- Hola, buen día - dijo Alejandra al llegar.
- Hola, ¿cómo estás? - le respondí.
El sonido metálico de un elevador vacío interrumpió el breve diálogo e ingresamos juntos a la cabina en penumbras. Cerré las puertas de hierro despintado y marqué el número del piso al que nos dirigíamos.
Apenas abandonamos la planta baja, nuestras miradas se encontraron, cómplices, y hundimos nuestros labios frescos en un largo beso apasionado. Me enroscó entre sus brazos y la aprisioné con fuerza contra uno de los laterales del habitáculo. Recorrí los aros de sus orejas con mi lengua desenfrenada, y respondió dándome un suave mordisco en mi cuello perfumado. Sin ocultar mi ansiedad, introduje mi mano más hábil dentro de su blusa ajustada. Con la otra, abrí la puerta del ascensor en el camino entre dos pisos, queriendo evitar que otro habitante del edificio interrumpiera nuestra ansiada fantasía. Pero, inesperadamente, un chillido inconfundible, proveniente de mi mesa de luz, comenzó a sonar dentro de la caja colgante, hasta despertarme.
Una hora y media más tarde, por una broma del destino o pura casualidad, se repitió la primera escena de esta historia, en el hall del edificio.
- Te juro que, esta vez, no voy a perdonarte, si se te ocurre volver a desaparecer en el mejor momento – dijo Alejandra sonriendo, mientras yo abría la puerta del ascensor, en el mismo entrepiso.
- Hola, ¿cómo estás? - le respondí.
El sonido metálico de un elevador vacío interrumpió el breve diálogo e ingresamos juntos a la cabina en penumbras. Cerré las puertas de hierro despintado y marqué el número del piso al que nos dirigíamos.
Apenas abandonamos la planta baja, nuestras miradas se encontraron, cómplices, y hundimos nuestros labios frescos en un largo beso apasionado. Me enroscó entre sus brazos y la aprisioné con fuerza contra uno de los laterales del habitáculo. Recorrí los aros de sus orejas con mi lengua desenfrenada, y respondió dándome un suave mordisco en mi cuello perfumado. Sin ocultar mi ansiedad, introduje mi mano más hábil dentro de su blusa ajustada. Con la otra, abrí la puerta del ascensor en el camino entre dos pisos, queriendo evitar que otro habitante del edificio interrumpiera nuestra ansiada fantasía. Pero, inesperadamente, un chillido inconfundible, proveniente de mi mesa de luz, comenzó a sonar dentro de la caja colgante, hasta despertarme.
Una hora y media más tarde, por una broma del destino o pura casualidad, se repitió la primera escena de esta historia, en el hall del edificio.
- Te juro que, esta vez, no voy a perdonarte, si se te ocurre volver a desaparecer en el mejor momento – dijo Alejandra sonriendo, mientras yo abría la puerta del ascensor, en el mismo entrepiso.
Muy bueno. pues era de terminar..
ResponderEliminarun gusto leerte
saludos fraternos
un abrazo
que tengas un excelente fin de seman
El giro del final es excelente. Un abrazo...
ResponderEliminarEsperemos que no vuelva a sonar el despertador...!!!!!!!
ResponderEliminarSuper original, como siempre.
BESOS DE LIVING.
Brillante, me encantó.
ResponderEliminar¡Bravo!
Adolfo, muchas gracias. Esperemos que esta vez no haya interrupciones. Un abrazo
ResponderEliminarAlejandro, muchas gracias por sus habituales comentarios de apoyo! Saludos
Sil, esta vez estará bien despierto! Un beso
Nancy, Bienvenida al living. Muchas gracias. Me alegro que te haya gustado. Un beso
Un cuento calentito!!!
ResponderEliminarMe gusta!
jajaja que bueno!
=) HUMO
Vos también me dejaste pensando ...
Humo, es ideal para combatir la llegada del invierno. Un beso
ResponderEliminarOsea, nos lo haces creer, luego es un sueño, y luego tienes la suerte de que tu sueño se haga realidad.
ResponderEliminarMe tienes que enseñar a soñar ja ja ja jaja.
Un besito muy fuerte.
Pdta. Me ha encantado.
Pasé a echar un ratito de lectura y desearte un buen fin de semana.
ResponderEliminarSaludos!
¡Dios! ¿Les pasan estas cosas alguna vez? ¡Díganmelo!
ResponderEliminarMuy bueno. Saludos.
Brillante y inesperado final!
ResponderEliminarUn sueño compartido es digno de ser acabado juntos...
Besos rojos,
HR.
Oh, maldito despertador.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos.
Una historia imaginativa del todo y con un vuelco final inesperado y deslumbrante
ResponderEliminarPAZ
ana, esa es la idea, que los sueños (sobre todo si son lindos) finalmente se cumplan. Un beso
ResponderEliminarLa sonrisa de Hiperión. Muchas gracias por tu visita. Buen fin de semana para vos también. Saludos
José, lamentablemente (en mi caso, al menos) esto es solo ficción. Saludos
HR, creo que a veces pueden darse esas coincidencias entre dos personas, pero quizás nunca se enteren. Un beso
Cecy, el despertador es especialista en arruinar nuestros sueños. Gracias. Un beso
Luis, gracias por tus palabras.Te deseo un muy buen fin de semana. Saludos y paz.
Oh no! debe consumarse el sueño, sé que sí, hay complicidad...me gusta.
ResponderEliminarSaludos Martin
Beatriz, seguramente esta vez no sonará el despertador. Saludos
ResponderEliminarComo siempre... cuando uno está en lo mejor del sueño... el despertador lo tiene que fastidiar.
ResponderEliminarUn besito,
Clara, por siempre la vida a veces da revancha. Un beso
ResponderEliminarBuenísimo Martin, atrapante y ágil, como me gustan las lecturas, directas y sin demasiadas vueltas.
ResponderEliminarMagah
muy bueno! esta noche tiro el despertador por la ventana.
ResponderEliminarAdriana, cuidese de no romper el malvon cuando lo haga.
ResponderEliminarIntrigante historia, Martin, un saludo!
Magah, Bienvenida al living. Me alegra que te haya gustado este espacio y te agradezco por seguirme. Saludos.
ResponderEliminarAdriana, me parece una excelente idea! Sobre todo hoy, porque mañana es domingo... Saludos
Carina, que bueno que los lectores aprovechen el living para darse consejos. jaja Gracias por tu comentario. Saludos
Romper las barreras de los sueños o conseguir un boleto a un mundo paralelo.
ResponderEliminarMuy buen relato!
Netomancia, o quizas sea simplemente una extraña coincidencia. Gracias! Saludos
ResponderEliminarLos sueños premonitorios nos dan ventaja en la vida, con ellos estamos preparados para cualquier acontecimiento.
ResponderEliminarManly, es cierto lo que decís. Qué fácil sería si fueran siempre así. Bienvenida al living! Gracias por seguirme. Saludos
ResponderEliminarBuenisimo, as always.
ResponderEliminarUn besito Martin!! (:
Gracias Juliet! Un beso
ResponderEliminarjejejeje...perfecto!...esos regalos del destino merecen ser vividos por lo menos dos veces!
ResponderEliminarSaludos!
Ojalá todos los sueños, o casi todos, se cumplieran a la mañana siguiente. Me gustó mucho. Besos.
ResponderEliminarNeogeminis, estoy de acuerdo con vos, sobre todo porque eso no suele ocurrir muy seguido! Saludos
ResponderEliminarLaura, Bienvenida al living. Comparto tu deseo! Gracias por tu visita y tu comentario. Un beso
Ahhhhhhhhhhh que tuanis... je je je que bueno que pudo suceder y no quedó solo en un sueño de madrugada.
ResponderEliminarUn abrazo amigo, espero estés muy bien, cuidate mucho, besos.
Natalia, que bueno sería que fuera posible hacer eso no? Gracias por tu visita. Un beso
ResponderEliminarDe algún modo hay que pasarla bien en el trabajo.
ResponderEliminarSaludos
Dragon, es cierto, esto podría ocurrir en cualquier oficina, o en cualquier consorcio! Saludos
ResponderEliminarHola Martín, gracias por leerme. Ya te leeré con más tiempo, por eso elegí este cuento corto, me ha encantado, sobre todo porque lo bueno se repite.
ResponderEliminarUn beso.
naná
naná, bienvenida al living. Me alegra que te haya gustado. Si es cierto que lo bueno se repite, espero que repitas tu visita pronto! Un beso y gracias.
ResponderEliminarUy si me ha pasado!!!no creo que pudiese describirlo tan perfectamente. Es tan hermoso soñar!!!lo terrible es despertar, y no precisamente a tiempo. Genial. Besos
ResponderEliminarNaty, lo bueno es que la vida les dió una oportunidad real! A todos nos pasa... Gracias. Besos
ResponderEliminarmuy bueno!!!
ResponderEliminarGracias Maggie Mae. Me alegra te haya gustado! Saludos
ResponderEliminarme encanto! gracias por compartir.
ResponderEliminarMariela, gracias a vos por comentar! Me alegra que te haya gustado! Un beso
ResponderEliminarY yo que ahora estoy en pijama con los dientes bien cepillados dispuesta a meterme en la cama..., se me ocurre que sería bueno soñar bonito, para mañana poder repetir.
ResponderEliminarBuenas noches y felices sueños!!!
Mara-Mara, haces bien en acostarte con los dientes bien lavados. Nunca sabés que puede esperarte en los sueños! Eso si, recuerda volver a lavartelos mañana antes de salir, por si podés repetir! Un beso
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