Carlos divisó una pequeña mancha negra que, dando giros, cruzaba el infinito telón celeste que los cubría.
- ¡Mira, Mabel! Una gaviota – dijo con voz quebrada y temblorosa – Eso significa que debemos estar cerca de tierra firme.
La única respuesta provino del sonido de las olas bailarinas.
Sin soltar el pequeño trozo de madera que lo mantenía a flote, giró la cabeza, para observar el cuerpo violáceo de Mabel, que flotaba sin vida, colgando de un chaleco anaranjado. La gaviota se posó sobre el pelo enmarañado de la mujer rubia y, con la mirada envuelta en pena, apuntó sus ojos negros hacia el rostro desencajado del hombre.
- Siempre le aseguré que la amaría eternamente – dijo Carlos, entre sollozos, al visitante plumífero – en esta vida y en las que vengan.
Ante la mirada expectante del hambriento pájaro blanco, el viudo cerró sus ojos por última vez y abrazó, con ambas manos, el inmenso charco de agua helada que lo rodeaba. Mabel lo recibió envuelta en su eterna belleza, ansiosa por cumplir con su idéntica promesa.
- ¡Mira, Mabel! Una gaviota – dijo con voz quebrada y temblorosa – Eso significa que debemos estar cerca de tierra firme.
La única respuesta provino del sonido de las olas bailarinas.
Sin soltar el pequeño trozo de madera que lo mantenía a flote, giró la cabeza, para observar el cuerpo violáceo de Mabel, que flotaba sin vida, colgando de un chaleco anaranjado. La gaviota se posó sobre el pelo enmarañado de la mujer rubia y, con la mirada envuelta en pena, apuntó sus ojos negros hacia el rostro desencajado del hombre.
- Siempre le aseguré que la amaría eternamente – dijo Carlos, entre sollozos, al visitante plumífero – en esta vida y en las que vengan.
Ante la mirada expectante del hambriento pájaro blanco, el viudo cerró sus ojos por última vez y abrazó, con ambas manos, el inmenso charco de agua helada que lo rodeaba. Mabel lo recibió envuelta en su eterna belleza, ansiosa por cumplir con su idéntica promesa.
¨Siempre le aseguré que la amaría eternamente ...¨
ResponderEliminarY vaya que cumplió su promesa....!
En éste hay un touch de romanticismo que diríamos empaña lo macabro...
Genial, como cada noche.
BESOS DE LIVING.
Sil, cada tanto me gusta ponerle un poco de color al fondo negro del living y prender un incienso para combatir el olor nauseabundo de la muerte. Gracias. Un beso
ResponderEliminarSos un sol.
ResponderEliminarQué triste esto!...te diré que flotar en un mar negro a merced de los hambrientos depredadores del océano es una de mis más terribles pesadillas!...así que me voy impresionada, jeje
ResponderEliminarun abrazo!
Muy bueno como siempre . leerte ..
ResponderEliminarun abrazo
Saludos fraternos
que tengas un buen fin de semana
Muy conmovedor esta vez. un besito (:
ResponderEliminarUn relato con final
ResponderEliminartrágico para
amantes fieles
hasta la muerte.
Un saludo.
Sencillamente hermoso!!! Un amor eterno fundido en un abrazo en la inmensidad del mar...
ResponderEliminarBesos rojos,
H.
que imagen: dos seres solitarios rodeados de mar y aferrados al amor.
ResponderEliminarUna vez mas,te leo y pieso: haber estado ahi con la camara!:)
Saludos!
El amor eterno siempre es mortal.
ResponderEliminarMuy bueno Martín.
Me ha dejado helada, como el agua. he sentido el frío de las condiciones atmosféricas, el de la muerte y el del desamparo de perder lo que uno más quiere. Que horror más tierno.
ResponderEliminarTe doy la bienvenida a La chica de la trenza pelirroja, chioo del flequillo. Vendré a visitarte.
Neogeminis, sin duda el relato es triste, pero deja abierto un final lleno de amor esperanzado. Un beso
ResponderEliminarAdolfo, gracias amigo, como siempre. Un abrazo
Juliet, me gusta variar! Saludos
Marisa, el amor eterno siempre termina de manera triste. Un beso
Habitaciones rojas, gracias por tu comentario. Excelente interpretación del relato. Un beso
Carina, coincido con vos: son imagenes únicas e irrepetibles. Un beso
Netomancia, estoy totalmente de acuerdo con vos, no solo es mortal, sino también muy doloroso. Un abrazo
Laura, horror y ternura: dos palabras aparentemente opuestas, pero que logran unirse más de una vez. Nos seguimos leyendo. Saludos
Es entendible que si la vida te regaló un gran amor, te aferres a él más allá de la muerte.
ResponderEliminarRomántico como pocas veces visto , eh?
Un beso
La muerte no los logró separar.
ResponderEliminarUn abrazo.
que las promesas se hicieron para cumplirse... :)
ResponderEliminarprecioso, lo amé..
ResponderEliminarprimera vez que vengo por acá y lo haré más seguido =o)
saludos!
Vicky, coincido con lo que decís. A veces puede ser peor seguir viviendo sin el gran amor, que morir por él. Un beso
ResponderEliminarArantza, se cumplió la promesa mutua. Bienvenida al living. Saludos
Roo Ramone, absolutamente de acuerdo. Sino, mirá mi cuento "Pacta sunt servanda". Gracias por tu visita. Saludos
Mathilde, bienvenida al living. Me alegra te hayas sentido cómoda. Volvé cuando quieras. Gracias por tu visita. Saludos
ResponderEliminarMuy bello a la vez que triste.
ResponderEliminarTriste y hermoso final.
ResponderEliminarOtro beso.
HYDRO, quien dijo que ambos sentimientos son incompatibles? Saludos
ResponderEliminarGracias Mara-mara. Un beso para vos también
ResponderEliminarEs que hay que tener cuidado con las cosas que se prometen.
ResponderEliminarMe hubiera encantado ver la mirada de la gaviota envuelta en pena
Un besito muy fuerte.
Pdta. Has conseguido que los vea.
Ana, la gaviota primero tuvo ojos envueltos en pena, pero el hambre luego pudo más. Un beso
ResponderEliminarUf! He sentido un escalofrío.
ResponderEliminarNi la muerte puede separar el amor más fuerte.
Un beso,
Clara, hay amores que siguen con nosotros hasta la proxima vida! Un beso
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