¿Cómo romper el hechizo que me ataca, sin contagiar a quién se atreva a sanarme? Me remordería la conciencia que uno de mis besos de sapo condenara a una doncella a llevar una vida similar a la mía. Encontré la respuesta a mi dilema, cuando la vi llegar, saltando, hasta el borde de la laguna. Sin preámbulos, posé mis labios rugosos sobre su boca verdosa y amplia de rana. Tras un mágico destello, mi cuerpo recobró su antigua fisonomía humana y ella apareció, junto a mí, en forma de hermosa doncella. Desde entonces, nos encanta pasar largas horas juntos, liberando nuestras pasiones con besos fogosos; a veces, como ardientes amantes humanos, y algunas otras, como fríos anfibios del pastizal.
Hola Martín
ResponderEliminarQué bueno.
...a veces, como ardientes amantes humanos, y algunas otras, como fríos anfibios del pastizal..
Mi Admiración. Saludos. Jabier.
Vos decís que si me le tiro encima y le doy un beso, rompo el fastidioso hechizo?...
ResponderEliminarmmmm, tengo dudas, pero por las dudas pruebo!
Muy interesante. Un sapo multifacético. Probablemente vivieron felices y comieron perdices.
ResponderEliminarAy me mató!!confieso que mi mente aclamaba la continuación, no se contentaba con ese final. Y este es el mejor. Claro que sí, ambos condenados al hechizo, ambos padecido la metamorfosis, logran salvarse. Y es que el amor siempre triunfa!! qué magnífica historia, tres capítulos super breves y tan extensos al mismo tiempo. Pintaste una sonrisa en mi rostro.
ResponderEliminarBesos!!!
Me has dado una buena idea.
ResponderEliminarSerá cuestion de probar.
Je
Besos de Cecy.
Waaacalaaaa me imaginé los labios fríos y rugosos del sapo aggg ja ja ja ja...
ResponderEliminarUn abrazo príncipe de la doncella... aunque dejo claro que yo no me trago esos cuentos de hadas, príncipes y castillos, nop, nop, nop.
Un buen abrazo amigo, cuidate mucho, besitos je je re je.
Jabier, muchas gracias. Me alegra que te haya gustado el final de mi primera serie de hiperbreves. Un abrazo
ResponderEliminarMagah, siempre hay que probar, por ahí te llevás una grata sorpresa! jaja
Alejandro, te confieso que pensé en agregar perdices a mi relato, pero tuve miedo que terminaran comiéndose a los sapos y que el final fuera justamente al revés. Un abrazo
Naty, me alegro que el final de esta corta historia de tres capítulos ni te haya defraudado. Gracias por tus generosos comentarios de siempre. Me sacaste una sonrisa también. Un beso
Cecy, ¿tenés alguna laguna cerca de tu casa? Después contame como te fue. Un beso
Natalia, yo tampoco me trago esos sapos. Quedate tranquila, que por un tiempo van a dejar de venir por el living. Un beso
MARTIN POR RAZONES YA EXPUESTAS, LEÍ LAS TRES AL UNÍSONO.
ResponderEliminarY terminaron comiendo perdices (y moscas)
Te superaste con las tres entregas.
BESOS DE LIVING (hoy por lo menos tres...)
Gracias Sil! Bienvenida de regreso al living. Se notó tu ausencia. Un beso
ResponderEliminarY colorín colorado...
ResponderEliminarAunque me queda una duda: Le habrá dicho de su hobby en la laguna? No, esas cosas no se cuentan, jaja. Muy buen final.
Netomancia,eso jamas se cuenta. Ni siquiera si te lo conto un amigo! Un abrazo
ResponderEliminarSi es que en esta vida hay que arriesgar.....
ResponderEliminarMuy bueno.
Saludos.
Las apariencias no son todo. Un beso, un poco de amor, una sonrisa puede cambiar nuestra forma de ver al otro y a nosotros mismos.
ResponderEliminarBienvenido al mundo humano nuevamente!!!
Genial el final =)
ResponderEliminarAcuerdo con Naty, lo mismo pensaba!!!
ResponderEliminarY con el karma de cada uno, se animaron y fueron por mas!
se merecen la capita de superheroes:)
Saludos!
HOLA CIELO....HUMANO...ANFIBO....FRESCO...CÁLIDO
ResponderEliminarBesos fogosos de hombre....besos gélidos de sapo.....intercambio de fluidos sensuales y de fluidos animales.....
Armoniosa mezcla....me apunto a pasarme por tu charca.....
Besos de mujer.....aunque no me importaría darte uno frío de rana...
Bien, Martín. Muy bueno. El beso premia pero también castiga. Sigue por ahí, que los batracios dan para mucho.
ResponderEliminaruno no busca a su media naranja (o a su rana) uno simplemente,la encuentra.
ResponderEliminarbesos de batracio!!!!
Esa costumbre de ser sapo de otro pozo.
ResponderEliminarSaludos, man.
Precioso cuento, con una moraleja inejorable.
ResponderEliminarMuchas gracias... :)
Precioso cuento, con una moraleja inejorable.
ResponderEliminarMuchas gracias... :)
Loose, el que no arriesga no gana, dice el refrán. Saludos
ResponderEliminarHabitaciones rojas, estoy totalmente de acuerdo con vos. Lo esencial es invisible a los ojos. Un beso
lalagoesfishing, gracias! me alegra que te haya gustado. Saludos
Carina, siempre hay que ir por más, detrás de los sueños. Gracias por tu comentario. Un beso
Rosa Roja, que bueno que el relato te haya regalado tantas sensaciones. Gracias por tu comentario. Un beso
Victor, si los batracios dan para mucho, pero por el momento abandonarán el living, sino lo voy a tener que rebautizar como "El Sapo sin Tiempo". jaja Un abrazo
Rous, coincido con tu opinión. No es cuestión de buscar, el amor se da así, en forma natural. Un beso
Xaj, muy bueno tu comentario! Gracias. Un abrazo
Juls, me alegra que hayas encontrado la moraleja. Gracias por tu comentario y tu visita. Un beso
No rompas los hechizos.... sino tendrá que venir un principe azul, para que despiertes... desconfía de los principes azules; fíate en el de las galletas de chocolate, que rechoncho está...
ResponderEliminarjajajaja
Saludos!
Muy buen desenlace, y la frase del final es digna de premios.
ResponderEliminarSaludos
Sonrisa de Hiperión, en realidad desconfío de los principes azules y de las princesas... incluso aquellos en forma de sapo. Gracias por comentar. Saludos
ResponderEliminarDragón de azucar, gracias por tu comentario tan generoso. Me alegro que te haya gustado el final de este cuento de tres partes. Un abrazo
Debo decir y digo que esta serie de besos es una auténtica maravilla.
ResponderEliminarY sin más dilación paso a enlazarle en mi blog.
Fernando, bienvenido al living! Me alegro te haya gustado esta serie. Te devuelvo el enlace. Saludos y gracias
ResponderEliminarPero qué final tan perfecto! y qué gentil el sapito no queriendo contagiar su condición de anfibio a ninguna doncella. Si al final la bondad tiene su merecido premio. Como yo, que hoy se me ha ocurrido pasear por tus cuentos y me he leido de tirón tus tres besos.
ResponderEliminarUn saludo y aqui te dejo mi beso (inofensivo...)
Mara-mara, gracias por tu comentario. Me alegro que te haya gustado esta serie de "besos". Es verdad, la bondad siempre tiene premio. Un beso
ResponderEliminarYa ves, qué buena suerte ha tenido este personaje en convertirse en sapo después de todo!
ResponderEliminarTodos al final seamos como seamos, encontramos a nuestra media naranja..
ResponderEliminarMe alegro por ti..
Devolviendote la visita :)
Besos
Yoyo
NoeliaA, absolutamente de acuerdo. A veces debemos pasar por momentos duros para que luego llegue la felicidad. Lo que cuesta, vale, dicen! Un beso
ResponderEliminarYoyo, bienvenida al living. Estoy de acuerdo con tu afirmación. Gracias por tu visita. Espero que regreses. Un beso
Hola buenas... la verdad es que no sé cómo he tardado tanto en llegar hasta aquí. Prometo una visita detenida a este espacio. De momento, y tal y como ya comenté en Químicamente Impuro me han traido hasta aquí tus ranas cuyos besos, con tur permiso, me llevo a www.charcaderanas.blogspot.com
ResponderEliminarSaludillos