Llegó a la casona solitaria tras una agotadora recorrida nocturna a la intemperie. Dejó el raído sacón sobre el sofá, se quitó el gorro invernal y se aflojó las botas pesadas hasta descalzarse. Arrastró sus pies cansados hasta el espejo fastuoso de la sala principal, donde se detuvo para acomodar su enorme barriga sobre el pantalón rojizo. Pudo observar la imagen cansina de su cuerpo anciano, pero con el mismo espíritu de esos niños alegres, que esperan su visita ansiosamente, todos los diciembres. Fue entonces que, viendo consumado una vez más el milagro, sin necesidad de bolsas mágicas, se regaló una sonrisa.
miércoles, 23 de diciembre de 2009
sábado, 19 de diciembre de 2009
Huellas
Un camino zigzagueante de dos huellas humanas se recortaba solitario en el monótono escenario del mar. Los ojos almendrados de una mujer hermosa emergieron incitantes frente al hombre solo, como si fueran las luces resplandecientes de un faro cercado por la oscuridad. Con su sonrisa blanca y extendida, le regaló un arco iris dibujado en sus pupilas, indeleble frente a las tormentas y la adversidad. Dos colgantes dorados decorando sus cuellos fueron la señal de unión de sus almas enamoradas, transformados luego en besos suaves, con sabor a hierbabuena. Desde entonces, el camino apareció con cuatro huellas, que luego fueron seis y después ocho, correteando presurosas sobre la arena, con destino hacia el infinito.
lunes, 14 de diciembre de 2009
Gallito ciego
Me gusta salir a caminar de noche por la ciudad vacía. Es un placer recorrerla sin que nadie me atropelle, sin autos lanzados a la carrera ni sonidos estridentes que alteren mis nervios. Me siento el rey de la silenciosa metrópoli, anárquica, inhabitaba, imperturbable.
Al caminar por las calles oscuras, intento adivinar el camino escondido, apenas iluminado por la tenue luz de la esquina y el extremo encendido de mi cigarrillo. Me hace recordar los imborrables momentos de mi infancia, en que jugábamos al gallito ciego con los chicos del barrio, que se burlaban de mí cuando no lograba encontrarlos en la oscuridad. Pobre tonto, bueno para nada, me decían, aprovechándose de que era el más pequeño e inocente del grupo.
Algo de razón tenían, porque mientras ellos crecieron y lograron comprarse las lujosas mansiones que decoran la avenida, continúo viviendo en la antigua casita que era de mi madre. Debe ser por eso que me gusta visitarlos de vez en cuando, para jugar con sus cosas, mientras ellos duermen.
Al caminar por las calles oscuras, intento adivinar el camino escondido, apenas iluminado por la tenue luz de la esquina y el extremo encendido de mi cigarrillo. Me hace recordar los imborrables momentos de mi infancia, en que jugábamos al gallito ciego con los chicos del barrio, que se burlaban de mí cuando no lograba encontrarlos en la oscuridad. Pobre tonto, bueno para nada, me decían, aprovechándose de que era el más pequeño e inocente del grupo.
Algo de razón tenían, porque mientras ellos crecieron y lograron comprarse las lujosas mansiones que decoran la avenida, continúo viviendo en la antigua casita que era de mi madre. Debe ser por eso que me gusta visitarlos de vez en cuando, para jugar con sus cosas, mientras ellos duermen.
La foto "The other side" es propiedad de Christian Pereira y se publica con autorización del autor, únicamente para su exhibición en este blog.
lunes, 7 de diciembre de 2009
Animaladas
– I –
Con el búho como juez, se llevó adelante el primer juicio de divorcio de la selva, en el que la yegua y el rinoceronte pugnaban por obtener la tenencia exclusiva de su hijo unicornio.
– II –
– ¡Viene Pedro, viene Pedro! – aullaba el lobo.
Sus compañeros de jauría, conocedores de las célebres mentiras del anunciante, primero se murieron de la risa, y después, de un imprevisto escopetazo.
– III –
En la competencia de disfraces de la selva, el primer premio lo obtuvo el osado chimpancé que, soportando una extensa sesión depilatoria, se disfrazó de hombre.
– IV –
– ¡Puedo volar, puedo volar! – chillaba emocionado el alegre pichón, antes de ser engullido, entre acrobacias, por un salvaje halcón peregrino.
– V –
Gracias a la globalización, las nuevas tendencias de la moda logran imponerse en lugares insólitos. Quizás por eso, ya no sorprende ver al león del zoológico con su coqueto flequillo.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Bienvenidos a bordo
Buenas tardes, señores pasajeros. Les habla el comandante Leslie Bloomenade. En nombre de Timeless Líneas Aéreas, tengo el agrado de recibirlos a bordo del vuelo N° 2612, con destino al año 1850. El tiempo de viaje será de ciento sesenta años en reversa, recorridos a una velocidad de trescientos mil kilómetros por segundo, en un lapso real de diez minutos y diecisiete centésimas. A fin de cumplir con la normativa vigente, los miembros de la tripulación le harán entrega del correspondiente formulario de transmigración, que les será requerido para poder regresar al año de origen. Se recuerda a los señores pasajeros que, a fin de preservar el status quo histórico y los derechos de terceros, está terminantemente prohibido llevar consigo souvenirs, obras artísticas, fotografías o textos de cualquier tipo, generados con posterioridad a la fecha de arribo. Durante el recorrido, los invitamos a disfrutar de un video documental, especialmente diseñado para este vuelo, en el que se resumirán brevemente los acontecimientos más importantes ocurridos en el año de destino. Les solicitamos lean atentamente el Manual de Prohibiciones, que podrán encontrar en el bolsillo ubicado frente a sus asientos, donde se detallan las precauciones que debe seguir todo viajero del tiempo. Se ruega a los pasajeros que apaguen sus equipos electrónicos, pongan sus respaldos en posición vertical y ajusten sus cinturones. Les agradecemos hayan elegido transportarse a través de nuestra empresa y deseamos disfruten del viaje. Esperamos encontrarlos pronto nuevamente a bordo, para revivir estos fantásticos momentos, cuantas veces quieran.