El niño corrió alegremente por los áridos campos. Una explosión enmudeció a los pájaros y una nube de humo eclipsó la soleada tarde. El soldado lloró desconsolado sobre el cuerpo de su hijo, destrozado por una mina olvidada que él mismo había plantado dos años antes, para detener al enemigo.
Esa historia es parecida a la de un tal Lugones, acá en Argentina, que no fue Leopoldo Lugones, sino el hijo de Leopoldo Lugones, quien (se dice inventó, aunque creo que sólo importó) la picana eléctrica, y propuso el uso de ésta en humanos.
ResponderEliminarEn la década del 70, su propia hija fue secuestrada por el gobierno militar, torturada y muerta con picana.
Mira esta: http://estebandublin.blogspot.com/2008/12/la-mina.html
ResponderEliminarEsteban, muy buena tu historia. Hay bastantes coincidencias con esta. Se ve que el tema nos preocupa, lastima que las consecuencias son en ambos casos irremediables. Saludos
ResponderEliminarNoelia, no conocia esa historia, pero estoy seguro que han pasado historias similares mas de una vez. Gracias
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