarsaludos
A pesar de haber resultado carísimo, el placer de cumplir el sueño de volar...
ResponderEliminarno tiene precio...(éso no le resta GRAVEDAD al asunto...)
(Creo)incluso, que aún a la luz del GRAVE desenlace, el inventor en cuestión, volveria a pagarlo.
Recorrí el sitio.
Original y buen blog.
Besito.
Cuantas cosas no intentamos sin antes haber conocido la raiz, el fondo del principal error... que hace que las consecuencias sean catastroficas...
ResponderEliminarSaludos¡¡¡ Cuidate..
Chau'''''
Hiperion, es muy cierto lo que decís. Gracias por tu comentario. Un abrazo
ResponderEliminarClara, bienvenida al living! Gracias por seguirme. Me alegra que te hayas sentido a gusto por aca. Respecto a tu comentario, coincido con lo que decís, creo que aunque conociera el precio que debía pagar por el intento, el aviador lo hubiera intentado una y mil veces más. Un beso
Isady, es la eterna duda, animarse o esperar a estar seguro? No encuentro aun la respuesta. Gracias por tu comentario. Un beso
De un modo u otro la suerte, y la gravedad, nos afecta a todos
ResponderEliminarSaludos
Originalidad y ocurrencias a la orden del día! Tengo una historia similar, pero del siglo XX, y que me toca de cerca. Jamás se me hubiera ocurrido relatarla de manera tan atrapante, y mucho menos con un final tan decisivo. Quizás porque la suerte en esta otra fue en verdad trágica. Buenísimo Martín.
ResponderEliminarUn beso!
Originalidad y ocurrencias a la orden del día! Tengo una historia similar, pero del siglo XX, y que me toca de cerca. Jamás se me hubiera ocurrido relatarla de manera tan atrapante, y mucho menos con un final tan decisivo. Quizás porque la suerte en esta otra fue en verdad trágica. Buenísimo Martín.
ResponderEliminarUn beso!
Ups, se me duplicó por falta de paciencia.
ResponderEliminarDragon de azucar, tenes razón. Aunque en este caso, solo existió la segunda! Gracias por tu comentario. Un abrazo
ResponderEliminarNatalia, muchas gracias! Me alegra que te haya gustado. Ahora me dejaste con las ganas de conocer esa otra historia! Besos
ahhh que bueno!!! Me atrapa la fuerza imanica de la gravedad de tus letras.
ResponderEliminarCarolina, bienvenida al living! Me alegra que te haya atrapado este microrrelato! Gracias por tu comentario! Un beso
ResponderEliminarJuas!!
ResponderEliminarDanilo, bienvenido al living! Saludos
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