“¡Ya llegó Karadagián, el gran Martín!” – gritaba parado en una de las esquinas de la cama que usábamos como improvisado ring.
En la otra punta del cuadrilátero, mi primo me esperaba vestido en pijamas, para trenzarnos en una lucha como las que, semanalmente, veíamos por televisión. Yo imitaba al gran campeón mundial de catch, y él a la temible momia blanca, el único rival que era capaz de vencerlo. Cada vez que me quedaba a dormir en la casa de mis tíos, aquella era nuestra rutina favorita al despertar: gritos amenazantes, golpes certeros, contorsiones y forcejeos, hasta que alguno de los dos quedará de espaldas contra el colchón, pidiendo clemencia. Cada mañana, recuerdo esos divertidos y peligrosos juegos de mi infancia, al observar con orgullo, frente al espejo, las imborrables marcas de aquellas batallas: dos pequeños puntos de sutura, dibujados en el lado izquierdo del mentón.
En la otra punta del cuadrilátero, mi primo me esperaba vestido en pijamas, para trenzarnos en una lucha como las que, semanalmente, veíamos por televisión. Yo imitaba al gran campeón mundial de catch, y él a la temible momia blanca, el único rival que era capaz de vencerlo. Cada vez que me quedaba a dormir en la casa de mis tíos, aquella era nuestra rutina favorita al despertar: gritos amenazantes, golpes certeros, contorsiones y forcejeos, hasta que alguno de los dos quedará de espaldas contra el colchón, pidiendo clemencia. Cada mañana, recuerdo esos divertidos y peligrosos juegos de mi infancia, al observar con orgullo, frente al espejo, las imborrables marcas de aquellas batallas: dos pequeños puntos de sutura, dibujados en el lado izquierdo del mentón.
Esto va dedicado para todos aquellos que piensan y no se cansan d repetir que la TV no sirve para nada (aunque nunca vi titanes en el ring...)
ResponderEliminarSaludos
Siii...Titanes en el Ring, y Carozo y Narizota...definitivamente, tele era la de antes!
ResponderEliminary yo, que ademas de Sirenita, queria ser la Mujer Maravilla!
Hermoso cuento Martin, una invitacion a recordar...
Un beso grande!
Dragón, acertaste con tu dedicatoria! Y también para el inolvidable Martín Karadagian! Un abrazo
ResponderEliminarCarina, Me alegro que te haya gustado. Gracias por compartir con nosotros también tus recuerdos. Un beso
Con mi hermanito nos encantaba ver entrar a La Momia....
ResponderEliminarUy!!! que hemos revuelto el arcón de los recuerdos con tu post.
Sos encantador.
BESOS (en el ring??)
Que lindo texto, los recuerdos de la infancia nos dejan hermosos momentos...
ResponderEliminarAsí que puntos de sutura... sarna con gusto no pica ;)
ResponderEliminarNunca vi ninguno de esos programas, pero me causó mucha gracias la imagen final en el espejo.
ResponderEliminarUn abrazo, Martín.
Los recuerden surgen con tu escrito de los Titanes en el ring..
ResponderEliminarun gusto leerte Martín.
saludos fraternos
un abrazo
Esas cicatrices son las marcas de las batallas perdidas o ganadas, poco importa, pero sin duda disfrutadas. Eso trasmites en tú relato: que lo has disfrutado mucho.
ResponderEliminarBeso rojos,
HR.
jajajaja...sí, aunque no me gustaba ese programa lo solía ver, junto a mi hermano, los sábados (a esa hora ni había otra cosa) y nos moríamos de risa! jejeeje. Hace poco tuve oportunidad de ver una peli (El luchador con Mike Ruorke - la recomiendo) y ese mundo del catch me reusltó realmente angustiante.
ResponderEliminarSobre tu infancia, se ve que fuiste feliz!...buena excusa para una buena vida!Me alegro!
Un abrazo, y...qué suerte que es feriado!
Si yo tampoco lo vi, pero a mi papa le gustaba mucho,espero estes bien besos y linda semana
ResponderEliminarPASE A SALUDARTE TE DEJO UN BESITO Y MIS MEJORES DESEOS PARA ESTA SEMANA
ResponderEliminarAyyyy,aquellos maravillosos años...Saludos.
ResponderEliminarcicatrices de guerra. yo guardo un par de cdo me subia a los arboles jugando a q era la novia de tarzan. buena semana :) beso
ResponderEliminarEsas cicatrices son las que valen Martín. Qué lindo, yo juntaba los muñequitos que venían dentro del Jack con sorpresa, recuerdo a varios. Tampoco eran tantos, mis viejos no se jugaban todos los días jajaja.
ResponderEliminarSil, debo confesar que me puse nostálgico en este post. Que buenos los recuerdos con tu hermanito. Gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarCarla, sin dudas que es así. Gracias por tu comentario. Saludos
Orologiaio, claro que no! por eso es que traen tan lindos recuerdos. Un abrazo
Alejandro, fue un programa de gran éxito en la televisión argentina de mi infancia. Que pena que te lo perdiste! Un abrazo
Adolfo, gracias amigo. ¿que es la vida sino una sucesión de recuerdos? Un abrazo.
HR, ese es exactamente el mensaje. Alternabamos derrotas y triunfos, pero nos divertíamos por igual. Un beso
Neogeminis, debo reconocer que a mi hermana tampoco le gustaba mucho, pero lo veía por obligación! Gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarEstrellita, me alegro por tu papá! Gracias! Saludos
Maripaz, muchas gracias por tu visita. Un beso para vos también.
HYDRO, aquellos años son inolvidables! Gracias por tu comentario. Un abrazo
Cosasimpropias, imagino que tendrán el mismo efecto que las mías, nos llenan de recuerdos! Un beso
Netomancia, así es. ¿quién me quita lo bailado? Que buena la colección de Jack! Gracias por traer ese recuerdo. Un abrazo
En esas peleas yo hacía de árbitro entre mis dos hermanos para que no se matasen ni mi madre me matase luego a mí por no cuidar de ellos xD
ResponderEliminarlalagoesfishing, ese es el típico rol de las niñas en este tipo de juegos! jaja Saludos
ResponderEliminarOtra vez la nostalgia y los recuerdos. Confieso, sin ánimos de revelar mi edad (ja) que nunca vi ese programa, pero al igual que otros visitantes que ya dejaron su coments en el living, tu relato trae todo eso, la infancia, los juegos de niños, las peleas, uy con mis hermanos. Y me hace revivir todo aquellos. Y aunque no estoy de acuerdo con esto de que todo tiempo pasado fue mejor, si diría que la tele pasada era mejor, al menos la disfrutaba. Ahora en cambio, mis horas enfrente de la pantalla no superan los 30 minutos. En fin, me fui un poco por las ramas. Pero como ya sabes, siempre que paso por acá se enciende el motor de la imaginación, y en este caso el de los recuerdos.
ResponderEliminarBesos!!!
A mi me encantaba la viudita misteriosa!
ResponderEliminargracias por lindos recuerdos!
=) HUMO
Hola Martin! Gracias por comentar mi blog, un poco tarde pero contesto. Recién me doy cuenta que dejaste un comentario en una entrada anterior.
ResponderEliminarCuando leí titanes en el ring me acordñe de cómo mi papá me cuenta que le gustaba verlo cuando era chico, los personajes y como le entretenía :)
Un besote
nostalgico y tierno,un buen relato.Abrazos tocayo.
ResponderEliminarNaty, el recuerdo de Titanes en el ring fue solo una excusa para volver a mi infancia. Me pasa lo mismo con la televisión de hoy, no se si es porque ya no me divierte el contenido, o porque estoy mas viejo. Gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarHUMO, que personaje la viudita! Esa es otra que podía con el gran Martín! jaja Saludos
Mariela, bienvenida al living! Gracias por pasar a conocer. Espero que te haya gustado. Saludos
Martín, tocayo amigo, me alegra que te haya gustado. Un abrazo
Estaba buena la momia negra. Yo hubiera sido la momia negra, Martín.
ResponderEliminarHola Martín. ^_^
ResponderEliminarMuy bueno, me ha gustado.
Un saludo, amigo.
Claudia, en el living no discriminamos, así que podés elegir el color de la momia que prefieras. Saludos!
ResponderEliminarMandy, muchas gracias por tu comentario. Me alegra mucho que te haya gustado. Saludos
Madre mía todo lo que me he perdido bufffffffff.
ResponderEliminarDesde esos monstruosos, en los que un hombre lobo aulla al sol, y un hombre invisible resulta que era la momia. Ja ja ja ja ja.
Y me voy a ese amor zoológico, porque creo que lo has creado tú.
Y de ahí a un concurso de belleza, que me recordó la mitología y como las sirenas perdieron sus alas y tuvieron que arrojarse al mar y se vengaron de haber perdido el concurso contra esos marineros, porque las sirenas tenían alas.
Y con la imagen del viudo eterno, llego a esta lucha de titanes en pijama que me pareció de lo más tierna, a pesar de los puntos de sutura.
Mi niñooooooooo ya estoy al día, ahora a esperar que la conexión me vaya como tiene que ir.
Un besazooooo.
Todos tenemos la barbilla con algún punto de más... es lo que hay..
ResponderEliminarjajaja
Saludos!
Titanes en el ring era la mera tos con flema, maestro, me gustó cuando la momia defendió a Pepino.
ResponderEliminarSalú pue.
Y esas heridas de guerra tan suaves pero imperecederas son reflejo de los recuerdos de nuestra alma, suaves e imperecederos.
ResponderEliminarSaludos
Ana, gracias por ese comentario cuádruple. Me alegra que te hayas puesto al día y que te hayan gustado los relatos. Un beso.
ResponderEliminarHiperión, son las marcas de la vida, inevitables! Un abrazo
Johan, me asombraste con esos conocimientos sobre los Titanes desde Guatemala! Gracias por tu comentario. Saludos
Alma, creo que tenés razón. Destaco contigo la importancia de los recuerdos. Saludos
Qué grande Martín Karadagián!! debe ser un orgullo llevar sus cicatrices! jaja
ResponderEliminarAdriana, las cicatrices son de la punta de la cama, pero es cierto, queda mejor decir que me las hizo el gran Martín! jaja Un beso
ResponderEliminarCon mis primos también jugábamos a los Titanes en el ring. Pero todos queriamos ser la momia, así que lo sorteabamos hasta que nos tocaba a cada uno de nosotros. Jé!
ResponderEliminarMuy lindo recuerdo, ME ENCANTÓ!
Annie, la momia era un personaje encantador! Me alegra que te haya gustado el relato! Un beso
ResponderEliminarHermosas cicatrices (las de la piel, pero también las del alma).
ResponderEliminarLola, estoy de acuerdo contigo. Gracias por tu visita. Un beso
ResponderEliminarDe niña nunca vi tales programas, porque ni antes me gustaban, ni ahora me gustan; pero reconozco que en esta ocasión me ha resultado muy gracioso imaginar semejante lucha en el improvisado ring de una cama de niño, cada uno con su pijama dispuestos a no dejarse tocar el orgullo.
ResponderEliminarVengo del blog de Carina (y del de Kika) de leer la historia que entre ambas y tú habeis construido... y por fin con tu certereo golpe has conseguido quitarme ese escalofrío que se me había instalado detrás del cuello.
Besos siempre.
mara-mara, muchas gracias por tu comentario. Me alegra saber que, a pesar de no conocer a los Titanes, disfrutaste del relato. Un beso
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