Aquel taxista tiene varias personalidades. En tal solo una jornada laboral, es capaz de sostener ideologías políticas contrapuestas, mudar de equipo de fútbol o cambiar su estado civil múltiples veces.
La mutación es casi automática. Un hombre distinto aparece sentado frente al volante cada vez que un nuevo pasajero abre la puerta.
Me gustó. Sobre todo por el I que acompaña al título y promete más. Y es que el cliente siempre tiene la razón.
ResponderEliminarUn abrazo, Martín.
Me gustó, interesante. ¡Besos!
ResponderEliminarMe siento identificada... trabajo en salud y con cada peciente nuevo hay que adaptarse... incluso recordar conversaciones que quedaron pendientes el último mes... jaja
ResponderEliminarMuy bueno...!!
Desde luego que hay oficios que son multidisciplinares.
ResponderEliminarEsperamos el taxímetros II
Un abrazo MAYÚSCULO
Me ha hecho sonreir aunque pienso que, en general, todas las personas funcionamos así, eso sí no de una forma tan rápida y automática.
ResponderEliminarUn beso con varias personalidades
Todo un profesional del gremio del taxi.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encanto, ese si que es un actor :D
ResponderEliminarCreo que se sostendría igual sin la explicación final.
ResponderEliminarEs muy bueno este micro, un abrazo Martín
Servicio al cliente.
ResponderEliminarTodos cabemos ahí. Haha.
Saludos !
Muy bueno, Martín!!!
ResponderEliminar...también son psicólogos, no porque sepan qué contestar, sino porque la gente se sienta y acciona el botón catártico y larga el rollo!!!
Beso gigante.
Será que algunos políticos tienen una extensa carrera como taxistas?
ResponderEliminarBeso
No lo sé, Martín, lo encuentro predecible, pero por lo que veo viene una serie. Espero...
ResponderEliminarMartín, me falta algo, aunque esperanzado estoy con ese I del título...
ResponderEliminarUn saludo indio
Uyy!! Conozco a unos cuantos así, y no son taxistas, jejeje.
ResponderEliminarPromete esta serie. Espero con ganas los siguientes.
Un beso
Si este taxista logra ser todo eso porque cree que su identidad no está ahí sino en otra parte, entonces quiero ser como él...
ResponderEliminarLo que se dice volátil, el hombre...
ResponderEliminarUn abrazo!
Muy bueno Martín, metamorfosis constante e infundamentada de personalidad, ja.
ResponderEliminarCariños!
Me parece totalmente verdadero.
ResponderEliminarsiempre te leo aunque no siempre comente.
un abrazote
LLego aquí de salto en salto. Verdadero el cambio de personalidad. ¿Yo cuántos tengo? Mmmmm...
ResponderEliminarVíctor, me alegra que te haya gustado. Y sí... habrá más. Un abrazo
ResponderEliminarMeri, me alegra que te haya gustado. Gracias por tu comentario! Un beso
Reina, buena analogía. Hay trabajos que requieren de esa adaptabilidad. Veremos si te identificas también con el resto de las historias. Un beso y gracias por comentar.
Maite, bienvenida! Ya vendrá la continuación. Gracias por tu opinión! Saludos
ResponderEliminarOdile, es la eterna preocupación por el querer caerle bien a la gente. En el caso de los taxistas me llama más la atención, porque los encuentros son muy breves. Aún así son eternos buscadores de amistad. Gracias por tu opinión. Saludos
Ananda, nadie podrá decir que no es un tipo flexible a los cambios! jaja un beso
Liz, me gustó eso de imaginar al taxista como un actor frustrado. Saludos
ResponderEliminarBaizabal, creo que la explicación final le da un lindo cierre al relato. Me alegra que te gustó. Saludos
Kappie, es un tipo dedicado, eso sí. Un abrazo
Anadry, creo que los taxistas, al igual que los médicos, suelen ser psicologos en algunos momentos. Es increíble que ellos se animen a opinar. Gracias! Un beso
ResponderEliminarGi, buena idea! Quizás esa sea una buena carrera política. Un beso
Esteban, continuará la serie. Espero que el resto te guste más. Saludos
Indio, esperemos que el próximo te guste más. Un abrazo
ResponderEliminarAlís, es cierto lo que decís! No es una característica exclusiva de los taxistas. También creo que los pasajeros se adaptan al taxista de turno, por las mismas razones. Gracias por tu comentario. Un beso
Daniela, si así fuera, yo también quisiera ser taxista. Gracias por tu opinión! Hace rato que no te veía por aquí. Un beso
Neogéminis, espero que no lo digas por la velocidad a la que le gusta conducir! ja Un abrazo
ResponderEliminarSol, exactamente esa es la historia que quería contar. Me alegra que te haya gustado. Un beso
Jesús, tendrás que saber adaptarte a cualquiera que te toque. Total, el viaje dura solo un ratito. Un abrazo
Campanula, y yo siempre escribo, aunque no me comentes. Muchas gracias por dejar tu huella. Un beso
ResponderEliminarSu, bienvenida al Living! Me alegra que uno de tus saltos de haya depositado por aquí. Espero que te sientas a gusto y que vuelvas pronto. Un beso
Je! se me ocurrió que a los pasajeros que deben movilizarse mucho en taxi, les debe suceder lo mismo.
ResponderEliminarBesos,
Lindo sería filmarlo constantemente, para ver como cambia de forma ante el asombro de sus pasajeros.
ResponderEliminarUn abrazo!
Qué foto precisa. Me encantó.
ResponderEliminarCreo que lo hacen para sobrevivir...
No pueden ser sólo auditores, y se ven compelidos a generar el diálogo diverso.
La figura del taxista es impecable.
Y si hay próximas entregas, ésto promete verdaderamente.
Un beso enorme
SIL
Claudia, es verdad. También hay pasajeros que mutan de acuerdo a la situación. Así es mejor! Un beso
ResponderEliminarNeto, sería un buen corto no? Buena idea! Un abrazo
Sil, me alegra que te haya gustado la imagen. A mi me pareció un micro muy simple, pero me gusta imaginar el momento de esa mutación. Coincido, lo hacen para sobrevivir. Gracias por tu comentario! Un beso
Al parecer la vida de un taxista no es tan aburrida como la de una persona que pasa 8 horas frente a una máquina...
ResponderEliminarSuper cuento que ilustra como se van confundiendo los biógrafos de las personas que agregan a su propia mitología.
ResponderEliminarHe contemplado en lo personal,cómo inventar cuentos,no es exclusivo de los micro relatistas,y otras variantes de seres con desubicación mental.
Todo es culpa del mal gobierno,nos queda el consuelo de que posiblemente Argentina gane el mundial.
Quimera, seguramente ya vendrán más taxistas a contarnos otras historias que espero te resulten divertidas. Un beso
ResponderEliminarCarlos, ojalá se cumpla el consuelo que proponés. Coincido con vos. Los taxistas también son grande creadores de microrrelatos. Por ello, mi homenaje en esta serie. Un abrazo
Bueno eso se llama capacidad de adaptación al medio. De este modo se evitan muchos conflictos.
ResponderEliminarUn saludo