Las arrugas estampadas en su cuerpo mínimo se multiplicaron en concurrencia con cada evocación de su lejana adolescencia, en la que supo tener todo lo que había anhelado, para luego abandonarlo en un suspiro, por un amor que creyó especial, pero resultó efímero. Mala elección, pensó después, aunque ya era tarde para volver a empezar. Hoy, en la quietud agobiante de su Pehuajó natal, ella espera en solitario el fin de sus días, mientras canturrea una canción triste y desalmada, añorando con delirio aquellos años glamorosos en París.
Esta entrada me hace recordar la pelicula que fui a ver con mis hijas cuando eran pequeñas. Aquella tortuga que luchaba y luchaba.
ResponderEliminarUn cuento 100% argentino!
ResponderEliminarMe enctantó Martín...
Pobre Manuela atada a la imposición cultural de la eterna juventud..
Cariños!
Tanto tiempo tardó en cruzar el mar...
ResponderEliminarSiempre hay una sorpresa por aquí, y grata !!
Un beso enorme, Martín.
SIL
Qué bonito y qué sutil diría yo!.Pasas por la historía como de puntillas.
ResponderEliminar( y el enlace, un acierto).
me gustó.
un beso
yo, con perdón, no conocía la historia. Gracias por el enlace.
ResponderEliminarEsta es la Manuela Burocracia? ...no sabía de su destino.
ResponderEliminar...si alguien le hubiera avisado a Manuelita que aceptándose como uno es, se vive mejor...
ResponderEliminarUn beso gigante, Martín!!!
Ayyyyyyyy que bonito... pero que nostalgia... me imaginé todo y sentí un soplo denso en mi corazón.
ResponderEliminarBesos y abrazos amigo mío.
Precioso, simplemente precioso.
ResponderEliminarSaludos!
Sufragio emitido en tiempo y forrrma...
ResponderEliminar:)
Lindo. Muy lindo.
ResponderEliminarSorpresivo final.
Me gustó!!
ResponderEliminarNo se por qué, pero me recuerda a uno mío... Ahí te dejo el link por si lo quieres leer.
http://loscuentosdeunaamiga.blogspot.com/2009/11/carcinoma-terminal.html
Después de hacer mis investigaciones previas en la wikipedia y en youtube, al fin pude entender tu cuento. Me gustó, aunque supongo que si hubiera tenido ese referente en mi cabeza, como debéis tener todos los argentinos, me habría gustado mucho más, o me hubiera pegado el relampagueo de la hipertextualidad, que debió ser lo que buscabas. Bueno, Martín, espero que la próxima vez no me lo tenga que currar tanto... jejeje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ohhhhhh que bonito y que recuerdos!!!
ResponderEliminaren la pelicula cantan la canción mis admiradas Greta y los Garbo!!
saludossss
Luis, entonces seguramente se trataba de la película que realizó García Ferré reversionando la canción. Sana película infantil.. Un abrazo
ResponderEliminarSol, es verdad. 100% argentino. Por eso dudé un poco en publicarlo, por miedo a que mis amigos de otras partes del Mundo no conocieran la historia. Pero Manuelita (ahora ya grande) merecía su homenaje en vida. jaja Me alegra que te gustó. un beso
Sil, esta vez le toco a la pobre Manuelita sufrir con mi manía de cambiar los finales felices. Gracias por tu comentario. Un beso
Alex B., intenté que la historia contada pudiera referirse no solo a Manuelita, sino a cualquier historia de amor parecida. Aún así, me pareció importante el vínculo, para darle un marco de referencia al lector que desconociera la canción. Muchas gracias. Saludos
ResponderEliminarIsabel, menos mal que lo incluí entonces. Espero que, gracias a eso, la hayas podido disfrutar el doble. Un beso
Claudia, tuvo un destino triste, como era de esperar... Un beso
Anadry, es cierto! Buena reflexión. Creo que ahí está el mensaje erróneo de la canción que, con este relato, intenté corregir. Gracias por tu comentario. Un beso
ResponderEliminarNatalia, que bueno que pudieras visualizarlo. Es una historia de amor triste, pero que puede pasarle a cualquiera. Gracias! Un beso
Harold, muchísimas gracias! Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
Sil, gracias por apoyar el living una vez más. :)
ResponderEliminarUn poco rara, bienvenida al living! Me alegro que te gustara. Creo que nadie imaginaba ese final para la pobre tortuguita. Saludos
Quimera, acabo de leer el cuento tuyo que me invitaste a leer. Creo que la relación viene por la historia de desamor y lejanía, y porque el final es igual de triste. Gracias por tu comentario. Un beso
Victor, perdoname por haberte hecho trabajar querido amigo. Imaginé que estarías entre aquellos que no entenderían la historia sin el enlace. Por eso decidí incluirlo, me alegra que haya sido útil y que te haya gustado. Muchas gracias. Un abrazo
ResponderEliminarMarialuisa, me alegra que te gustara y te trajera recuerdos (como a mí). Creo que hay dos versiones de la película, con audio latino y audio español. No sabía lo de Greta, voy a investigar. Un beso
Hola Martín ^_^
ResponderEliminarMuy buena la evocación de la juventud perdida.
Un cordial saludo, amigo
Mandy, muchas gracias. Me alegra que te haya gustado. En mi opinión, el espíritu juvenil nunca debería morir. Gracias por tu visita y tu comentario. Saludos
ResponderEliminarAunque contiene excelente redacción y hasta tintes poéticos,no lo percibo como relato;sino más bien como anecdota.
ResponderEliminarNo le encontré el arco narrativo.
Carlos, gracias por tu comentario sincero. Si bien creo (como muchos especialistas del género) que la narratividad no es un requisito esencial de los microrrelatos (aunque muchos otros piensan que sí lo es), en este caso creo que sí hay narración, porque cuenta el paso del tiempo en la vida del personaje, utilizando además un marco de referencia como es la canción de María Elena Walsh, donde también hay mucha narratividad. De todos modos, todo comentario es bienvenido. Muchas gracias de nuevo! Saludos
ResponderEliminarHay Manuelas que pobres... no han tenido ni siquiera el paso por París y al cerrar los ojos cada noche no tienen ni una luz de neón para recordar. No la ha pasado mal esta manuela. Yo ni Paris conozco. Un abrazo, buen relato.
ResponderEliminarjajaja, coincido con Pablo Franko, tal cual!Ojo, que esperar el fin de los días en Pehuajó, tampoco es Tan terrible.
ResponderEliminarSupongo que es afortunada en haber conocido el amor, algun@s ni siquiera eso.
Saludos glamorosos de mar!
Pablo, gran reflexión, que también comparto. No tiene de qué quejarse esta Manuela. Un abrazo
ResponderEliminarCarina, claro que en eso es afortunada. Quizás por eso lamenta que el amor tampoco esté más. Saludos urbanos
Siempre me dio pena la canción Manuelita. Sobre todo por las malas decisiones que tomó.
ResponderEliminarMe gustaron mucho los cuentos que leí.
Un beso.
Siempre se anhela el pasado, aunque soy de la condición que es bonito tener "arrugas"
ResponderEliminarMarcela, bienvenida al Living! Esas decisiones son justamente la que pueden haber llevado a que tenga el presente que relata el micro. Me alegra que te guste lo que leíste. Gracias por tu visita, por seguirme y por comentar. Saludos
ResponderEliminarHydro, claro que sí. Eso demuestra que estamos vivos. Gracias por comentar. Saludos
Me ha pasado igual que a Victor, no conocía la canción ni la historia, pero es bueno aprender de otras culturas.
ResponderEliminarIntentaré buscar la película para verla junto a mis sobrinitas...
(tiene hasta un monumento la tortuga, jeje)
Saludos.
Me ha pasado igual que a Victor, no conocía la canción ni la historia, pero es bueno aprender de otras culturas.
ResponderEliminarIntentaré buscar la película para verla junto a mis sobrinitas...
(tiene hasta un monumento la tortuga, jeje)
Saludos.
Me ha pasado igual que a Victor, no conocía la canción ni la historia, pero es bueno aprender de otras culturas.
ResponderEliminarIntentaré buscar la película para verla junto a mis sobrinitas...
(tiene hasta un monumento la tortuga, jeje)
Saludos.
Gotzon, la película es bastante linda para los chicos. Incluso creo que tuvo varias premios. Espero que le guste a tus sobrinas. Saludos
ResponderEliminarUn saludo para Sra. Maria Elena!!!
ResponderEliminarPaco, bienvenido al Living! Espero que María Elena visite mi blog y reciba tu saludo. Gracias por comentar. Saludos
ResponderEliminarMartín, que raro sería pensar en los personajes infantiles a través de los años, una evocación que seguramente nos llevaría a seres achacados, melancólicos y como tu Manuela, repleta de arrugas. Muy buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo!