La esperé durante años. Sabía que, tarde o temprano, la vencería la tentación de venir a buscarme.
Apareció por fin un día lluvioso, de pie frente a mi puerta. Tenía la mirada triste, pero su piel aún era blanca y hermosa, como en mis sueños. Sentí sus brazos fríos rodeando mi cuerpo y la noté muy delgada, quizás demasiado para un hombre corpulento como yo.
Mi viejo corazón se sacudió con fuerza, pero luego se aplacaron lentamente sus latidos. Me dejé invadir por la paz de sus caricias y me fui olvidando de la lluvia, de los años pasados y de su espantosa delgadez.
En ese instante, mientras mis ojos soltaban sus últimas lágrimas, ella levantó en el aire su guadaña.
QUÉ FINAL, Martín!!!
ResponderEliminarCreí que era una hermosa historia de amor!!
Vaya sorpresa!!!
Eso significa que está genial!!!
Beso gigante.
Gracias por tus escritos.Saludos.
ResponderEliminarEl cuento empezó maravilloso, bien narrado, con fuerza. Me producía ternura y esperaba un desenlace sobrio. No obstante, el bendito final sorpresa.
ResponderEliminarLos microrrelatistas creen que no hay microrrelato sin un final sorpresa. Y ese recurrente final sorpresa está arruinando muchos micros.
Es mi humilde opinión. Y lo hago con ánimo constructivo, porque escribe maravillosos micros.
Eso no se hace, Martín. No se vuelve a hacer.
ResponderEliminarLo sospeché desde un principio! Ja ja ja.. No es que haya sido predecible, es que ya reconozco tu estilo (y qué bien que lo manejás!).
ResponderEliminarMuchos cariños, Martín!
Tenemos tendencia a relacionar a la muerte con damas delgadas y de piel muy blanca... TODOS... y yo misma la he descripto así mil veces!
ResponderEliminarMe encantó, como todo lo que se publica aquí, pero el detalle de la reacción cardíaca me impactó profundamente...
¨DESDE QUE ANDO CON LA PÁLIDA DAMA, ANDO MÁS MUERTO QUE VIVO- dijo sabiamente Joaquín Sabina.
Un beso enorme, Martín.
SIL
"Volvió una noche, no la esperaba,
ResponderEliminarhabía en su rostro tanta ansiedad
que tuve pena de recordarle
su felonía y su crueldad.
Me dijo humilde: Si me perdonas,
el tiempo viejo otra vez vendrá.
La primavera es nuestra vida,
verás que todo nos sonreirá.
Mentira! Mentira!..."
Claro. Como dice Martin. Era la muerte.
Salut. Y un gusto leerte.
Ayyyyyyyyyyyyyyy que bello este escrito amigooooooooooooo.
ResponderEliminarQue rico pasar por el living y entre vinos leer una cosa de estas.
Un fuerte abrazo.
Besos, magia y luz.
:)
Copio a Sil
ResponderEliminarDESDE QUE ANDO CON LA PÁLIDA DAMA, ANDO MÁS MUERTO QUE VIVO- dijo sabiamente Joaquín Sabina.
Cierra para este post, bueno, a mi siempre me cierra Sabina.
Abrazo
Muy buen escrito, me gustó. Es extraño, porque tiene un no sé bien qué, que en principio pensé que no hablaba del amor, luego creí que sí, y más tarde vino el remate!
ResponderEliminarMartin: que final!!!!
ResponderEliminarEres genial!
Pero ni loca la espero!
cariños!
=) HUMo
uffffffff ese encuentro, por favor...hagamos todo por postergarlo...
ResponderEliminarun abrazo.
Me gustó Martín, como suele pasar con todo lo que leo por aquí. Bien expresado, buen ritmo...
ResponderEliminarUn pero, o una reflexión. En parte estoy de acuerdo con Ricardo, creo que estamos cayendo en el error de que un microrrelato para ser bueno debe sorprender, poseer un giro al final. Y me da que no es condición imprescindible. A veces sí, otras no.
Es mi humilde opinión.
Un saludo indio
Muy bien Martín! Me encantó!
ResponderEliminarDe eso se trata el microrrelato o minificción. No es condición sine qua non, pero diría que es casi imprescindible, un final sorpresivo. Un vuelta final que cambie la historia, un giro sorpresivo que nos deje con la duda y nos haga volver a leer.
Maghita, creo que la dama de blanco de Sabina era otra, eh? Me parece que se refiere a la blanca María, que deja más muertos que vivos.
Saludos!
Yo si que creo firmemente en ese giro del final, es ahí donde se descubre al gran escritor.
ResponderEliminarEste microrrelato es maravilloso, quizá algo extenso, pero el final es perfecto.
Eres un experto en conducirnos por un lado y sorprendernos por otro lado.
8.5
muy bueno el final,
ResponderEliminarme gustó mucho
saludos
Yo tengo que decir que a pesar de conocer tus sorprendentes finales..., he leído el relato dejándome llevar por el romanticismo que proponía el esperado encuentro... he de reconocer que a mi me has pillado de sorpresa; lo de la guadaña ha sido realmente mortal!!!
ResponderEliminarBesos :D
Que me gusta esto del giro inesperado... pensaba que ella se iba a echar a volar de tan etérea que se había vuelto, que le lanzaría un último beso desde el límite de la atmósfera y ...
ResponderEliminarBien, Matín. Bien.
Besito.
Con lo previsible que era el final (y mira que a mí ya sabes que no me gusta juzgar los textos sólo por el final) me pillaste de pies a cabeza. Me gustó el relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo sí esperaba el final. Quiero decir, que pronto intuí que era la muerte a quien esperaba. Supongo que desde que apareció en la puerta.
ResponderEliminarPero esto no es una crítica. Yo no creo que para que un relato sea bueno el final deba sorprenderme. Yo sólo espero que el relato me guste, y éste me gustó mucho. Y la frase final me parece muy buena.
Felicidades
Un beso
Anadry, imaginé el encuentro con la muerte de esa manera, casi como una relación de amantes, en la que ambos alcanzan un estado espiritual. Me alegra que te haya gustado. Un beso
ResponderEliminarHydro, gracias a vos por pasar por acá y dejar tu huella. Saludos
Estimado Ricardo, no recuerdo haberte visto antes por acá.
ResponderEliminarComo siempre, agradezco tu sinceridad y, en especial, tus elogios acerca de mis micros.
Sin embargo, en este caso, creo que exageras un poco.
En primer lugar, porque si bien me encantan los finales sorpresivos, podrás notar que hay más de 150 microrrelatos en el living donde se exploran distintos recursos. Te invito a leerlos.
Por otra parte, no comparto tu opinión acerca de los microrrelatistas, y mucho menos me gusta generalizar. La microficción, como todo género literario, es cuestión de gustos. Un micro te gusta o no te gusta, pero la forma de escribirlo o de rematar los textos, debe ser sólo una elección del autor. No hay reglas, y malo sería que las hubiere. Eso limitaría mucho la creatividad y la imaginación.
En particular busco que un micro me sorprenda, ya sea a través de un giro inesperado, un golpe de humor, o una reflexión que quede flotando en la cabeza del lector. Creo que ahí está la habilidad del autor y el goce de un buen lector, que se ve obligado a releer y releer para sacarle el jugo.
El Mundo esta lleno de historias lineales con finales sobrios, en las que muchos lectores se quedan esperando el gran golpe final. Para muestra, basta leer un diario.
Un abrazo
Claudia, te juro que nunca lo hice, ni lo volveré a hacer. Saludos
ResponderEliminarSol, tuve miedo que fuera demasiado previsible. Espero poder sorprenderte la próxima vez. Gracias por comentar. Un beso
Sil, tuve que darle varias vueltas hasta encontrar la forma de describir la reacción cardíaca. Imaginé una situación de extremo nerviosismo, que luego se convierte en paz.
Respecto a la dama blanca de Sabina, estoy seguro que esa te lleva a la tumba. Un beso
Griego, gracias por regalarnos esos versos. Encajan perfectamente con este relato. Un abrazo
ResponderEliminarNatalia, me alegra que te haya gustado. No tomés mucho! Un beso
Magah, si hay alguien que sabe de la Dama Blanca, sin dudas es Joaquín Sabina. Gracias por comentar. un beso
Cielo violeta, a eso me refería en un comentario de más arriba cuando digo que me gusta sorprender al lector. Me gusta la microficción que es como una montaña rusa. Vemos pasar todo rápido y al final era otra cosa. Un beso
ResponderEliminarHumo, me alegra que te haya gustado. Yo no la espero y espero que se olvide de venir por mí. Un beso y gracias!
Neogeminis, yo también espero que tarde mucho en llegar. Gracias por tu comentario. Un beso
Indio, muchas gracias. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
ResponderEliminarClaudia, veo que coincidimos sobre el género. Me alegra mucho. Algunos comentarios más arriba expuse mi opinión. Gracias por tu generoso comentario! Un beso
Daniel, coincido también con vos. Y te agradezco la nota y tus elogios, siempre excesivos. Un abrazo
Marialuisa, como dije antes, es cuestión de gustos. Me alegra que en tu caso, te haya gustado. Muchas gracias! Saludos
ResponderEliminarMara-mara, me alegra que te hayas dejado llevar. En eso consiste el efecto. Me alegra que te gustara. Y sí, la guadaña es mortal. Un beso
Ananda, tu final hubiera sido mucho más romántico. Espero no haberte defraudado. Gracias por tu comentario. Un beso
Víctor, es cierto, era previsible. Y eso que me conoces, pensé que no te pillaría esta vez. Me alegro que te gustara. Un abrazo
ResponderEliminarAlís, coincidimos en eso de que solo debemos esperar que el relato nos guste, gusta o no, no hay otra clave. Lástima que adivinaste el final. Un beso
Martín, que no te dé lástima que adivinara el final, porque disfruté mucho del relato y me gustó el modo en que narraste el final. Hay muchos modos de contar un final y no todos son buenos. El tuyo lo es.
ResponderEliminarBeso
Alís, me quedo contento entonces. Gracias por volver a opinar y por tu generosidad. Un beso
ResponderEliminarHola Martín,me ha gustado mucho este micro, lo que más cómo a pesar de saber a dónde iba, lo conducías con un narración perfecta, casi poética. Abrirle la puerta a la muerte, que siempre llega. Su abrazo frio y triste, el esperarla y soñar con ella a partir de un determinado momento de la vida,la muerte del corazón,la paz, el olvido, ... es que no te has dejado atrás ni uno solo de los lugares comunes del tema muerte...ni la guadaña final.
ResponderEliminarA mi me ha conmovido especialmente la imagen desvalida, pequeña y triste con que la describes que dan ganas de que él al abrace para aliviar su frío.
He leído por encima algunos comentarios, hoy no tenía mucho tiempo, muchas cosas son importantes para mí en un "micro", no todas se conjuran siempre en el mismo.
Un abrazo.
Inesperado final.... no me lo imaginaba.... llegué a creer que ella se estaba muriendo y regresaba buscando refugio...
ResponderEliminarMuy bueno... me sorprendió...!!
Los versos que te dejó El Griego son de un tango de Gardel que se llama "Volvió una noche"
Isabel, así es. Son todas imágenes comunes de la muerte, resumidas en un microrrelato que algunos piensan que es de amor. Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias. Un beso
ResponderEliminarReina, gracias por aclararme el origen de los versos. Me alegra que te haya gustado. Buena versión que que imaginaste. Un beso
WOW! SE SIENTE EL FILO COMO UNA RÁFAGA DE AIRE QUE CORRE POR LA ESPALDA CUANDO SE LEE EL FINAL... UNA ATERRADORA SORPRESA!
ResponderEliminarQUE MANERA MÁS PERFECTA DE DESCRIBIR EL FINAL... LA IMAGEN RECORRE MIS PUPILAS AÚN... Y PRODUCE ESCALOFRÍOS!
aBRAZOS!
A mí me ha gustado mucho (tengo uno parecido). Y en cuanto a los finales sorpresivos, veo que últimamente se ha puesto de moda el criticarlos, pero no comprendo por qué un micro con final sorpresa va a ser malo o va a arruinar el resto, precisamente suele ser la guinda.
ResponderEliminarSol, esas sensaciones son las que busqué transmitir. Me alegra que las hayas percibido. Muchas gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarManu, creo que (a pesar de lo que muchos dicen) la virtud de este relato no es su "supuesto" final sorpresa, sino la dualidad que el relato produce. No sorprendería al final si el relato no lograra conducir al lector hacia otro lado (de hecho, muchos han adivinado ese supuesto final sorpresivo). La muerte es descripta desde el primer renglón, pero no todos la quieren ver.
Gracias por tu comentario. Un abrazo
Martín, sensacional, que forma de quedar uno en al aire al final ja. Uno espera un viejo recuerdo o hasta un amor imaginario, pero no que sea la muerte la esperada visita. Magnífico, realmente. Un abrazo!
ResponderEliminarYo pensé que era un viejo amor y estaba muerta. Cerca.
ResponderEliminarMe encantó el post, Martín, pero también las reflexiones que han surgido sobre lo que procede o no en un microrrelato, para mi gusto interesantísimas.
ResponderEliminarUn saludo.
Neto, muchas gracias! Muy elogioso tu comentario, viniendo de un experto en generar climas infartantes. Un abrazo
ResponderEliminarUn poco rara, estuviste cerca, si si.. un beso
Marido, coincido con vos. Me gusta cuando el Living se convierte en un sitio de reflexión. Un abrazo