–Si no fuera porque estás tan lejos, iría esta misma noche a dormir contigo –dijo la voz en el teléfono.
–Te abriría las puertas encantada –respondió la mujer–. Si no fuera porque hoy regresa a casa mi marido, tras haber cumplido la condena por tu asesinato.
Creí que caerías en lo fácil, pero ese final es demoledor. Me "demolió".
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ResponderEliminarMe encantó Martín! Ese final, bien interpretado, es broche de oro.
ResponderEliminarSaludos!
Fenomenal...el teléfono como contacto del mas allá es un buen recurso.
ResponderEliminarMe gusta.
Abrazos!!!
Me dejó con la duda acerca de las llamadas del más allá.¿Son locales o larga distancia?
ResponderEliminar¡Fantástico Martín! Saliste con éxito sin caer en lugares comunes ni en tópicos.
ResponderEliminarUn saludo indio
En mi mente fue una muerte fingida. Aunque si lo pienso habría dicho "tu supuesto asesinato".
ResponderEliminarAunque sigue siendo más real si es una 'supuesta muerte'. Me gusta más.
Saludos, Martín!
Fantasmas al teléfono. Es original.
ResponderEliminarUn saludo.
Una pasión post morten.
ResponderEliminarSorprendente y genial.
Un beso enorme.
SIL
GENIAL GENIAL, Martín !!!!
ResponderEliminar(...ahora, digo yo:
después de todo lo que le pasó,... aún insistía en verla ? )
Un beso gigante
Martín, el giro final, de primera.
ResponderEliminarOscura completamente.
Saludos.
Amores que ni la muerte separa o una estrategia magnífica para alejar por un tiempo al marido. En cualquiera de las interpretaciones, es fantástico.
ResponderEliminarBesos
Increible amigo Martín. Me has sorprendido del todo.
ResponderEliminarUn abrazo
Me encantó!!!
ResponderEliminarCuál es la característica que hay que marcar para estas comunicaciones?
Un beso.
Excelentísimo giro final!!!
ResponderEliminarUn gusto leerte.
Hombre, mejor no hacer visita en estas condiciones.
ResponderEliminarUna llamada "larga distancia"! Muy bueno Martín! Un abrazo.
ResponderEliminarMartín!!! Me has dejado sin palabras!!! Excelente!
ResponderEliminarExcelente y sorpresivo final...
ResponderEliminarTambién aprovecho este espacio para felicitarte, Martín, por la publicación de tus micros en la revista Plesiosaurio, de mi país (soy peruana).
Dos de mis micros también serán publicados. Leeré los tuyos con atención.
lo tiene todo para un microrelato, un final inesperado!!!
ResponderEliminarEste es un gran descubrimiento. ¡suete la mía!
ResponderEliminarMartín amigo mío.
ResponderEliminarUn viejo amigo de la blogesfera vino a mi blog después de mucho tiempo y en el instante me acordé de vos.
Ahora soy yo la que vengo al tuyo a ver cómo estás y que ha sido de vos.
Leo tú último post y wowwwwwww... ¡me mataste! está buenísimo.
Siempre me impresionará tus cuentos cortos. Son buenísimos. Lo juro.
Este en verdad que se ganó el premio.
Un abrazo.
Aqui el marido viene a malograr este encuentro del tercer tipo!! Sigo cautivada con sus hiperbreves!!
ResponderEliminarTiempo que no pasaba por aquí. Me gusta ese humor, jaja. Habría que tener siempre a mano una respuesta así!
ResponderEliminarMartín te dejo este comentario para que te sirva para llegar a mi nuevo blog. Tuve que eliminar el anterior.
ResponderEliminarGracias
Sí que estaba lejos, imposible que llegara a tiempo.
ResponderEliminarDicen que la distancia es el olvido. Celebro que hayas encontrado una excepción tan brillante, en el ámbito temporal. Magnífico texto.
ResponderEliminarMe gusta, saludos desde España
ResponderEliminarMaría Cabada
http://fusiondearte.blogspot.com
"–Si no fuera porque estás tan lejos, iría esta misma noche a dormir contigo –dijo la voz en el teléfono."
ResponderEliminarFíjate que yo imagino este el inicio idóneo para una conversación de cama entre una pareja que no puede comunicarse si no es mediante su flamante móvil de última generación.
Los dos bien pegaditos en su distancia mental.
Y tal.
Y en el más allá sintió como le pesaba su cara de panoli.
ResponderEliminarEsta es una prueba de que el verdadero amor nunca muere.
ResponderEliminarBesos
REM
Víctor, me alegra poder "demolerte" todavía a pesar del paso del tiempo. Me alegra que te gustara. Un abrazo
ResponderEliminarClaudia, muchas gracias! El final le da sentido a la historia, que parecía bastante común. Un beso
Con tinta violeta, hace tiempo que buscaba cerrar este microrrelato. Me alegra que te haya gustado el recurso utilizado. Gracias por tu comentario! Un beso
Carlos, depende de la compañía telefónica por la que llames! jaja Un abrazo
ResponderEliminarNo comments, gracias amigo! Siempre da gusto salir airoso. Un abrazo
Kappie, me gusta cuando los lectores dejan volar la imaginación. Cada uno arma la historia en su cabeza como más le gusta. Qué bueno! Gracias por compartirla. Un abrazo
Torcuato, gracias de verdad. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
ResponderEliminarSil, hay pasiones que superan todos los límites. Incluso el de la tecnología telefónica. Me alegra que te haya gustado. Gracias por estar ahí, siempre. Un beso
Anadry, gracias por tantos elogios. Se ve que el amor era muy fuerte, y valía la pena! Un beso
José Manuel, bienvenido al Living! Me alegra que te haya gustado este micro con giro inesperado. Espero verte de nuevo por aquí. Un abrazo
ResponderEliminarAlís, muy bien interpretado. Me alegra que te haya encantado! Muchas gracias! Un beso
Luis, muchas gracias querido amigo! Siempre es un placer tenerte por aquí. Un abrazo
Epístola, dejame decirte que no te recomiendo este tipo de llamados. Pueden ser peligrosos. jaja Gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarPatricia, muchísimas gracias! Me alegra que te haya gustado. El gusto es mío de tenerte por aquí. Un beso
Manuel, y no, mejor no! Un abrazo
Neto, me alegra que te haya gustado esa llamadita. Debe haber salido cara, no? Gracias por estar siempre por aquí. Un abrazo
ResponderEliminarQuimera, me alegra que la sorpresa no te haya privado de escribir! Gracias por tus elogios! Un beso
Sara, bienvenida al Living! Me alegra que te haya gustado este espacio y mis micros en Plesiosaurio. Te felicito a vos también por esa publicación! Nos seguimos leyendo. Saludos!
Posmoderna, comparto tu opinión respecto a que un final inesperado le da un sabor especial a los microrrelatos, pero no lo es todo. Hay muchos micros que me gustan mucho que no tienen esa sorpresa. Muchas gracias por tu comentario! Un beso
ResponderEliminarElena, bienvenida al Living! La suerte es mía que has llegado hasta aquí. Espero que disfrutes tu estadía y que regreses pronto. Saludos!
Natalia, hola querida amiga! Tanto tiempo sin verte por acá. Que alegría enorme. Me alegra que te haya gustado! Espero que regreses pronto. Ya pasaré a visitarte. Un beso
V de Tierra, el marido ya tuvo que arruinarlo todo! Me alegra que te gusten los cortitos. Gracias por comentar! Un beso
ResponderEliminarNoelia, siempre es un placer verte de nuevo por acá. Me alegra que te sigas riendo en tus visitas. Te mando un beso
Luis, hacia allá voy. Un abrazo
Manuespada, por suerte existen los telefonos! gracias por tu visita y por comentar! Un abrazo
ResponderEliminarPedro, muchas gracias! Ya lo dice la canción "La distancia". Tenes razon. Un abrazo
María, bienvenida al Living! Me alegra que te guste. Me daré una vuelta por España para ver tu blog. Muchas gracias por tu visita y por comentar! Saludos
Citopensis, esa misma imágen es la que disparó este relato. Qué bueno! Gracias por tu comentario. Un abrazo
ResponderEliminarGolfo, bienvenido al Living! Me hizo reir tu comentario. Muchas gracias! Un abrazo
Rembrandt, así es! Un beso
ResponderEliminarNicol, gracias por tu visita. Bienvenida. Saludos